Notas de una chica enamorada ©

Nota 6 | Cercanía.

Sonrío cada vez que recuerdo tus chistes malos en el momento menos oportuno, tu sonrisa inocente y tu rubor después de hacer un comentario atrevido.

Tardé un poco en darme cuenta que eras algo tímido, pero aún así hablabas con seguridad y eso me encantaba de ti.

En clases casi repruebo una materia por mirarte constantemente, hacías que me perdiera en tu belleza. Cada mañana me gustaba observar tu cabello castaño revuelto, tus labios rojos, tu voz ronca al hablarme en la primera hora... Tus ojos ámbarinos brillando con el sol, tus lentes ya no estorbaban más pues decidiste ponerte lentes de contacto.

Extrañaba verte con lentes, eras como un sexy nerd.

Cuatro semanas después de haberte conocido y de haberme convertido en tu amiga me invitaste a ver una película, nunca esperé que fuera una película de terror... Mi peor pesadilla. Toda la película la pasé gritando y con mis manos en el rostro tratando de no ver la pantalla con las imágenes terroríficas.

Pero no me arrepiento de que escogieras esa película, no cuando en un momento de ella pasaste tu brazo por mis hombros y me dejaste abrazarte el dorso.

¡Me estabas abrazando!

Tu mano estaba posicionada en mi espalda y dabas pequeñas caricias en él. Se me cortó la respiración por la cercanía. Mi pulso estaba acelerado, las mariposas en mi estómago haciendo presencia al instante. Mis gritos cesaron y mi miedo también, me sentía segura en tus brazos. Era reconfortante.

Tus latidos eran fuertes y repetitivos, supuse que estabas nervioso, al igual que yo.

Esa noche no pude dormir bien por la emoción, era la primera vez que estábamos así de cerca. Recuerdo tu olor a vainilla, olor que quedó impregnado en la chaqueta que llevaba puesta y con la cual dormí esa noche. Estaba muy feliz.

¡Fue la mejor noche de películas de mi vida!

Y casi me desmayé cuando propusiste ver películas todos los viernes en la noche... Y así lo hicimos, sin falta.

Era como un sueño...