Odiaba mi cobardía, odiaba no tener el valor para decirte todo, sin miedo a nada. Odiaba mis intentos fallidos por tratar de decirte que te amaba.
Estábamos comiendo un helado, caminábamos por un parque cerca de tu casa, te miré y te dije un simple:
—Te amo.
Me miraste y sonreíste, estaba demasiado nerviosa, mis manos sudando. Me sorprendió lo que contestaste.
—Yo también te amo Rox —tu respuesta me dejó sin aliento, pero todo había sido perfecto como para ser real—, eres como una hermana para mí.
Eso destrozó aún más mi corazón. La decepción junto con las ganas de llorar era insuperable.
Rei, rei de desesperación. Y, sin pensar, te dije:
—No te amo de esa manera, Eros. Pero no lo entiendes aún. No sé si eres o te haces el tonto, ¿Es qué no te das cuenta de lo que sien...—justo en el momento que estaba por decirte lo más importante tus labios hicieron contacto con los míos. El roce se sentía magnífico, irreal.
Puse mis manos sobre tus hombros y las subí hasta tocar tu cabello, tus manos estaban en mi cintura apegándome más a ti.
—Cuanto esperé este momento —pronunciaste jadeante, nuestras respiraciones mezclandoce.
Es una pena que fuera solamente un sueño.
Un magnífico sueño.
*****
Nota de la autora: ¡Hola! Les pido—por favor— que si no pueden ver las notas correctamente o no les aparece en orden, me digan.Hasta ahora son 13 notas y no sé si les aparecen todas, ¿me dirían, plis?
Sin más, me voy.
¡Besos!
ESTÁS LEYENDO
Notas de una chica enamorada ©
RomantizmEl primer amor siempre te deja algo lindo que recordar. La primera experiencia de estar con alguien que te gusta y que incluso llegaste a querer, y en algunos casos, a amar. Tu primer beso con él y las mariposas en el estómago cuando se tomaban de...