O16📹

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O16. Celos

Me encontraba sentada encima del lavamanos, específicamente a un lado.

Timothée me estaba besando de una manera muy caliente y rápida, me sentía extrañamente acelerada.

El beso iba bien, hasta que de pronto posó una mano en mi seno derecho.

Me alerto y detuve el beso, pero el ahora atacó mi cuello.

‐ Timothée... basta -no podía ni siquiera hablar bien, me sentía acalorada, como la vez de la cena.

Bajó su mano a mis jeans y metió la mano, haciendo que al contacto una electricidad recorriera mi espalda, sacando un ligero gemido inconscientemente. Movía sus dedos en círculos sobre mi clítoris.

- Estas muy mojada... -susurró cerca de mi oído con la voz ronca.

Sinceramente tenía una vergüenza tremenda. Hacía mi mayor esfuerzo por recordar el porno que vi hace unos días para entender lo que iba a hacer.

Bajó su cara hasta mi intimidad y se quedó ahí, deteniendo el movimiento de sus dedos.

- ¿Q-que haces? -él me miró desde abajo y sonrió con un toque de malicia, me estaba volviendo loca.

Me quitó los Jeans por completo y bajó mis bragas.

Pensaba, ¿acaso me iba a hacer un oral?.

De un movimiento su lengua toco justo un punto, gemí mordiendo mi labio.

Lamía mi zona como desesperado, se veía tan excitante desde este punto. Cada vez que lo hacía sentía una oleada de calor. Apreté mis manos haciéndolos puños, busqué algo de donde agarrarme, me sostuve de un tubo de metal que estaba a mi lado, lo apretaba con mucha fuerza que creí que lo rompería.

Timothée al parecer notó lo que estaba causandome.

- Timmy... -gemí, no podía controlar lo que decía. Él solo sonreía y seguía allá abajo, sentí un extremo placer y otra larga corriente de electricidad en mi espalda, era casi seguro que me vendría, pero... ¿en su boca?.

Miré hacia el techo y gemía, sostuve mi cabello con una mano y lo apretaba en una forma de encontrar fuente de fuerza, o me desvanecería ahí mismo.

Pensaba que tal vez así se sentía estar drogada, esto podía ser adictivo.

Me vine en su boca, el beso mi entrepierna, yo no podía con tanto calor.

Comencé a verlo extremadamente atractivo, no le veía ningún defecto en su cara, era como un dios griego que tenía frente a mí, alto, delgado, simplemente perfecto.

𝐛𝐮𝐬𝐢𝐧𝐞𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora