Indisciplina

5.1K 417 279
                                    

Cuando despertó de su hermoso sueño Kakashi vio la hora y se dio cuenta de que ya iba tarde pero no le importó. Se hizo su desayuno pacientemente pero no lo comió porque no tenía nada de hambre, se duchó y vistió con parsimonia y luego salió de su departamento a paso lento rumbo a la torre Hokage donde lo esperaba un tranquilo consejo de Konoha.

Aquello se le hizo extraño al peliplateado, el que nadie le reprochara que estuviera tarde. Lo cierto era que la anciana Koharu había hecho la artimaña de darle un par de horas adelantadas a Kakashi para que éste llegara temprano a la ceremonia. Tácticas de mujeres, nunca fallan.

La ceremonia dio inicio cuando Kakashi se puso de rodillas en el centro de la habitación media iluminada por antorchas. Le parecía más que se iba a llevar a cabo un sacrificio humano que un nombramiento. El par de ancianos; el antiguo equipo del sandaime, se levantó y recitaron un montón de códigos que por poco hacían que el peliplateado se durmiera... y apenas habían pasado 10 minutos.

.

.

Seis horas más tarde.

Kakashi estaba sentado en su nuevo escritorio observando la oficina. El hombre estaba vestido con la indumentaria de Hokage, las holgadas capas blancas y el sombrero triangular. Odiaba esas ropas, eran demasiado grandes para él, probablemente después se daría a la tarea de conseguir que le ajustaran su nuevo uniforme a modo de que a él le gustara, como ocurrió con Tsunade.

Apenas era el primer día de trabajo y ya tenía montañas de papeleo por hacer y además tenía hambre pues aquél nombramiento había durado muchas horas, sin embargo también quería leer su preciado libro Ero, lo que le dejaba el tiempo recortado para que tuviera que elegir cómo gastar sus minutos libres, si entre comer o leer un rato.

Qué difícil decisión para Hatake Kakashi.

Mentira. Finalmente decidió leer. Había prometido que solo un capítulo, pero vamos, así somos todos los lectores, prometemos un capítulo y leemos veinte. Kakashi ya iba en el 25 cuando sintió que su estómago estaba ardiendo de hambre, pero se prometió leer solo un capitulito más. Cinco minutos después Hatake Kakashi cayó desmayado de hambre.

— ¡Pero ahorita no hay camas disponibles por el virus reciente que se presentó en Konoha! –gritó una enfermera histérica mientras empujaba la camilla del reciente Rokudaime.

— ¡Es el Hokage, no podemos dejarlo sin atención médica! Sakura-chan, ¿qué podemos hacer? –chilló la otra. Ambas enfermeras y los camilleros se quedaron observando a Sakura.

— Mnn... -se quedó pensativa –Saquen a Ebisu del cuarto 46, a fin que solo tiene anemia por causa de hemorragias nasales –dictó y los demás enseguida la obedecieron. ¡Oh, Sakura, qué inteligente, algún día heredarás el hospital de Konoha y que Rikudo ampare a todos!

.

.

El trino de los pajarillos de afuera empezó a despertarlo poco a poco... y también la infernal luz del día que dejaba pasar la ventana abierta que se encontraba a un lado de su cama. Kakashi empezó a abrir lentamente los ojos y descubrió que estaba en un cuarto blanco, lo primero que vino a la mente es que estaba en... sí... ¡En el cielo! Seguramente había muerto por no haberse alimentado a tiempo.

"Obito, Rin, Sensei... al fin estaré con ustedes..." pensó y sonrió.

— Ohayo, Kakashi-sensei –escuchó una voz agradable y volteó. Había ahí un ángel de ojos sin iris.

— Ángel-san... por favor guíame... -suplicó.

El supuesto ángel se quedó sin habla, con una ceja levantada.

La asistente de Rokudaime HokageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora