───── Los negocios, la ambición
y la familia hacen mala combinación
pero aunque ninguno estuvo de
acuerdo ambos no pueden dejar de
sentirse atraídos.
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+𝟏𝟖
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𝐭𝐢𝐦𝐨𝐭𝐡𝐞𝐞 𝐱 𝐨𝐜
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𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐫...
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O25. Salón de besos
Tomó a la chica de la nuca atrayéndola hacia sus labios haciendo presión con su boca y su cuerpo. Sus pechos se tocaban y ese roce se sentía como el cielo.
La música sonaba de fondo calentando más el momento.
Ahora las manos de Timothée se encontraban en las caderas de la rubia, las cuales se movían de atrás para adelante provocando que la erección de él creciera rápido, ambos lo disfrutaban mientras el tiempo pasaba.
Mientras se besaban él la acorraló contra la pared posicionando uno de sus brazos a el costado de la cabeza de ella.
_________ miró de reojo el famoso 'Salón de besos' que le había pronunciado Millie.
Timothée sonrió de lado al ver las intenciones de Bordieu, la cargó por el trasero enrollando las piernas a su torso y llevándola al lado oscuro de la fiesta.
Solo unas cortinas rojas y el pasillo negro aislaban a las parejas.
Al momento de entrar algunos jadeos se escucharon, todo era oscuro y a ambos les agradaba, se metieron a una de las cuantos mini habitaciones que habían.
No había lámparas, solo luces led que adornaban las paredes con su brillo rojo.
Él intentó acostarla pero en un movimiento rápido ahora ella se encontraba arriba de él.
Sus entrepiernas rozaban mientras ella seguía moviéndose arriba, él apreciaba la vista y estaba a punto de arrancarle la ropa a la chica y penetrarla lo más duro que podía.
Con ambas manos Timothée le levantó el vestido y le atrajo sus labios a los suyos.
Su mano recorría todos los rincones que encontraba, pero se detuvo en los pechos y los masajeó sacándole jadeos a Bordieu.
Ella no quería que él mandara esa noche, quería tomar el control y saber qué se sentía, así que cuando sintió la mano de su prometido en su entrepierna reprimió el placer y le quitó la mano, él confundido la miró atento a cada movimiento de ella.
Las luces rojos le iluminaban el cuerpo semidesnudo que ahora solo era cubierto por sudor.
Ella posicionó sus manos en el torso de Chalamet, y movió sus caderas contra él rozando sus intimidades, entre más humedad había ahí abajo más placer causaba.
Hasta ella podría decir que se venía sin siquiera haber penetración.
Una vez que ambos estaban listos le bajo los pantalones y el bóxer sin aviso, la sonrisa atractiva de él no se borraba, estaba claro que su mente imaginaba esas escenas y las reproducía las veces que quisiera teniéndola enfrente, o mejor dicho, arriba. Sus codos estaban apoyados en la cama mientras miraba expectante, haciendo que su torso se hundiera un poco.
Una vez que ambos se desnudaron ella procedió a meter el miembro dentro, gimiendo mientras todo el calor y la electricidad bajaba por sus columnas.
Esto se estaba volviendo adictivo.
Timothée se recostó apoyando su cabeza en sus manos mirando el techo de vez en cuando, su boca estaba entreabierta y jadeaba ante cada brinco que ella le brindaba.
Después de todo el porno sirvió de algo.
Ella nunca había hecho eso (claramente) y aún así parecía ser una experta.
El golpe de sus pieles chocando expulsaba sonidos que se escuchaban por la pequeña habitación.
Cada brinco era un salto más cerca del orgasmo.
Él se encontraba tan excitado disfrutando los movimientos y el rostro de _________ gimiendo, eso también se convertía en algo adictivo para él, apreciando cada facción y gesto que se provocaba.
Antes de que ambos se pudieran venir él la detuvo y de un segundo a otro de nuevo él tenía el control.
La tomo de los tobillos y la acercó a la orilla, sacó un condón de alguna parte que desconoció Bordieu, y la penetró de nuevo.
Glorioso.
El paraíso.
Así lo definía ella, no sabía si era porque esta era la segunda vez que tenía sexo pero parecía que él era un experto, lo hacía tan bien, y muy motivado.
El ritmo de sus embestidas incrementaba, ella apreciaba como los rizos de él se movían por la velocidad, miró la expresión de Timothée, el cual parecía sonriente y muy excitado por la forma en la que se mordía el labio.
_________ ya no controlaba sus gemidos, sus ojos se cerraron con fuerza mientras gemía su nombre.
- Vamos, sigue diciendo mi nombre -gruñó.
Bordieu no quería ser tan sumisa pero el placer la cegaba y comenzó a gritar su nombre.
‐ ¡Timmy!... Demonios si... -
El orgasmo se acercaba de nuevo y así que él aprovechó para levantarle las piernas y colocar cada una a los costados de su cabeza, quedando esta en medio.
No duraron más de cinco segundos y tres embestidas para venirse.
Ambos se acostaron unos minutos antes de vestirse, saliendo satisfechos de ahí. Se sentaron frente a la isla del bar y pidieron algo de tomar.
Él se quedó observándola y ella lo notó frunciendo su ceño.
- ¿Pasa algo? -
- No, nada, -justo cuando ella iba a tomar la bebida que el barista le ofrecía él decidió incomodar la situación.- Es solo que me gusta más venirme dentro de ti que dentro de un condón -
_________ quedó atónita y con la cara roja de la vergüenza mirando rápidamente al barista incómodo servirle la bebida.
- Le pido una disculpa -se lamentó Bordieu.
- No se preocupe, he escuchado cosas más extremas -soltó una risita, parecía un chico agradable. Se retiró evidentemente para no incomodarlos.
Ella le golpeó el hombro con fuerza.
- ¡Timothée! -gruñó molesta.- ¡Que asco!...
- Eso no decías hace rato, fue más como un 'Oh cielos Timmy' -copió burlándose de la chica a su lado.
Simplemente rodó los ojos y rieron.
Sus sonrisas se veían sinceras y tan espléndidas, sin duda alguna si tuvieran hijos estos serían demasiado atractivos para el mundo.
Estaban disfrutando la noche tanto que el tiempo se pasaba rápido.
Pero no esperaban que la alegría les durara tan poco.