Capítulo 23

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Narra Tobías

Dos años antes

— ¡A Sandra le gustas! —Tyler me gritó en el oído.

—Deja de decir idioteces. —contesté pidiéndome otro vaso.

—No es ninguna idiotez. Es guapa, tiene buen cuerpo, es maja, le gustas, te gusta... ¿Qué más quieres? —me hablaba.

A Ariadna. Quiero a Ariadna.

—Tengo novia. —grité también para que me escuchara sobre la música. Mis amigos rodaron los ojos.

—Mira Tobías. —me puso un hombro sobre el brazo. —Las relaciones a distancia no funcionan, son una puta mierda. Seguro que la Aria esa está ahora mismo besando a otro y tú estás aquí como un imbécil perdiéndote la oportunidad de enrollarte con la chica más buena de la Uni. ¡Reacciona!

Rodé los ojos y me alejé de su aliento de borracho. Eso no era así ni por asomo. Apenas habían pasado diez minutos desde que había hablado con Ariadna. La había dado las buenas noches y me había mandado una foto de Purre y ella viendo una película de dibujos animados en el hospital.

Me parece que liarse con alguien era último que estaría haciendo.

Tener una relación a distancia era difícil, claro que lo era. No podías hacer el noventa por ciento de lo que te gustaría y llegabas hasta el punto de que las demostraciones de cariño con palabras no eran suficientes. Nunca serían suficientes. Ninguna palabra podría sustituir a es abrazo que te decía que todo estaría bien.

—Ve y enróllate con ella. —rodé los ojos.

— ¿Por qué no en vez de interesaros en lo que yo haga o no haga vais vosotros a liaros con ese grupo de chicas que os está mirando? —sonreí guiñándolas un ojo. —No están mal.

Mi grupo comenzó a cambiar de objetivo y se marcharon casi todos. Sack golpeó mi vaso con el suyo y brindamos por las relaciones a distancia. Él estaba con una chica cubana.

Las horas pasaron y yo simplemente bebí, reí y bebí junto a mi amigo. Alguna que otra vez Sandra y sus amigas se acercaban para intentar sacarnos a bailar, pero yo no quería bailar. Quería irme a la cama, abrazar a Ariadna, dormir hasta tarde y después despertarme con ella a mi lado.

— ¿Tu manager te presiona mucho?

—Demasiado. —murmuré mirando el interior de mi vaso vacío. —Le estoy comenzando a odiar, pero me gusta lo que hago.

—Debe de ser una mierda tener detrás a alguien todo el rato. Tus padres tampoco se salvan. Tu hermano debe de ser el único que vive en la gloria. —respondió. No le faltaba razón. Ojalá ser el pequeño de la casa. — ¿Irás a ver a Ari la semana que viene?

—Sí. —sonreí. —La voy a dar una sorpresa. Sé que le encantará. Hacemos dos años justo el día que vuelvo. Ya lo tengo todo pensado y Luz ha accedido a ayudarme. Purre estaba un poco quejica, pero sé que le encanta la idea. Mi suegro me adora, diga lo que diga.

—Qué bonito, joder. Si fuera gay me casaría contigo. Estas tremendo y eres un amor de persona. Cabrón, dame un poco. —solté una carcajada negando con la cabeza.

— ¡Teletoby! —gritó Sandra y se abalanzó sobre mí. —Te quiero mucho.

—Yo a ti. ¿No crees que ya has bebido mucho? —la aparté un poco. Ella negó con la cabeza hasta el punto de marearse.

—Quiero bailar contigo. Una canción, por favor. —me suplicó. Qué demonios, solo era una canción.

Terminó siendo más de una canción.

Ariadna, ¿Qué Hiciste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora