" No puedo verte, sin embargó imaginó que eres lo mas bello que existe. "
Luego de un accidente ocurrido en Meliodas, donde desgraciadamente pierde la vista, conoce a un enfermero llamado Harlequin. Este lo deberá de cuidar unos meses, causando...
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" Cuando era adolescente hice algo horrible. Cualquier persona a mi edad haría algo tonto como salir a fiestas y demás, pero eso no se compara en absoluto a lo que yo he hecho...
Hijos, les pido perdón por esto...
"
Las primeras palabras escritas por la madre de los dos jóvenes fueron aquellas.
King con algo de intriga siguió leyendo del papel malgastado, debido al tiempo que paso desde que esa carta fue escrita.
" En mis 17 años aproximadamente, cometí un crimen junto con un grupo de amigos.
La idea que tuvimos era robarle a una señora que estaba en su hogar, y llevarnos su dinero y joyas valiosas.
Él plan resulto un exito, nadie en él vecindario nos había visto, ya que fuimos silenciosos. La señora en cambio gritaba, al punto de ser casi detectados.
Pero arreglamos eso con algo.
Yo junto con mi ex-amigo agarramos unas pistolas que teniamos en nuestro bolso.
Y... Como se imaginaran, la asesinamos.
Huimos de ese lugar sin ningún tipo de problema, nos repartimos el dinero a las cuatro personas que eramos y nos fuimos a nuestros hogares.
¿Por que hicimos eso? Nisiquiera yo lo sé. Me arrepiento con mi vida de aquello.
Lo peor fue que no paramos allí, seguimos con los robos y asesinatos.
No se lo que estaran pensando de mi ahora, lo mas probable es que me odien.
Y lo comprendo.
"
Esa mujer... ¿asesino a gente? ¿a sus 17 años de edad?
Habían mas palabras en el papel, pero el castaño se rehusó a mirar de más, solo dejo la carta en la cama y salió de la habitación.
Bajo a la planta baja y se quedo en él sofá, ignorando lo que Meliodas anteriormente le había dicho.
( ··· )
King estaba cocinando algo para el rubio, quien lo esperaba en la mesa sentado.
Apenas termino de cocinar, coloco la comida en un plato y la llevo a la mesa.
.— Gracias King — habló alegre y sonriente, a lo que el castaño sonrió un poco.
. — No es nada — sonrió un poco ante la alegria del mayor.