Sombra del pasado.

Poderoso.

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"¡AAAHHH!"

Goku gritó completando su transformación: su aura pasó a ser dorada, su cabello se alzó hacia el cielo luciendo un color amarillento, su iris era de color turquesa y su musculatura aumentó.

Varios mechones de cabello tapaban sus ojos, lo que hacia aumentar su atractivo a los ojos de las dos diosas presentes y de las valkyries.

"¡Ese aura es espléndida!"- exclamó Rossweisse en su mente con los ojos brillantes al observar a aquel muchacho rubio que llamó su atención.

"Así que esto es..."- Artemisa pensó mirando con gran asombro la figura de su amigo ahora rubio.

Sin problemas Goku se deshizo de Porfirión y le pateó mandándole hacia donde estaba el resto de gigantes, ante la vista anonadada de todos.

-Hum, sólo es un ridículo tinte de cabello, ¿acaso ese mortal piensa que va a impresionarnos con ello? Está sumamente equivocado -Ares soltó un bufido mientras observaba de reojo a Goku.

-No es sólo eso -señaló el soberano del mar con la mano izquierda posada en su barbilla- quizás no esté en lo cierto pero parece más poderoso que antes. No, muchísimo más poderoso.

Poseidón no lo tenía claro pero esperaba que aquel mortal no estuviera en su contra, pues de ser así el panteón griego estaría condenado a sucumbir ante los titanes y gigantes.

Poseidón se enteró recientemente de que su reino, Atlantis, había sufrido un ataque liderado por Forcis y varios monstruos marinos. Su hijo Tritón se hizo cargo de detener la ofensiva del dios marino con la flota marina del reino.

-¿Así que también has tenido esa sensación? -Athenea preguntó observando a Poseidón, quien asintió tranquilamente como contestación.

La mayoría se sorprendió ante aquello. ¿Athenea y Poseidón estaban de acuerdo en algo? Aquello era bastante inaudito, dos dioses que mantenían una férrea rivalidad desde hacía muchos siglos y tuvieron que esperar a que apareciera un mortal que les obligaría a compartir una única opinión.

Athenea quería observar el potencial de aquel chico, sólo esperaba que su padre estuviera de acuerdo con eso aunque teniendo en cuenta su terquedad habitual aquello resultaría difícil.

-Sí, Goku se ha hecho más poderoso... -Artemisa indicó llamando la atención de los dioses- si no recuerdo mal esa transformación multiplicaba cincuenta veces el poder base base que tenía.

-¡¿Cincuenta veces?! ¿Acaso piensas que ese mortal es superior a nosotros los dioses? -Ares indagó bastante iracundo enviándole una mirada bastante furiosa a la diosa de la luna.

Tofos estaban expectantes por oír la respuesta de Artemisa, pues entre todos los presentes ella era la que más conocía a Goku. Su hermano, el dios sol, intercambió una rápida mirada con ella, y ambos asintieron simultáneamente.

-Sí... Goku es muy superior a nosotros, eso teniendo en cuenta que no conozco el límite de su poder -respondió Artemisa para estupor de los dioses- Goku me demostró que un mortal, alguien de clase baja, siempre puede aspirar a superar a la élite con esfuerzo y dedicación.

-¡¿Piensas que voy a creerme esa estúpida mierda?! -Ares increpó intentando saltar sobre Artemisa pero tanto Hermes como Apolo le detuvieron para que no hiciese una locura.

-Sólo miren y verán la magnitud de su poder -indicó Artemisa sonriendo, quizás admitiría que Goku había cambió algunas cosas en ella.

Porfirión se levantó tras el golpe que le asestó Goku y escupió hacia un lado. Se limpió el icor, la sangre de los inmortales, que se deslizaba como una cascada por la comisura de su labio.