Sombra del pasado.

Dioses.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Un manto de oscuridad cubría el cielo del campamento mestizo en estos momentos, las estrellas resplandecían sobre el oscuro como luciérnagas impregnadas sobre un lienzo fosco.

Quirón intentó mostrarle a Goku las instalaciones que albergaba el campamento pero el azabache simplemente le dijo "No me importa lo que haya en este lugar, llévame a un sitio en el que pueda descansar". El centauro algo extrañado se vio obligado a hacerle caso si no quería problemas con Artemisa, por lo que le llevó a la cabaña de Hermes, la cabaña once.

Por suerte la cabaña estaba libre de personas cuando llegó Goku, por lo que pudo descansar sin interrupciones hasta que llegó la noche.

En este instante estaba recostado, durmiendo, teniendo un sueño sin duda "maravilloso".

Sueño.

Goku se encontraba en un verde prado caminando en silencio. La suave brisa movía su cabello a un ritmo sumamente melodioso.

"¡Gokuu!"

"¡Papá!"

El pelinegro alzó la cabeza y vio a su difunta esposa y a sus hijos Gohan y Goten correr hacia él con una sonrisa impregnada en sus rostros.

-¿S-son ustedes? -la voz le tembló a Goku al ver a su familia corriendo hacia él. Un sentimiento extraño invadió su pecho, no sabía qué es lo que sentía al ver de nuevo a sus seres queridos.

Goku, sonriendo de alegría, intentó correr hacia ellos, con ganas de abrazarlos y decirles cuánto les quería. Sin embargo, parecía que cuando se acercaba, ellos parecían alejarse cada vez más.

"¿Por qué no vienes Goku?"

"¡Sí! ¡Aquí estamos papá!"

-¡Esperen! Ahora les alcanzo -sin flaquear Goku siguió corriendo hasta que vio como su familia se alejaba hasta que acabaron desvaneciéndose por completo- ¡Gohan! ¡Milk! ¡Goten! -gritó Goku-