No son celos

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Noviembre 5, 1:56 p.m.

Miguel y Hiro estaban de nuevo a un lado del río, ahora acompañados de Dayana, ya habian acabado de comer, pudieron escabullirse de los Rivera para sus mandados y de los chismosos del pueblo.

Ok ya que se conocen como la palma de su mano que hago aquí? -pregunto la mexicana-

Ni yo sé Miguel dijo que vinieras -contestó hiro lanzando piedras al rio-

Pues es mi amiga no la dejaré que ande de mula cargando con las cosas de la zapatería -le regañó- además que quiero que se conozcan

Si soy tu mejor amiga pero cuando presentas a tu novio lo haces con toda tu familia -dijo sacarrona-

No somos novios! -gritaron sonrojados-

Solo que no te quiero dejar de lado -Miguel hico un puchero adorable a los ojos de Hiro-

Bueno como digan -habló sin creer- además si me dejas de lado me puedo hacer amiga del nuevo -comento sentándose a la sombra de un pino-

Nuevo? -pregunto Hiro-

Si, que no se enteraron del rumor -ambos chicos negaron con la cabeza- bueno según fuentes dudosas hoy llega una familia a Santa Cecilia, mmm los padres un par de tíos y abuelos y lo más importante dos niños, de nuestra edad más o menos

Y ¿como se apellidan? Tal vez mamá Elena o ¡alguno de los mayores sepa! -pregunto curioso-

Pues solo son rumores así que nadie sabe si es verdad o siquiera si vendrán hoy -alzo los hombros en señal de no tener ni idea-

Bueno y eso en que los afecta?! -interrumpio el mayor con cierto tono de enojo-

No te pongas celoso la que los cambia soy yo no Miguel -le guiño un ojo al más alto haciéndolo sonrojar-

¿Eh? -Miguel no entendió pero solo recibió una caricia en el cabello por parte de Dayana-

El grupo de amigos se quedó unas horas platicando hasta que el teléfono de Hiro se comenzó a volver loco por tantos mensajes de su hermano y tía preguntando si ubicación y si Miguel y Dayana estaban con el, el trío ya se alejaba del río intentado pasar desapersibidos pero no les costó mucho ya que la gente estaba muy cerca de la entrada al pueblo, las mujeres son chismosas por naturaleza y Dayana no es la excepción así que sin dudar se acercó, Miguel y Hiro decidieron seguirla y se helaron al ver a una familia que era recibida cálidamente por todo el pueblo de Santa Cecilia. Era la familia de Marco de la Cruz.

[...]

¡Mijos vengan a saludar! -se escucho a mamá Elena desde el patio-

Ya la familia de la Cruz se había acomodado en una casa, los adultos se reunieron entre ellos pero Marco decidió ir a visitar una familia que se le hizo muy conocida, ya había llegado a la casa y se había presentado a los Rivera quien en un principio lo confundieron con Miguel (menos su madre que fue la primera en preguntar qué quien era); sólo esperaba a ver a los niños que se topó en el mundo de los muertos y volver a ver a ese niño tan lindo

¿Que paso mamá Elena? -esta voz tan angelical hizo a Marco salir de su burbuja-

Marco este es mi nieto, Miguel y sus amigos Dayana y Giro -los presento la matriarca sin saber que los chicos ya se conocían-

Hiro mamá Elena -corrigio la menor a la mujer-

Si si cómo se diga, espero que se lleven bien y se hagan amigos del niño nuevo y nada de andar molestando lo -advirtio a los niños antes de sacarlos a la fuerza para que hablarán con Marco-

No tengo tiempo para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora