Capitulo 10 🤴🏼

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A la mañana siguiente mientras esperaba que la fiesta comenzara, Jimin iba a conocer a Maurek, el entrenador de dragones. 

Aún en reposo obligado por sus potenciales amantes, Jimin estaba en la cama mirando al techo y preguntándose en cuántos problemas se metería si incendiaba el lugar. 

Un golpe en la puerta fue una interrupción agradable. 

—Adelante, —gritó. 

Un hombre de piel bronceada con una amplia sonrisa y una cara cuadrada se asomó a la habitación. Mirando alrededor, entró con una pequeña jaula. Un bajo gruñido salió de ella. 

—Preciosa. 

Con una sonrisa de placer, Jimin saltó de la cama y se precipitó hacia la carga. Jungkook insistió en que se pusiera los pantalones de pijama después de que atrajo a los hombres a la cama. 

—Cuidado. Escupe ácido. 
Jimin se echo a reír. 

—Lo sé, pero ella no me escupirá, ¿verdad mi niña? — Le cantó a la jaula. 

Abriendo la puerta con un estallido, metió la mano y tiró del pequeño dragón. Con un grito encantado, el dragón negro subió por el brazo y se envolvió alrededor de los hombros de Jimin.

Volviendo su atención al entrenador de dragones, Jimin arañó la negra cabecita con escamas, cuando la bestia ronroneaba por su atención. 

La boca de Maurek se quedó boquiabierta.

—Nunca he visto a un dragón hacer eso antes. ¿No te hace daño el veneno de sus garras?

—¿Veneno?

—Sí, ella es una reina negra.

Extremadamente rara. Vale una pequeña fortuna en el Mercado negro, la mayoría de la gente no los toca, debido al ácido, fuego y veneno. Muy letal y una raza dura. 
Jimin apenas podía oír al hombre con el dragón ronroneando en su oído. 

—Pero ella es un dragón dulce. 

Maurek levantó su brazo derecho. Una larga cicatriz marcaba la superficie. 

—Tu dulce dragón me quemó con su ácido. 
Levantó su mano izquierda.

—Y con fuego. 
Jimin inclinó la cabeza para mirar sus heridas. 

—Se ven muy bien…teniéndolo en cuenta. 

—El curandero está trabajando en ello. Uno de los entrenadores más jóvenes está todavía en la sala de curación, después de que ella le cortara con sus garras venenosas. Las mismas con las que se arrastró hasta tu hombro, salvo que pareces estar bien.

Jimin se encogió de hombros. 

—Me curo rápidamente. 

El entrenador de dragón miró a Jimin durante un tiempo más largo, pero la mirada de Maurek no intimidaba al príncipe. Había crecido con hombres mucho más difíciles. 

—¿La ha encontrado un nuevo hogar?
Necesita a alguien para ser su mascota y la acaricie detrás de la oreja. A ella la gusta. 
Maurek frunció el ceño. 

—Ten en cuenta que los dragones no son mascotas. Los dragones son parejas. Pelean, se preocupan, protegen. En la batalla son fuertes y tranquilos, son protectores. En tu vida no tendrás un compañero más leal. 

El discurso tenía el sonido de algo ensayado, pero sincero de todos modos. Una pregunta  todavía le rondaba.

—Si ella es tan rara y especial, ¿cómo crees que se perdió? —Rascó a la criatura mortal bajo el cuello como si fuera un gato. 
El entrenador de dragones se encogió de hombros. 

Drakon¹ KM_VMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora