La noche no podía ser más tétrica, era una especie de broma terrorífica. ¿Acaso era por ser octubre?
La luna estaba oculta por nubes densas que dejaban caer una eterna oscuridad contra Konoha y sus alrededores. No conforme al ciclón que habían tenido la semana pasada, ahora tenían esto. Literal. La oficina del Rokudaime Hokage estaba inundada de reportes sobre avistamientos de personas que desaparecían como por arte de magia, objetos perdidos misteriosamente, niños asustados. Decían que había una sobrepoblación de fantasmas en la aldea. Los monjes no pudieron acudir al llamado debido a que tenían una importante ceremonia religiosa que debían cumplir, y por medio de una carta se disculparon con el Hokage por no ser de ayuda en momentos tan críticos.
La misión se volvió personal.
Ahí en medio de la calle oscura caminaban cuatro personas con pasos decididos. Un espantapájaros peliplateado lideraba el grupo, una chica de largo kimono blanco y cabello ébano lo asistía a su derecha, mientras que a la izquierda del hombre avanzaba una rubia bruja de lentes y una momia de cabello erizado. Hinata, Kato y Kotetsu estaban preparados para ser la espada y el escudo del Hokage.
Kakashi se detuvo a unos pasos, llegando a la colonia donde se dijo que había numerosos y violentos avistamientos de seres espirituales. Observó aquél lugar con una actitud decidida y el ceño fruncido.
―Muy bien equipo de cazafantasmas... la misión es simple: sellar a todos esos entes malignos, ¿está claro?
―Sí ―dijeron los tres asistentes no muy seguros de sí mismos.
El Hokage frunció más el ceño y habló con voz fuerte.
―¡No los escuché, carajo!
―¡Sí, Hokage-sama! ―gritaron como soldados; fuerte, claro y al unísono.
―Bienvenidos a la noche más oscura ―El líder levantó el rostro de manera altiva y sonrió. Sus pasos avanzaron seguros de sí mismos y su honorable equipo lo siguió.
Entre onis, tengus, gakis, kuchizuke-onnas, kashas... nada tendría comparación. Acabarían con todos y cada uno.
.ɸ.
Hace unos días.
―¿Vas conmigo a una fiesta de Halloween? ―le preguntó Kakashi.
Hinata, que acomodaba tranquilamente unos pergaminos en una caja, negó enseguida mientras tarareaba una canción de la radio.
―Te puedes vestir de Yuki-onna; la asesina mujer de las nieves, o de esa señora que mata niños.
―¿Por qué querría vestirme de esas cosas tan feas?
―Porque es Halloween, bebé.
―No acostumbro celebrar costumbres paganas... y tengo la mayoría de edad, n-no soy una bebé.
―No son costumbres paganas, viene de Suna. Además podemos vestirnos de fantasmas tradicionales.
―Buenos días ―Entró Genma con una sonrisa galante y le dedicó un asentimiento de cabeza a Hinata. Kakashi carraspeó enojado para desviar la atención entre ellos ―. Vengo para entregar mi reporte de la última misión ―Le lanzó un pergamino a Kakashi que le pegó en la frente y luego cayó al suelo sin ser recogido ―. Reflejos de gato tuerto.
―¿No tienes algo mejor qué hacer, doctor corazón?
―Ahora que me lo recuerdas, sí ―Se giró de inmediato con Hinata ―. Señorita Hinata, ¿me permitiría invitarla a una fiesta de Halloween? Podremos llevar a Yuki, la perrita que adoptamos hace semanas de la campaña canina del Hokage ―Y el maldito lo decía todo completo como un credo para volverle a estampar a Kakashi en su cara que por culpa de su campaña de adopción de perros Genma y Hinata habían formado un vínculo a través de la dulce Yuki.
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La asistente de Rokudaime Hokage
Humor-Ahora bien, Kakashi, ya que no puedes llegar temprano a la torre Hokage ni resolver todo ese papeleo que tienes en tu escritorio me veo en la necesidad de obligarte a que consigas una asistente. Y ya tengo a alguien en mente -dijo el anciano. / Ka...