El novio de mi mejor amigo|Emiliaco|

No le quieres más

Emilio estaba llorando demasiado, ambos lo estábamos haciendo. Me dolía mucho verlo de esta manera, verlo sufrir por culpa de Niko, mi ex-mejor amigo. Desearía tener un arma mágica que hiciera desaparecer su sufrimiento, su dolor, su decepción al enterarse que su novio lo engañaba; pero solo podía darle mi compañía, mi apoyo y mis brazos como cobijo.
Media hora después, sentí como su cuerpo se relajaba entre mis brazos, se había quedado dormido. Yo no quería separarme de él, pero tenía que ir al baño. Así que con cuidado deshice el abrazo, lo acomodé sobre la cama, lo cubrí con las sábanas y dejé un beso en su frente.
Cuando salí del baño escuché ruidos en la parte de abajo, seguramente nuestros amigos habían regresado. Pensé en bajar, pero no quería encontrarme con Niko. Regresé a la cama y me quedé de pie mirando a Emilio, se había despertado pero ya no lloraba. Su mirada estaba perdida con dirección hacia el balcón que daba a la playa.

-Emilio- susurré con miedo de asustarlo.

-Es extraño- dijo.

-¿Qué cosa?- me senté en la orilla sin quitar mi mirada de él.

-Todo. Sabes que tenía sospechas de que él me engañaba y quería comprobarlo,- su voz era tranquila- pero ¿sabes? al mismo tiempo tenía miedo de hacerlo, tenía miedo de lo que eso me hiciera sentir. Tenía miedo de sentirme destrozado, derrotado o de simplemente no sentir nada de eso.

-¿Y...?

-¿Cómo me siento?- asentí, aunque él no me miraba- no lo sé, me dolió mucho porque en el fondo guardaba la esperanza de que él no fuera así. Pero siento que ya le dije lo que tenía por decir, que ya le lloré lo que le tenía que llorar y ahora... ahora me siento liberado.

Por primera vez desde que regresé a su lado me miró. Pude ver el miedo que sentía por sentirse de ese modo y yo no quería esa mirada en él.

-No tienes que sentirte culpable por sentir eso. Después de todo no fuiste tú quien falló. Al contrario, diste todo de ti para que su relación prosperara, no es tu culpa si terminó mal.

-Lo sé, pero...- volvió su mirada al balcón- estuvimos juntos por casi más de diez meses, debería dolerme su traición ¿no? debería sentirme triste, lastimado, debería estar llorando que ya no estaremos juntos y en su lugar, me siento normal. No, normal no. Me siento tranquilo, me siento casi agradecido, como si todo este tiempo hubiese estado encadenado a algo que no quería.

-¿Crees que ya no lo querías?

Suspiró- no lo sé.

-Mejor no pienses en eso ahora, tienes que descansar.

-Tienes razón, mejor vamos a dormir. Y perdón.

-¿Perdón por qué?

-Por venir a irrumpir en tu habitación.

-No tienes que pedir perdón por eso, siempre voy a estar para ti- sonreí.

-Gracias.

Subí a la cama y me posicioné a su lado. Quise volver a abrazarlo, pero no lo creí correcto en estos momentos. Así que solo puse mis manos a los costados y miré al techo tratando de pensar en otra cosa que no fuera rodearlo con mis brazos.

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¿Capítulo el viernes?