|La vida que robamos|
~ 4 ~La recepcionista del Registro civil me indicó dónde se celebraba la boda de Pamela y Alan; ¿qué clase de seguridad hay en estos lugares? Me dieron santo y seña de la unión, no me preguntaron si era amigo, pariente, conocido... Pero mejor así, seguro que la recepcionista llamaba a seguridad para sacarme de ahí si le decía: "soy quien impedirá la boda".
Iba vestido como para un evento de jardín, sólo así no levantarían sospechas mi boina y los lentes oscuros; no debía dejar que nadie me reconociera. Si John lo hacía, me sacaría a patadas; igual sucedería con Nidia o con Diana, tendría una cachetada extra. No estoy seguro de qué me harían los padres de Pamela o los de Alan, pero era seguro que no recibirían bien la presencia del exnovio de la futura esposa. En fin, nadie debía verme.
La unión se celebraría a la una de la tarde en el patio principal; parecía que todos los invitados ya estaban ahí, quedaban pocas sillas vacías y todos miraban impacientes hacia el escritorio del juez. No veía a Pamela, me gustó pensar que ella no estaba ahí porque se había arrepentido de casarse con Alan; ¡sería maravilloso! Pero la ilusión se rompió cuando vi a Alan caminando con mi hija en brazos; me hirvió la sangre al verlo tan feliz, robándome la alegría de estar con mi pequeña Kate. ¡Ella debería estar en mis brazos! Riendo conmigo, jugando conmigo, abrazándome, intentando decir mi nombre y no el de Alan. ¡Ese idiota estaba arrebatándome a los amores de mi vida! Pero su sonrisa estúpida no dudaría demasiado.
No sabía cuál sería el momento adecuado para interrumpir la boda; nunca había impedido una y nadie impidió la mía como lo hubiera deseado. En las telenovelas siempre se interrumpe cuando el juez o el sacerdote preguntan si hay alguien que deseé hacerlo, pero el impedimento ya sería demasiado dramático como para hacerlo peor. Así que escuché con atención el sermón que estaba dando el juez, como esperando una palabra, una frase, que me dijera: "Robert, ¡este es el momento!", pero estaba tan nervioso que mis oídos parecían sordos a toda palabra... O eso parecía hasta que el juez dijo que Kate era hija de Alan.
—...bendecidos ya con su primera hija—dijo el juez—. Una hermosa pequeña que llegó a fortalecer su unión—Alan sonrió ampliamente—. Seguro está muy orgulloso de su hija—y el muy imbécil infló el pecho, ¿orgulloso de MI hija?
—El más orgulloso de la existencia de esa pequeña soy yo—me puse de pie ante la sorpresa de todos, ante los ojos incrédulos de Alan y Pamela—. Sobre todo, porque su existencia se debe a la mía—caminé hacia el escritorio para encarar a Pamela—. ¿O vas a negar ante todos que yo soy el verdadero padre de Kate?—los gritos y murmullos no se hicieron esperar. La mirada de Pamela ardió ante mi cínica sonrisa.
—¿Cómo te atreves?—Alan me giró de frente a él para darme un puñetazo en la cara. Luego caí al suelo cuando recibí uno por parte de John.
—¡Déjenlo!—gritó Pamela, no sé si preocupada o enfurecida—. Yo me encargo—me ayudó a ponerme de pie y me jaló hasta llegar al baño de mujeres.
—Yo no puedo estar aquí—le dije cuando puso el seguro de la puerta.
—¡No, nunca debiste estar aquí!—gritó—. ¿Quién rayos te crees para interrumpir mi boda?
—Soy el amor de tu vida—ella me miró, confundida.
—¿Qué...?
—Fui a ver a Gala—ella bufó—. Me dijo que yo soy el hombre del que te habló—Pam frunció el ceño—. ¡Su profecía se cumplió! Te curé, me enamoraste, ¡somos el amor de nuestra vida!—Pamela se recargó en los lavamanos—. Podemos hacer una vida juntos, ¡con Kate!
—No dices más que tonterías—murmuró—. Tú y yo no tenemos nada en común más que Kate, ¡nada más nos une! ¿No te das cuenta? Yo no te amo, ¡ya no! Y tú jamás me amaste, sólo es un capricho tuyo.
—No eres un capricho, en verdad te amo. Podemos iniciar de cero, apenas me divorcie...
—No podría casarme con un hombre que me rechazó, que me dijo cosas horribles, que piensa sólo pestes sobre mí...
—Eso no volverá a repetirse.
—No, porque no volveremos a estar juntos—sentenció—. No voy a quitarte el derecho de ver a Kate, es tu hija, tienes razón, pero no significa que deba unir mi vida a la tuya sólo por eso.
—Precisamente por ella estamos unidos, ¡de por vida!
—No te confundas, Robert.
—Eso es lo que sucede conmigo, estoy realmente confundido. No entiendo qué pasó para que dejaras de amarme y, no conforme con ello, convirtieras tu amor en odio. ¡Estábamos bien! La última vez que nos vimos, ¡todo estaba bien!
—Podría aceptar eso, no hubo peleas y fuimos cordiales cuando terminamos esa relación, pero todo lo que pensé después fue lo que me hizo actuar así—acarició su cuello, desesperada—. Eres un hombre…—me miró sin saber qué decir—. Eres inestable, inseguro, ¿cómo podría abandonar todo por ti? Ya no sólo debía pensar en mí, sino en Kate, porque fuiste un irresponsable cuando me embarazaste sin mi consentimiento, cuando desapareciste por razones que sólo tú sabes, ¿creías que iba a esperarte?
—Sí, eso pensé—me sentí un idiota diciendo eso—. Creí que con Kate en camino, tú me darías la oportunidad de…
—¿De volver a arruinar mi vida?
—¿Crees que con Kate la arruinaste?
—¡De ninguna manera! Kate es lo más hermoso que me ha ocurrido en la vida, pero tengo que ser realista: ¡no planeaba ser madre! Sentí como si me robaras la vida.
—¿Robarte la vida?
—¿Te pusiste a pensar en mis planes?—me retó—. ¿Sabías hacia dónde quería dirigir mi vida?—bajé la mirada, no podía sostenérsela porque era verdad: jamás me había puesto a pensar en lo que ella quería—. Y no sólo mi vida cambió, la de Kate…
—Ella es una recién nacida, por favor—bufé—. ¿Cómo podía cambiar su vida?
—Kate pudo tener una madre más preparada, emocional, económica, físicamente—suspiró—. No me siento preparada para ser madre, peor me sentí cuando supe que sería madre soltera.
—Ay, por favor, ¡tienes a Alan!
—¿Y si no? Alan fue muy lindo conmigo, cuando le conté lo que sucedía…
—¿Lo aceptaste como tu esposo sólo porque te aceptó embarazada y deshon…?
—No seas imbécil, desde antes de saber que estaba embarazada, estaba enamorada de Alan, ¡te lo dije! ¿Por qué no eres capaz de aceptar, de respetar mi decisión?
—¡Porque mi hija está de por medio!
—¡Una hija que abandonaste!—me gritó, enojada—. Ya déjate de tonterías, Robert, ¡deja de seguir robándonos la vida! Ya nada puedes hacer al respecto, ¡déjanos ir!
—¿Tú hablas de robar vidas cuando estás robándome a mi hija?
—De acuerdo, está bien—suspiró, desesperada—. No me casaré con Alan—yo suspiré, sentí que el mundo sobre mis hombros se desvanecía—. ¿Qué haremos tú, Kate y yo?
—Hacer una vida juntos, obviamente.
—Está bien, iré por Kate para irnos, ¿dónde vamos a vivir?
—¿De qué hablas? Sabes que estoy casado y que no podr…
—Pero tú dijiste que haríamos una vida juntos—sonrió, melosa—. ¿No es eso lo que querías, que viviéramos en familia?
—Es algo que no puedo ofrecerte ahora.
—¿Entonces cuándo?—volvió a su maldita actitud jodida—. ¿Ves a lo que me refiero? Debo esperar a que decidas cuándo iniciar, ¡como si todo estuviera en función a ti! No quieres que me case con Alan, pero tú puedes seguir casado con Mary; no quieres hacerte cargo de Kate, pero tampoco dejas que le dé un padre. ¿Qué carajos quieres, Robert? No puedo esperarte toda la vida, tendrás que respetar mi decisión porque no cambiará: me casaré con Alan, porque lo amo, porque estamos enamorados, porque es mejor padre para Kate de lo que tú podrías ser—me encaró—. Y no quiero que vuelvas a molestarnos.
—Pero…—la tomé del brazo—. No podría dejarte ir con las palabras de Gala en mi mente: ¡yo era ese hombre que te salvaría de todo!
—Lamento que lo hayas sabido hasta que alguien más te lo confirmara, porque yo siempre quise demostrártelo: no fue mi culpa que no creyeras en lo que ambos sentíamos—su mirada no tenía ni pizca de dolor o tristeza, ¿cómo hizo para superarme tan rápido?
—Por favor, Pam, dame una oportunidad.
—Te la di, la desperdiciaste y me rompiste el corazón—se zafó de mi mano y caminó a la puerta—. No te daré una más para que el corazón roto sea el de mi hija.
—Nuestra hija, te recuerdo que también es mía.
—Tienes derecho a verla cuando quieras, no te lo voy a prohibir—volvió para encararme, con la mirada envuelta en fuego—. Pero una cosa sí te advierto, Robert: cualquier daño que le hagas a ella o a mi esposo, la tendrás que pagar muy, muy caro—¿cómo demonios la mujer dulce y tierna se convirtió en ese temible monstruo que me estaba amenazando?—. Y si no quieres saber cómo podrían ser esos pagos, te exijo que salgas y pidas una disculpa a todos, que te retractes de lo que dijiste y te largues—no podía negarme a su petición, en verdad sentí que Pamela podía matarme en ese instante.
🍂🍂🍂🍂🍂Lo sé, ya no les pinté ese panorama favorecedor en el que Robert, Pamela y Kate quedan como familia :( ¿O ustedes qué creen?
Azul🍂
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¿Y SI FUERA ÉL?(ROBERT DOWNEY JR)(TERMINADA)
RandomLa salud de su mejor amiga empeora con el tiempo y la extraña solución es que ella inicie su vida sexual. Sencillo para cualquiera, excepto para Pamela: sus miedos y traumas de la infancia la detienen. Sabiendo que cuenta con la ciega confianza de l...