Regreso.

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Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Todos los presentes observaban con suma incredulidad a Adamas, el dios griego de las conquistas, quien sostenía el rayo de Zeus en sus manos y que al parecer fue quien lo robó.

-¡¡Adamas!! ¿Qué significa esto? -bramó Zeus elevando su poder mientras se levantaba de su trono al igual que la mayoría de dioses.

Adamas sonrió tranquilamente mientras balanceaba el rayo en sus manos. Dio unos pasos hasta que se situó a unos metros de Goku y del trono de los doce dioses olímpicos.

-Sí, fui yo quien robó el rayo -habló Adamas antes de girarse hacia el pelinegro- y también el causante de que estés aquí en estos momentos.

Goku intentó calmarse por dentro al oír aquellas palabras. Si Adamas no hubiera ocasionado eso ahora mismo estaría en Kuoh y con Kuroka, por ende no habría tenido que dejar a la nekoshō.

-¡Más vale que tengas una buena explicación para esto! -vociferó Zeus conteniendo su ira.

-Bien bien -añadió Adamas con relajación- todo empezó con la llegada de este ser -pronunció señalando a Goku y la mayoría arqueó una ceja.

-¿A qué te refieres? No es más que un humano que tiene relaciones con el Shintō -habló Apolo y Adamas negó ante al escuchar tales palabras.

-Diles Artemisa, ¿cómo fue que conociste a Goku? -farfulló Adamas con una sonrisa y Artemisa frunció el ceño al oír su pregunta.

-¡¿Cómo te atreviste a espiarme?! -vociferó Artemisa bastante enojada, ¿cómo es que sus cazadoras no se dieron cuenta de ello?

-Este ser de aquí no es ningún humano, ni mucho menos algo conocido en nuestro universo, he estado observándole desde que llegó -habló Adamas y todos abrieron sus ojos ante eso. ¿Entonces qué era aquel muchacho?

Goku sonrió tranquilamente, si supieran la verdad le tomarían por loco. De hecho Artemisa tardó tiempo en creer que venia de otro mundo.

-No sé de dónde es, pero Artemisa le custodió durante meses hasta que él se marchó a Japón -añadió Adamas y Hermes se levantó.

-Un momento, tú eres el principal detonante de la alianza entre los miembros de la facción bíblica, ¿verdad? -preguntó Hermes recordando cierto mensaje mientras le señalaba a Goku.

Hermes había oído de un humano que acabó con los ángeles caídos insubordinados y con varios exorcistas. Gracias a aquella acción las negociaciones de paz se aceleraron bastante.

-Supongo -respondió Goku sin mucho interés mientras se encogía de hombros- y... si se lo preguntan sí soy un humano normal que se ha fortalecido, Artemisa me había encontrado en mal estado en un bosque y me ayudó en mi proceso de recuperación hasta que me fui.

"¿Así que tenía a semejante hombre aquí pero no me di cuenta? ¡Qué tonta fui! Artemisa se lo quería quedar para ella sola, ahora lo entiendo"-. Pensó Afrodita con un deje de molestia mientras se limaba las uñas, luego de esa aburrida charla aprovecharía en "conocer" un poco más a Goku.

Goku decidió maquillar la verdad porque si decía que era de otro universo todas las facciones le tendrían en el punto de mira y apenas podría descansar tranquilamente como deseaba.

Goku llegó turbiamente a ese mundo y por suerte Artemisa le encontró y cuidó de él en el Olimpo sin que nadie se diera cuenta de su presencia, sería algo problemático.

Con el paso de las semanas Artemisa le habló a Goku acerca del orden de panteones y facciones que constituían el mundo. Goku la dijo que él no era de ese mundo y que era miembro de una raza de alienígenas llamada "saiyajin".

Sombra del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora