Lan Sizhui, Lan Jingyi y Jin Ling encontraron algo extraño en una cacería nocturna, cerca de las montañas de Gusu Lan se situaba una gran piedra brillante, los chicos por investigar se acercaron demasiado, haciendo que la misma los absorbiera.
Lo qu...
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Buenas, bienvenidos al futuro xd.
-Lan Zhan... - Wei Wuxian había caminado hasta tocar la gran pared de piedra con sus manos. - Haz que se encienda de nuevo... - Pidió con la voz temblorosa.
Acababa de recuperar la esperanza después de tanto tiempo, y ahora se la volvían a arrebatar.
Lan Wangji también comenzó a ponerse nervioso, tocó la melodia nuevamente, como Wuxian le había pedido, pero nada pasaba.
1, 2, 3 veces, y nada.
La piedra ahora parecía no tener ninguna reacción.
-Wangji. - Lan Xichen se había acercado. Estaba obscuro, pero había logrado recoger todos los pequeños pedazos de la piedra.
No tenía idea de cómo su hermano había hecho ese descubrimiento, pero sin duda fué muy interesante.
En esos momentos no podían hacer nada. La piedra estaba rota, y la melodia de Wangji no surtía efecto.
Y aquí el grave problema era la piedra. Todos esos meses de investigación se habían hecho pedazos literalmente.
Ahora que estaba rota, no brillará, ni vibrará. La única alternativa que había para tratar de notar los cambios era el estado de humor de Wuxian.
La pequeña bolsa con los pedazos fue sacudida levemente, no mostraba ningún signo de auto-reparacion. Y no era como si todos esperarán eso, sino que temían el hecho de que no pudieran volver a juntarla.
-Lan Zhan... ¿Por qué no veo a mi Rabanito...? - La temblorosa voz de Wei Wuxian se quebraba con cada palabra.
Seguía aferrado a la pared de piedra, pero ahora no lo miraba. En determinado punto sus piernas cedieron y cayó de rodillas al suelo.
Lan Wangji estaba frustrado por la situación. No conocía mucho de la piedra, pero en cuanto se escucho algo rompiéndose, la luz de la pared comenzaba a atenuarse.
Esa simple acción le dió suficiente como para entender que estaban más relacionados de lo que deberían.
Se sentía mal, mal por saber que esos escasos 5 minutos no fueron suficientes para regresarle a Wei Ying la sonrisa que le da vida todos los días.
Cuando lo vió caer al suelo, fue el primero en sentarse a su lado. Tomó una de sus manos, alejandola de la pared y con cuidado acarició los nudillos.
Tiró suavemente de esta, hasta que sus rostros quedaron cerca. Lan Zhan limpió con cuidado la pequeña acumulación de lágrimas en sus ojos.
-Wei Ying... -
El nombrado no pudo más y abrazó al otro. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que el y Wangji se abrazaron de esa manera.
-Lan Zhan... - lloriqueó entre los brazos de su esposo, abrazándolo más fuerte.
