Me mandas tamales

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Enero 6 1:22 p.m.

De nuevo era algo tarde pero la familia apenas estaba comiendo, esta vez todos estaban ya reunidos en el patio trasero pues era seis de enero, y se celebraba a los reyes magos, los niños devoraban sus tamales recalentados pues sabían que al terminar podían pedir su chocolate caliente acompañado de su pedazo de rosca, la parte dulce claro, ya sabes el postre que todos quieren junto con su bota.

Nuestros protagonistas estaban en su lugar secreto, el río prohibido, había muy poca gente que podría verlos tan juntos y hacia donde se dirijan, así que tenían que aprovechar, sabían que ya quedaba nada para que el mayor tuviera que regresar a su país natal y no volvieran a verse después de un largo tiempo, si es que realmente se volvían a ver

Entonces... ¿Que harás cuando te vayas? -pregunto el moreno-

En realidad no lo sé, supongo que seguir estudiando hasta graduarme y seguir con la vida de héroe -contesto sin muchas ganas de volver y quedarse solo (si si sus amigos pero- sin su Migue:()-

Oye chino -lo llamó luego de un silencio-

Que pasa enano? -respondió sin ganas-

¿Crees que nos volvamos a ver algún día? -volvio a hablar el menor, pues aun mantenía esperanza de que el nipón volviera a Santa Cecilia de vez en cuando o aunque sea una vez más-

No lo se, no suena como una idea descabellada -rio con un sonrojo- dentro de poco sere un adulto podría viajar aqui si me lo propongo -volteo a ver al moreno quien tenia una sonrisa inocente y un sonrojo con un brillo en los ojos que se veia seguido cuando estaban ambos juntos y solos-

¡¿Hablas enserio?! Amaría si es que tu pudieras venir a verme, se que no hay mucho que ver en Santa Cecilia, pero haria que tus aventuras fueran igual de increibles que como las de... -hizo una pausa de su entusiasmado plan, preocupando al japo-americano- ser un héroe

Bueno eso no lo dudo pero, por que esa cara? -notaba algo más serio el semblante del contrario, eso lo preocupaba, algo estaba mal en toda su fantasía-

Bueno, eres un héroe Hiro, tu ciudad te necesita, seria muy egoísta de mi parte si te hago venir seguido y dejo a San Fransokio sin un gran héroe, no quiero ser culpable de que un villano logre derrotar al equipo solo por que yo quise tener a su capitán más tiempo de la cuenta -pequeñas lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos, quería a Hiro y lo queria con él, pero su corazón sabia que su deber era en su cuidad-

Ay Migue... -lo abrazó, no era mucho de contacto físico pero ver al niño de sus ojos casi derramar lágrimas por no poder estar juntos le ablandó el corazón, asi que en un acto reflejo lo acurrucó en su pecho "protegiéndolo"- son cinco grandes héroes podran hacer muchas cosas sin uno -intento calmarlo, y darse algo de ezperanza a si mismo con que podrian volver a verse-

Tu y yo sabemos que eso no pasara -hablo escondiendo más su cara el mexicano- tu deber es allá, con tus amigos, y el mío es aqui con mi familia

Yo... -no pudo hablar pues fue interrumpido por un fugaz beso del contrario, sorprendiendolo y poniendolo rojo-

Al menos promete que no vas a olvidarme y conseguir una novia -bromeo Miguel alejándose del abrazo-

Bromeas?! por que querría una tonta chica teniendo al niño más adorable de voz hermosa robandome besos -siguio el juego sacandole un sonrojo al mencionado-

¡Oh cállate encanto! -dio un pequeño empujón y recibió un beso en la mejilla- ¡b-basta! -su cara estaba roja y eso solo incitaba aún más al mayor a dar besos al más bajo, nunca habían hecho eso, jamás habían estado cariñoso con nadie y mucho menos entre ellos, aunque ambos sabían que el contrario les gustaba y que era mutuo no se arriesgaban a más que una amistad-

No tengo tiempo para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora