Capítulo 3

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Narra Tobías

Les hice caso y salí por la puerta de casa. 

Sus gritos maldiciendo mi existencia se escuchaban con pura facilidad desde fuera.

¿Tanto me odiaba?

Me pasé la mano por el pelo frustrado y tiré de él. 

Respira Tobías, sólo fue la primera impresión.-- pensé.

Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón vaquero y comencé a andar por el barrio.

¡Ey!-- me llamó alguien sin darme tiempo aún a alejarme de la casa de Ariadna.-- ¿Acabas de salir de la casa de Ariadna Giménez?

Le miré a él y luego a la casa. Creo que era mi antiguo vecino de enfrente.

Sí.-- contesté.-- ¿Por qué?

Sus ojos se alumbraron con un brillo oscuro y yo fruncí el ceño.

¿Cuánto te ha costado? Intento adivinar cuando cobra, pero nadie me lo dice. ¿Pack completo o solo medio?-- hablaba.

Perdona, ¿qué?-- dije sin entender, pero medio entendiendo.

Dale hermano, no seas cerrado. Acá todos lo saben, no tengas vergüenza. ¿Cuánto has pagado a Ari para que te hiciera...?--no le dejé terminar.

Se tocó la mejilla donde le había dado un buen puñetazo.

No quiero volver a escuchar salir por tu boca ni una sola palabra sobre ella, ¿me has oído? No sé de dónde mierdas has sacado eso, pero no quiero volverte oír a hablar de ello.-- le dije acercándome a él.-- Una sola palabra más tuya refiriéndote a que Ariadna es una puta y te prometo que iré a tu casa a darte una visita. ¿Me has oído Oliver?

Él asintió mientras tragaba saliva y se tocaba la mejilla que ya estaba suficientemente roja. Se alejó de mí dando pasos torpes y salió corriendo.

¿Por qué había dicho aquello? 

Una imagen espantosa cruzó por mi mente y me giré para retomar mi marcha, aún era muy pronto para entrar.

A ese no le ha debido de gustar. Sale demasiado malhumorado. La gatita debió de sacar sus garras.-- escuché y levanté la mirada. Una panda de chicos me miraba sonriendo.-- ¿Qué ocurre? ¿No te gusta lo bien que lo hace Ari o es demasiado para vos?

Parpadeé varias veces. 

Decirme que aquello era una broma.

Seguí adelante porque ir contra cuatro hombres siendo sólo uno no serviría de nada y menos aún si acababan descubriendo quien era. Aunque no debí seguir caminando ya que todos los comentarios de las personas que había en la calle eran los mismos.

"Lo hace estupendamente en la cama"

Mi cerebro había colapsado.

Ariadna, ¿qué hiciste todo este tiempo?-- pensé y me choqué contra algo.

¡Au!-- mascullé y observé un montón de cajas.

Hermano, lo siento. Mi madre está de mudanza y aún no se llevaron estas cajas.-- habló una voz muy conocida.

¿Alex?-- dije mientras miraba su cabello castaño. Estaba tomando entre sus manos una caja del suelo.

Levantó la mirada, abrió los ojos, la caja se le resbaló de las manos y un "clac" dando a entender que lo que había dentro se acababa de romper fue lo único que le hizo reaccionar.

Alex, ¿qué has tirado?-- preguntó su madre bajándose del camión de mudanza.

Eh, yo...yo..nada...sólo...eh...--tartamudeaba.

Ariadna, ¿Qué Hiciste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora