───── Los negocios, la ambición
y la familia hacen mala combinación
pero aunque ninguno estuvo de
acuerdo ambos no pueden dejar de
sentirse atraídos.
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+𝟏𝟖
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𝐭𝐢𝐦𝐨𝐭𝐡𝐞𝐞 𝐱 𝐨𝐜
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𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐫...
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OO8.La plática
Frunciendo el ceño pensaba una teoría, podía ser que mi padre y los de él se colurdieran para hacer que nos encontráramos aquí ambos.
Pero esa teoría es algo loca, ya nos vamos a casar y eso no tendría porqué importar.
Aunque con mi padre ya no sé que esperar.
- ¿Entonces que teoría tienes? -preguntó pagando.
- Puede que querían que nos juntaramos aquí a propósito -expliqué, él soltó una carcajada. - Si no me vas a ayudar mejor me voy -
- No no, esa teoría es buena sólo que ¿Porqué harían eso?. -
Para que nos fuéramos enamorando posiblemente.
- No lo sé, tu sólo piensalo, me iré a comprar un vestido y no te quiero ver cerca porfavor -negó.
- ¿Te ayudo con el vestido? Podría ayudar probandotelos -alzó una ceja coqueto.
- S... -lo pensé un momento malpensando todo- Eres un asqueroso bye. -finalicé y caminé a la tienda departamental donde compraría mi vestido.
A lo lejos se escuchó un risa, yo rodé los ojos.
Seguí caminando mirando todos los mostradores, ninguno llamaba mi intención.
Con la bolsa de papel con la que se cubrían las corbatas caminé a los probadores dejando estas en el suelo. Saqué mi celular y comencé a buscar vestidos sencillos de noche, tampoco quería lucirme demasiado.
Encontré un tipo de vestido de seda, era realmente hermoso y pregunté por el a la ayudante, la cual me mostró varios estilos. Aunque si llamaría un poco la atención.
Pero si iba a lucirme, lo iba a hacer bien.
- Lo compro -entregué mi tarjeta.
[...]
- Creo que se quedará con la boca abierta -dijo la pelirroja sorprendida.
Me di media vuelta para verme al espejo. Realmente me enamoré de este vestido.
Pensaba en cambiarme por otro y dejar este para otra ocasión pero Sadie insistio en que me pusiera este.
Ella seguía arreglandome el pelo haciendo una cebolla en la nuca con algunos mechones sueltos por la cara.
Ella sabía peinarse muy bien y también le encantaba peinarme.
- Listo -me miró por el espejo a lo que yo sonreí. - Enserio te vez preciosa -me dio una cálida sonrisa.
