VI carta

23 6 0
                                    

Había pasado una semana, en la cual me di cuenta que en realidad era un estorbo para ti y esa persona. No sabes lo mal que me sentí, esta vez ya no sonreí.

Me castigue y tome café amargo durante toda una semana, ya no había nada que me endulzara el día. No le habías puesto fin a la relación, pero sólo alargabamos el día para tú finalmente fueras  libre.

Salir me hizo mal, porque allí te vi, mirándolo como lo hacías conmigo. Y entonces supe que mi corazón era como un árbol y al fin había llegado el otoño a mi ser. Dejando caer el último pedazo de corazón que había cuidado desde hace años.
Te veías feliz con él, y no podía seguir amarrándote a mí, cuando eras feliz con alguien más.

¿Acaso no fui suficiente?

Él era mejor, y las inseguridades que nunca había tenido, florecieron. Él fue tu primer amor, y tú fuiste el mío. No porque fueras la primera persona que tocaba mis labios o me tomaba de la mano al caminar. No, fuiste la primera persona que hizo que me enamorará y pensara con ilusión un futuro.

Camine hasta mi casa, y me senté afuera en una silla, viendo como los colores naranjas y amarillos aparecían en el cielo ¿ahora él te besara?
Sonreí y la primera lágrima salada salió de mi lagrimal. Corriendo por toda mi mejilla, y saliendo otra luego de ella.

Era la primera vez en años que lloraba, pues nunca me había sentido así desde la muerte de mi madre, que me dejó quebrado por un largo tiempo. Sin embargo, mi corazón volvió pedazo por pedazo cuando te conocí.

¿Así se sentía un corazón roto?

Puse mi mano sobre mi boca y sonreí, si eras feliz, entonces todo estaba bien.

Cartas De OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora