Era viernes en la noche y eso significaba:
¡Noche de películas contigo!
Los nervios no se iban a pesar del tiempo. Aún no me acostumbraba a las emociones tan fuertes y duraderas que me causaba tu cercanía.
En un momento de esa noche dirigiste tu mirada de la pantalla de la tv hacia mí. Nuestras miradas se conectaron y me perdí en el amarillo de tus ojos. No hablaste durante un minuto, solo me observabas...
—Te quiero mucho Rox —pronunciaste por fin y creí que mi corazón saldría de mi pecho. Sonreí como nunca pero flaqueo cuando terminaste lo que ibas a decir—. Eres la mejor amiga del mundo, nunca lo olvides.
Y nunca lo olvidaré, no cuando un dolor en el pecho se instaló al instante. Mi estómago se revolvió incómodo.
Lo único que pude hacer fue darte una sonrisa falsa. Después de eso seguiste viendo la película, mientras una punzada de dolor me atravesaba.
Te quiero Rox, eres la mejor amiga del mundo...
Mejor amiga.
Eso era lo que era para ti, tu mejor amiga. Nada más. Me entristeció escuchar eso.
Yo no quería ser tu mejor amiga, yo quería ser algo más para ti...
Pero no quería perderte si te decía lo que sentía. Siendo tu amiga podía estar contigo y si te decía todo... No volvería a ser lo mismo. Podía ser el final de una amistad.
El final de un comienzo que nunca concluyó como deseaba.
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Notas de una chica enamorada ©
RomanceEl primer amor siempre te deja algo lindo que recordar. La primera experiencia de estar con alguien que te gusta y que incluso llegaste a querer, y en algunos casos, a amar. Tu primer beso con él y las mariposas en el estómago cuando se tomaban de...
