LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «

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[Haneul]

Desde que me he despertado Namjoon está muy pegajoso conmigo. Me da muchos más abrazos que antes, ayer me besó en la frente y le he oído decirme "te quiero" un par de veces cuando él cree que estoy dormida. No tengo ni idea de lo que le pasa.

Cambiando de tema, salí hace un par de semanas del hospital y la terapia me está ayudando mucho, estoy mejorando, eso es lo que dice la doctora. He estado estudiando mucho para recuperar todo lo perdido. De verdad que me siento mucho mejor. Nam siempre me llama para que no se me olvide tomar las pastillas y no acabar como la última vez. Yoonmin no deja de decir que se preocupa tanto por mí porque le gusto, cosa que yo no me creo, es imposible que le gusta a Namjoon, a Kim Namjoon. Pero bueno, que se le va a hacer, mi amiga definitivamente está loca.

Namjoon vendrá a recogerme, tenemos sesión de terapia. Sí, digo "tenemos" porque a la doctora Park le gusta y cree necesaria la presencia de Namjoon. Aunque a mí me pone nerviosa que esté allí. Responder preguntas y abrir mis sentimientos a la doctora Park ya es difícl de por si, pero lo es aún más porque Namjoon está allí presente.

La docotra Park abrió la puerta de la consulta y nos hizo pasar y sentarnos. Namjoon se quedó un poco apartado, pero pronto la doctora lo mandó acercarse.

-Haneul, para hoy tengo programado algo más ameno y sencillo. Namjoon, tendrás que hacer este ejercicio con ella, ¿sí?

-Ok. - respondió él.

-Para hoy, voy a poner música lenta y quiero que solo, bailéis juntos, nada más.

-¿Por qué? - pregunté yo. No creía que bailar iba a quitarme de golpe una enfermedad mental.

-Es para reforzar la confianza y uniros. La relación que tienes con él es algo que he visto en muy pocas personas a lo largo de mi carrera. Tenéis una conexión y una complicidad muy difícil de encontrar. Es como si fueséis el todo de la otra persona.

-¿El todo? - volví a preguntar.

-Sí, todo... El mejor amigo, amante, confidente, compañero... Lo que vosotros dos poséis es una relación más íntima que cualquier cosa.

-¿A qué se refiere con eso? - preguntó ahora Namjoon.

-Quiero decir que, no dejéis ir a la otra persona, estoy segura de que encontraréis la felicidad en ella.

Namjoon y yo nos miramos, durante mucho tiempo, todo alrededor de nosotros había quedado atrapado en el tiempo. En sus ojos se formaban pequeñas estrellas, me quedé encerrada en su mirada. Por un momento noté mis mejillas calientes y las palmas de mis manos sudorosas. Era una sensación extraña, pero me gustaba. Estábamos absortos en el otro, y eso era agradable.

-Hágamoslo. Poneos de pie. - la doctora Park rompió el momento.

Ambos hicimos lo que se nos dijo y nos quedamos de pie uno frente al otro. La doctora Park nos miraba incitándonos a que bailáramos al ritmo de la canción "Love like this". Me acerqué con miedo a la que sería mi primera pareja de baile de toda mi larga vida. Namjoon agarró ambas de mis muñecas e hizo que mis manos quedaran rodeando su cuello. Sus manos reposaban en mi cintura. Y entonces comenzamos a bailar.

Nos movíamos lentamente por la sala. No dejaba de mirarme, y yo no podía (ni quería) separar mis ojos de los suyos. Era curioso como, al ver sus ojos, me daba cuenta de que no eran marrones, sus ojos poseían un color acaramelado, eran preciosos. En esos ojos pude ver muchas cosas y sentimientos, pude ver ternura, compasión, tranquilidad y... extrañamente, vi algo de amor.

Las manos de Namjoon en mi cuerpo se sentían calientes, quería más. Me acercaba lentamete a él, intentando que no lo notara nadie, ni él ni la doctora Park. Me salió el tiro por la culata porque Namjoon sí se dio cuenta. Me dio un pequeño asentimiento, dándome permiso para estra cerca de él. Bajé mis manos de su cuello a su cintura y la envolví con mis brazos a la par que mi cabeza se recostaba en la curbatura de su cuello. Estar ahí, encerrada en él, se sentía tan bien, era mejor que cualquier otro lugar. Por una vez en un largo tiempo me sentí como en casa.

Su aliento rozaba con mi oreja. El aire caliente que salía de sus labios hacía que una corriente eléctrica atravesara mi cuerpo de pies a cabeza. Era una sensación extraña, pero me gustaba, me gustaba mucho. Al estar tan cerca suyo puedo sentir una y mil cosas a la vez. No sé porqué me pasa, no es como si lo conociera de toda la vida, pero tengo esa sensación y esa confiaza cuando estoy con él.

-Mírame... - susurró en mi oído.

Levanté mi vista hasta toparme con su mirada, atrayente e intimidante.

-¿Qué me estás haciendo? - volvió a susurrar juntando su frente con la mía.

-¿Qué es lo que me estás haciendo tú a mí? - respondí.