CAPITULO 16
Un sentimiento persistente
Naruto estaba feliz de regresar a casa. Habían sido los casi tres años más increíbles de su vida, había visto y aprendido tanto que él mismo se sorprendía, y aun así, sabia que le faltaba mucho por aprender, pero el plazo se había cumplido y debía regresar a Konoha y reanudar su búsqueda de Sasuke.
Aun sabiendo que le esperaban muchas y muy difíciles pruebas estaba ansioso por regresar a su hogar, y el asombro de los guardias de la entrada le llenaron de satisfacción, había cambiado y estaba impaciente porque sus familia y amigos notaran el cambio.
Su reencuentro con Sakura fue mejor de lo que esperaba, la encontró mucho más hermosa de lo que recordaba, los años también habían echo lo suyo con ella y una leve sensación como de mariposas en su estomago le indicaba que la pelirrosa seguía gustándole. También sintió una gran alegría y satisfacción reencontrarse con otras personas queridas para él como Tsunade, Kakashi y Shikamaru, y encontrarse con la hermana de Gaara fue un sorpresa y aun más el enterarse que el pelirrojo, a quien ahora consideraba un amigo, era el actual Kazekage de Suna.
Estaba temblando de ansiedad cuando vislumbro la mansión Hyuuga a la distancia, la única razón por la que no echo a correr con todas sus fuerzas fue porque Jiraiya no se lo permitió.
Todos en la mansión se sorprendieron al ver a Naruto, la mayoría no lo habría reconocido de no ser por sus peculiares marcas en sus mejillas lo más probable es que lo hubieran echado de allí, y el que su cabello se mantuviera totalmente rubio no ayudo, pero en cuanto hablo, todos en la mansión se dieron cuanta que el joven señor estaba regreso
–Muy bien, Clan Hyuuga... ¡Naruto Hyuuga a regresado!– Estas palabras desataron toda clase de reacciones desde el asombro al entusiasmo, muchas personas se acercaron a saludarle y le brindaron palabras de bienvenida mientras que otros, mas reservados se limitaron a verlo a la distancia; como podía, Naruto iba respondiendo a los saludos, comentarios y preguntas de la gente que lo rodeaban, pero una voz familiar lo hizo detenerse y buscar a una persona en particular entre la pequeña multitud
–¡Onii-chan! ¡¿De verdad eres tu, Onii-chan?!– Los ojos de Naruto se movieron rápidamente hasta que ubicaron a la preadolescente que intentaba abrirse paso para llegar hasta el recién llegado, quien, emocionado se movió rápidamente hasta llegar a ella y levantarla hasta que su rostro estuvo a la misma altura que el suyo
–¡HANABI!– Exclamo emocionado al ver a su ya no tan pequeña hermana –¡Hanabi-Chan! ¿Qué pregunta es esa? ¡Claro que soy yo, tu hermano!– Por toda respuesta una gruesa lagrima se dejo caer por una de las mejillas de Hanabi mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro
–¡ONII-CHAN!– Exclamo feliz mientras envolvía sus brazos en torno al cuello de su hermano y enterraba su rostro en la curva del cuello del mismo –¡Por fin has regresado... Yo... Yo... Te extrañe mucho!– dijo con voz entrecortada
–Yo también, Hanabi-chan– Naruto sintió los ojos húmedos, pero no lo suficiente para llorar, con gentileza aparto a su hermanita y la coloco en el suelo para mirarla mejor –Has crecido mucho... Creo que ya no podré llamarte Hana-chibi
–¡No me gusta que me llames así!– Le respondió haciendo un puchero de desagrado mientras se limpiaba las lagrimas que no había podido controlar, Naruto sonrió, su hermanita había crecido, pero seguía siendo su pequeña Hanabi
–Eh... Hanabi...– Naruto estaba muy feliz de ver a la pequeña Hanabi, pero eso no lo distrajo de la ansiedad que sentía, una ansiedad que había extenuado su corazón desde el momento en que Ero-Sennin le informo que regresarían, misma que había aumentado al llegar a la aldea y que ahora, al estar en su hogar sentía que comenzaba a asfixiarlo –Donde... ¿Dónde esta Hinata?– Pregunto finalmente esperando que no se notara demasiado su ansiedad
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Fruto Prohibido
FanficSpoiler: Debido a una promesa de Hiashi Hyuuga Naruto a crecido creyendose el hermano de Hinata ¿Que pasara cuando descubra sentimientos en él que un hermano no deberia sentir por su hermana? Autor: susuna