Capitulo 9Preludios

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CAPITULO 9

Preludios

Sasuke observaba en silencio lo que cualquier otra persona consideraría una tierna escena, aunque a él le resultaba de lo más chocante: Hinata se encontraba sentada en su jardín bajo la sombra de un árbol, se veía muy concentrada leyendo un libro que sostenía con una de sus manos mientras que con la otra acariciaba con suavidad el alborotado cabello de su hermano, quien se encontraba acostado a su lado y descansaba cómodamente la cabeza en las piernas de su hermana, en el rostro de Naruto se podía apreciar una sonrisa de satisfacción y una expresión de tranquilidad, y era muy probable que se hubiera quedado dormido.

Ese era el momento exclusivo de los gemelos, era como una especie de regla en la mansión Hyuuga, si bien nadie la había impuesto, todos sabían que cuando los gemelos se encontraban descansando de esa manera en el jardín nadie debía molestarlos, inclusive el propio Sasuke que aunque en más de una ocasión había sentido deseos de quebrantar esta semiregla nunca se había atrevido a hacerlo, sin embargo, últimamente sentía que se podía contener cada vez menos, y cada vez más esa incomoda sensación de envidia por la cercanía entre Naruto y Hinata lo acosaba insistentemente, cada de que veía el profundo lazo entre esos dos no podía evitar evocar el recuerdo de aquellos días felices donde él tenia su propia familia y donde también tenia un hermano a quien admirar y seguir, mismo que se había encargado de quitarle todo y ahora todo lo que le quedaba era lo que el clan Hyuuga le daba, no es que se quejara, estaba consiente de lo mucho que les debía, sin embargo, de un tiempo acá sentía que ya no era suficiente, necesitaba algo más, no sabia que, pero sabia que lo necesitaba... Tal vez si Hinata le prestara la misma atención que le prestaba a Naruto se sentiría satisfecho.

Preocupado de que últimamente tales pensamientos amenazaban con volverse una obsesión, prefirió retirarse y no seguir atormentándose viendo esa escena que solo lo hacia sentir excluido.

Inconscientes del mudo espectador que hasta hace poco tenían, Naruto y Hinata trataban de disfrutar de ese momento juntos pues quien sabe cuando tendrían la oportunidad de volver a estar así, ya que en cuanto amaneciera tendrían que dirigirse al sitio donde presentarían su examen para ascender a Chunnin. La noticia los había sorprendido tanto a ellos como a su padre, quien aunque trato de disimularlo se sentía orgulloso de lo rápido que se les presento dicha oportunidad a sus hijos, aunque sabia que no podía ser de otra manera, Hinata era su heredera y Naruto... No pudo evitar evocar la imagen de su viejo amigo Minato.

Naruto estaba dormitando, pero podía sentir las suaves caricias que su hermana le prodigaba en su cabello, abrió los ojos y no reprimió una sonrisa al verla tan concentrada leyendo, esa muestra de afecto por parte de ella lo hacia ya por puro reflejo, pero eso lo alegraba pues era una prueba más de esa unión tan especial única entre ellos dos. Los ojos azules estudiaban con atención las delicadas facciones femeninas, el ojiazul conocía a la perfección cada detalle del rostro de su hermana, sin embargo, por alguna razón ese día le parecían mas exquisitas que nunca, sus ojos bajaron casi inconscientemente hacia los labios rosados y sin poder evitarlo recordó el incidente de la vez pasada, sintió como sus mejillas se ruborizaban casi de manera imperceptible al recordar la sensación de los cálidos labios de Hinata contra los suyos, se sintió avergonzado por pensar en ello, culpable era una expresión más aproximada, pero lo que le afligía es que no se sentía arrepentido en lo más mínimo por haber hecho lo que hizo.

Hinata vio interrumpida su lectura cuando sintió la mano de su hermano rozando su rostro, levanto la vista del libro y vio como Naruto acariciaba con delicadeza uno de los mechones de cabello que enmarcaban su rostro

–¿Te desperté Onii-chan?– Le pregunto sonriendo

–No estaba dormido– Le dijo, él vio la mirada de incredulidad en Hinata –Solo pensaba en lo que puede pasar mañana...

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