Recuerdo nuestras manos entrelazadas al caminar, tu sonrisa burlona por hacerme enrojecer con tus comentarios pervertidos. Tu vacilación al caminar y la lucha que hacías por mirar a las personas a los ojos.
Una sonrisa se forma en mis labios al recordar las luchas constantes por mirarme a los ojos las primeras veces que hablamos, después de eso por fin pude ver el hermoso color de tus ojos y nunca volviste a mirar al piso estando conmigo. Me encantaba eso, que ya no tuvieras pena de mirarme a los ojos durante una plática, amaba ver tus ojos a través de tus lentes.
Uno de mis momentos favoritos estando contigo fue cuando te quedaste dormido después de ver una película como solíamos hacerlo. Te miré. La paz que irradiabas era magnífica, tus ojos cerrados, tu respiración tranquila y tus labios entre abiertos...
Moría por besarte, así que me acerque lentamente hacia ti... Y besé una de tus mejillas.
Odiaba mi cobardía. Después de eso te dejé dormir unos minutos. Mi respiración agitada por lo que intenté hacer, los latidos desbocados de mi corazón golpeteando constantemente mi pecho.
Todo el torbellino de emociones y sensaciones que probocabas en mi pobre ser era tan fuerte que me desesperaba. Me tenías mal. Lo único que pude hacer esa noche fue seguir mirándote, mirándote a ti, el chico que me tenía a sus pies.
Y sin que te dieras cuenta, entre el sonido de tu respiración, te susurré lo mucho que te amaba...
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Notas de una chica enamorada ©
RomansaEl primer amor siempre te deja algo lindo que recordar. La primera experiencia de estar con alguien que te gusta y que incluso llegaste a querer, y en algunos casos, a amar. Tu primer beso con él y las mariposas en el estómago cuando se tomaban de...
