I carta

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El cielo estaba teñido de colores naranjas y amarillos, una imagen estupenda de las bellezas del mundo... mi querido mundo. Mis ojos brillaban cuando mi vista fue a dar hacia ti, mi pequeño sol, mi gran tesoro que escondía con anhelo.
Tu sonrisa fue enorme al verme. Pero que alegría me abarcaba cuando te veía, y el atardecer hacía que tu piel resplandeciera y se viera casi etérea.

Tus inseguridades me ponían a pensar ¿no te has visto en el espejo? Amor, si supieras lo que yo veo: Mis ojos sólo pueden ver a un ser  exquisitamente bello, lleno de malicia y pureza, tus ojos juguetones y tan expresivos que me dejaban sin aire. Me comía el nerviosismo cada vez que sostenías mi mano. Tu hermoso cabello, que con tus manos delicadas lo cuidabas para que brillara.
Que alegre y que paz me transmitías con sólo un abrazo.
Por primera vez en mi vida, me había enrollado en un amor al cual me había entregado por completo. 

Me enamoré.

Tu cara perfecta para mis ojos, tu nariz con la cual te sentías insegura, yo la miraba y adoraba en silencio, ahora pienso que debí decirte lo mucho que me gustaba. 

Cartas De OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora