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[Namjoon]

Acababa de llegar al bar. Pedí un martini seco y me quedé en una mesa mirando el paronama. Miraba a las chicas de la pista de baile, pero ninguna llamaba mi atención.

Centré mi vista en la barra y vi a una hermosa chica llorando. Mi corazón dio un vuelco, me sentía casi obligado a ir a preguntarle que le pasaba, lo tomé como simple atracción.

Me acerqué sigiloso a ella, le tendí mi pañuelo y le pregunté:

-¿Estás bien?

Se giró hacia mí y hasta llorando era una mujer muy bella. Esos ojos marrón acaramelados, pelo castaño, corto y brillante. Una nariz fina y puntiaguda. Labios rosas en forma de corazón y la tez blanca como el azúcar. Era más bella que una diosa...

Tendió su mano hacia el pañuelo, lo agarró y con gentileza se limpió las lágrimas.

-Sí, estoy bien. - respondió.

-A mí no me parece que estés bien. - se tomó un shot de tequila que tenía sobre la barra. - ¿Quieres decirme lo que te pasa?

-¿Por qué debería? Eres un desconocido, no sé ni tu nombre.

-Soy Namjoon, Kim Namjoon.

-¿Cómo el dios?

-Sí, como el dios. ¿Cómo es que sabes eso?

-Soy estudiante de mitología. Este semestre estamos con la mitología coreana.

-Bueno, ¿me dirás que te ocurre?

-Ya te respondí que no, eres un desconocido.

-Justo porque soy un desconocido no debería importarte contármelo. No me volverás a ver en tu vida, ¿qué importa si lo sé?

-Mi novio rompió conmigo sin razón aparente.

Un sentimiento raro se formó en mi pecho, era como si quemara, ardiera, como si mi corazón se prendiera fuego.

-No llores por eso. Hay muchos hombres por el mundo.

-Pero ninguno como él.

-Pues mejor, así no habrá tantos idiotas en la tierra. Venga, te invito a un trago, podrás preguntarme lo que quieras.

Esta chica aparte de guapa era inteligente. Sabía muchas cosas acerca de mitología y por consecuencia, de mí. Pedí dos vasos de whisky. La conversación era amena, nunca preguntaba nada personal acerca de ella, ya me había contado acerca de su ruptura no la iba a obligar a contarme nada más.

-¿Y eres de Seúl?

-Soy de más arriba. Me vine a Seúl porque me aburría estra en el mismo sitio, aunque solo será un año, lo aprovecharé al máximo.

-¿Tu esposa no se enfadará si estás tanto tiempo fuera de casa?

-¿Esposa? ¿Me ves tan viejo como para estar ya casado? - me reía con ella, era graciosa.

-Lo siento, ha sido una broma de muy mal gusto.

-No pasa nada. Yo no soy un hombre hecho para relaciones serias.

-Entonces - me dijo riendo - ¿vas cambiando de cama cada noche?

-Haré una excepción contigo.

-¿Cuál? - me acerqué a ella.

-Tú puedes acostarte conmigo las veces que quieras... - me dio un empujón separándome.

-Eres tonto...

-Pues iba enserio acerca de acostarme contigo.

-No soy una chica fácil.

No era una chica fácil, y eso hacía que me atrajera aún más.

[Haneul]

Me desperté con un dolor taladrándome la cabeza, creo que ayer me pasé un poco bebiendo. Cuando abrí los ojos vi que no estaba en mi habitación, y mucho menos en mi cama. Rápido levanté la sávana y para mi grata sopresa seguía teniendo la ropa puesta.

La puerta se abrió y ese tal Namjoon entró en la habitación sin camiseta. Quería negarlo, epro tenía un cuerpo digno de un dios.

Se giró para mirarme y me sonrió.

-No sabía que estabas despierta, solo venía a por ropa. - dijo.

-¿Dónde estoy y qué me pasó?

-Estás en mi casa, en mi habitación.

-¿Tú y yo no...?

-No, no hicimos nada, pero podría haberlo hecho si quisiera.

-¿Y por qué no lo hiciste?

-Porque eres la primera chica en toda mi vida que se me resiste, y eso me intriga y a la vez me molesta...

-Te dije que no era una chica fácil... ¡Oh dios mío! ¿Y Yoonmin?

-Ah, es cierto, llamó hace un par de horas, como estabas dormida cogí tu teléfono y le dije que estabas conmigo.

-¡Joder, joder, joder!

-¿Qué pasa?

-Seguro que piensa que me acosté contigo. Y eso no puede pasar, yo acabo de salir de una relación, no puedo tener en mente estar con otros chicos.

-¿Por qué no puedes? Eres libre de hacer lo que quieras.

-Porque yo todavía le quiero.

La cara de Namjoon cambió por completo, estaba neutra. Cogió su ropa del aramrio y se fue dejándome sola.

Estuve un rato mirando a un zapato del suelo y después conseuí levantarme de la cómoda cama. Namjoon me había dejado una chaqueta suya ya que yo no podía salie con la ropa que traía puesta ayer por la noche.

Fui a coger mi telefóno, pero encima de este había una nota:

He agregado mi teléfono a tu lista de contactos como "Namjoon". Llámame si necesitas algo. Ten por seguro que contestaré el teléfono.

-Namjoon-

Este chico era nuy raro. Era como un misterio andante, y yo estaba dispuesta a descubrirlo.

LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora