4: Reto o reto.

12 2 0
                                    

Algo peor que perseguir a las personas que no quieren hablar sobre respectivos temas o que son muy maleducadas, con un micrófono en mano y un tonto asistente con cámara que repite: "Pero preguntale, preguntale. " Es tener una hermana que se ocupe más de tu vida privada que de la de ella.
–¿Sabes que el 60% de las personas de tu edad salen casi todos los fines de semana en vez de quedarse en casa con un pijama de unicornios mientras cena doritos y malta? –argumenta por quinta vez.
–¿Y?
–¡Que no puedes quedarte en casa, Dría! Sal a divertirte con tus amigos. –insiste.
La miro aburrida.
–¿Y si no quiero? –reto.
–Entonces te obligamos. –responde una tercera voz a nuestras espaldas.
Ambas nos giramos sorprendidas para ver a Natty mi mejor amiga de la infancia, la cual no veo desde hace meses porque su trabajo la lleva a viajar por el continente y sus alrededores.
Emocionada me levanto de sofá y corro para envolverla en mis brazos. En el proceso caemos al suelo riendo.
–Natt, han pasado meses. ¡No tienes idea de cuanto te extrañé! –musito en el abrazo.
–Yo también te extrañaba mi...–mira mi cabello sorprendida. –, ahora pelirroja. Deberías subir fotos mas seguido, Dría. –agrega riendo. –¿Qué clase de periodista eres?
–Una a la que no le gusta seguir a nadie, tampoco ser el centro de atención y mucho menos estar al pendiente de chismes estúpidos. –aclaro, una vez de pie mientras la ayudo a levantarse.
–Esa es mi chica. –dice Natty con orgullo. –Ahora mi chica va a prepararse para ir a celebrar el regreso, solo por unos meses, de su mejor amiga. –pestañea rápidamente con cara de perrito abandonado.
–Natt...–me interrumpe.
–Nada de Natt. Mientras te alistas llamaré a Ester para que se quede con Beth.
Bufo derrotada y me dirijo a mi habitación, pasando por el lado de Beth y su gran sonrisa victoriosa.
Frente al armario me decido por usar un vestido negro ceñido al cuerpo, el cual me llega a tres dedos por encima de la rodilla, y unos tacones altos. También un chaleco por si el frío aparece.
Dejándome el cabello al natural salgo del cuarto, no sin antes colocarme una fina capa de maquillaje acorde con mi estilo.
–Fiu, fiuuuu...–chifla Beth apenas me ve.  –¡Esa sí es mi hermana, señores!
Ester, quien ahora está a su lado, suelta carcajadas fuertes.
–Eso pasa cuando sales los viernes, Dría. –dice sonriendo.
–Se emociona más que yo. –contesto riendo. –Bueno, nos vemos a las doce.
El baile de alegría de mi hermana se detiene en seco, a la vez que Natty asoma la cabeza desde la cocina mostrándose incrédula.
–No pensaras venir a las doce.
–No me haras venir a las doce. –dicen ambas en unísono.
Me cruzo de brazos mientras Ester se golpea la frente con la palma de su mano a mi lado.
–Oigan, primero: ella no quería ir. Segundo: la están obligando. Tiene derecho a elegir la hora, ¿o no? –defiende Ester.
–Hermana, nadie, pero NADIE se va de una fiesta a las doce. Jamas. Es como una raya. –niega Natty de manera dramática. –Y deja de hablar así que me basta con Dría.
Se acerca a mí y me sostiene del brazo arrastrándome fuera de la casa hacia su auto. Después de subirnos lo enciende y nos lleva al Club Milicent.
 –¿Enserio? –inquiero con fastidio.
–Si, es el club del momento. –sonríe achicando los ojos y bajando del auto.
Rodando los ojos la imito.
–Oye nos encontraremos con unos amigos de mi universidad. –informa antes de adentrarnos al lugar.
Asiento en respuesta.
Las luces de colores me siegan mientras la fuerte música que penetra mis oídos me deja aturdida por un momento. Niego para espabilarme y seguir el nivel de los pasos de Natty.
Nos detenemos frente a varios chicos y chicas en una mesa del fondo.
–¡Hola! –saluda Natty llamando su atención.
–¡Nat, cuanto tiempo, nena! –exclama una rubia de ojos verdes lanzándose a ella para abrazarla.
Todos los demás le devuelven el saludo de manera menos efusiva.
–Esta es Dría, mi mejor amiga. –me presenta colocando su brazo en mis hombros. –Ellos son Rover, Mika, Jhosmar, Marie Claire, Lucia, Camille, Maxwell y Martin.
Todos me saludan amablemente menos la rubia que abrazó a Natty, lo cual me parece extraño pero no le presto tanta atención. Junto a Natt nos sentamos en la mesa, entonces empiezan a hablar de las cosas que vivieron en la universidad.
Suspiro aburrida al no entender nada de lo que hablan.
–Y ¿desdé cuándo son amigas? –pregunta el castaño llamado Maxwell, un gemelo.
Con Natty nos miramos.
–Desde siempre. –respondemos en unísono.
–Pero Natty nunca habló de ti en la universidad. –comenta la rubia llamada Mika mirándome con desagrado
¿Y a esta qué le pasa?
–Mmm, no tenía porque hacerlo. –le resto importancia.
–Y es una pena. –dice coqueto Martin, el otro gemelo. –Natty, eres una egoísta por no presentarnos a tu bella amiga antes.
–Totalmente deacuerdo. –dicen Jhosmar y Lucia en unísono.
Reímos.
Todos continúan hablando de otros temas, está vez incluyéndome en sus conversaciones. Me divierto mucho apesar de las malas caras que me dirige Mika, quien por cierto no se le despega a Natt ni por un segundo.
Ay vale.
A diferencia de Natty, yo nunca tuve esa facilidad para hacer amigos por mi forma extremadamente tímida de ser. Todos los amigos que tuve y aún tengo se acercaron a ofrecerme su amistad primero.
Y claro que ayudaba ser bonita y tierna. Todas querían estar conmigo sólo porque tuve la suerte de ser vista por los chicos guapos mayores como un pollito al que cuidar.
–No le hagas caso. –dice Lucia a mi lado, refiriéndose a Mika. –Su desagrado no va directamente a ti. O bueno, si.
Interesante.
–¿Le gusta Natty? –pregunto curiosa.
Ríe.
–No, ella no es de mi campo. –la miro asombrada. –Solo que siempre quiso ser la mejor amix de Natty.
–Ah, ya. –respondo entendida. –A si que tú...–evito responder.
–Si, me gustan las mujeres. Pero tranquila no soy de las que persiguen. –ambas reímos. –No eres fóbica, ¿cierto?
Niego.
–No, no. Claro que no. –río levemente. –Mi ideología es otra, pero tranquila, respeto la tuya.
–Eso me gusta.–sonríe.
Seguimos conversando por un buen rato, en el que se nos unen Camille, Marie Claire (una pelirroja natural) y Rover su novio. Martin nos interrumpe dándonos tragos de tequila.
Miro el vaso indecisa hasta que decido no beber el contenido.
Malo para la salud.
–¿Pasa algo? –me pregunta Camille, la chica de hermoso cabello chocolate y cara llena de pecas.
–No. Es que no tomo. –respondo dejándola boquiabierta a ella y todos los chismosos presentes.
–¿Hablas enserio? –pregunta Maxwell con incrédulidad.
–Les dije que era material original. –dice Natty con una sonrisa.
–Hasta ese se corrompe. –agrega Mika torciendo los ojos. –Jugando reto o reto.
La miro ofuscada.
–¿No era verdad o reto?
–Asi lo jugamos nosotros. –dice Rover dándole un trago a su vaso. –Y también hacemos el juramento de la verdad.
–¿Qué?
Cada vez entendía menos.
–Consiste en hacer todo lo que te manden, sin ninguna trampa. –aclara Lucia. –¿Juegas?
Dubitativa veo sus caras a centímetros de mí.
Me estaban intimidando.
–¿Y si me niego? –pregunto.
–No lo haces. –dice Marie Claire, sin darle importancia.
–Asi no es. –niega Mika. –El que se niega es tomado como gallina en nuestro grupo y no se incluye mas en el juego.
–Mika...–dice Lucia a modo de advertencia.
Respiro profundo.
Si Mika quería jugar así, estaba bien por mí.
–Lo haré. –sonrío a Mika, quien solo tuerce los ojos.
Martin exclama emocionado y corre a buscar una botella en la barra, luego de hacer el juramento de la verdad seguimos con el juego. Retos van y restos vienen en los que más de uno termina con la dignidad por el suelo. Estaba riendo como loca al recordar como Maxwell le bajó la falda a una chica y esta le respondió con tremenda cachetada, hasta que la botella apuntó en mi dirección y era Mika quien la movió.
Oh, oh.
–Bien, Dría. Te reto a que...–frunce los labios en una sonrisa malvada. –A que tomes toda una botella de vodka.
Abro los ojos exaltada.
–Debes estar bromeando, Mik. Eso la emborrachara de una, mas porque no sabe beber. –acota Martin mostrando seriedad por primera vez en la noche.
–Reto es reto, Martin. –se cruza de brazos sonriendo victoriosa.
Todos miran inseguros en mi dirección, sobretodo Natty que se me acerca y susurra en mi oído.
–No lo hagas si no quieres.
Lo pienso pero al ver la expresión de Mika me decido por hacerlo. Todos nos acercamos a la barra y Mika le pide al bacman una botella de vodka.
–Hasta el fondo. –dice entregándomela sin perder la sonrisa.
Trago duro antes de destaparla y empezar a beber, solo me detengo para poder respirar. Una vez me atraganto con todo el contenido aparto la botella y me siento, respondiendo todas las preguntas sobre mi estado y dirigiendo una gran sonrisa a Mika, la cual responde bufando.
Pierdo la atención cuando empieza a sonar una canción muy popular, por ello todos sueltan un grito y corren a la pista.
–Amo esa canción. Ven, Natt, he visto dos chicos guapísimos a la orilla de la pista. –chilla Mika mientras la jala del brazo.
Natty me mira insegura.
–¿Seguro te sientes bien, Dría?
Asiento.
Podía ver el brillo en sus ojos al oír que había un chico guapo, así que no pensaba quitarle la diversión.
–Ve, estoy bien. –sonrío para calmarla. –Tomaré un poco de agua y no me moveré de aquí.
Asiente no muy convencida y se va junto a Mika.
Luego de unos minutos en los que bebo un vaso de agua que me revuelve el estómago, me empiezo a sentir algo mareada. Intento disimular al ver entre las personas que bailan como Martin junto a Max y lucia me hacen señas para que me acerque a ellos. Sonrío y les indico que en un momento, entonces me levanto con dificultad al ver como todo el piso gira bajo mis pies.
–No puede ser. –susurro.
Dando un mal paso me tropiezo con mis propios pies y espero el fuerte golpe que nunca llega. Miro al chico castaño que me sostiene de la cintura un poco inquieta al ver su sonrisa arrogante y algo macabra.
Tal vez sea el alcohol.
–Vamos a bailar, hermosa. –dice y me lleva a la pista.
Que no pregunte me molesta, pero no puedo hacer nada mas que rogar porque los demás me ayuden dado a mi deprimente y alcoholizado estado.
Será la ultima vez que me dejo chantajear para hacer algo así.
El miedo se apodera de mis adormecidos sentidos cuando acerca su boca a la mía.
–Eres muy bella, me pregunto como seras en la cama. –susurra con una galantería que me da nauseas.
–¿Qué..? –pronuncio a cuestas antes de irme en vómito.
Varias personas dejan de bailar un momento al ver los zapatos del chico cubiertos de vómito. Planto los ojos en ellos y el ver la viscosa baba provoca que más arcadas y vómito se aproximen.
–¡Que azco! –chilla el castaño molesto viendo sus zapatos.
Sentí un deja vu.
La mano de alguien envuelve uno de mis brazos alejándome poco a poco del muchacho, me giro esperando ver a cualquiera menos al rubio hijo del presidente.
–Es mejor que vayas a limpiarlos. –le indica, sin detener el paso.
Quería preguntarle a dónde me llevaba y gritarle que me soltara, pero mi estado solo me permitía musitar cosas sin sentido. La poca cordura que me quedaba luchó por detenerlo antes de subirme al auto, pero fue tan vano como querer agarrar aceite con la mano derecha.
–Essstassss sssiendo tan buen sssamaritano que yo...–balbuceo, sin saber siquiera si es pregunta o afirmación. –¡Parada, señor!
Pasa el seguro a la puerta al ver mi intento por abrirla, luego suspira con frustración negando y murmurando cosas negativas, yo por mi parte solo suelto risitas bobas.
Estaciona en una zona de apartamentos de los cuales no puedo ni distinguir el color. Al ver que estoy más en el suelo que de pie se decide por llevarme cargada al que creo que es su apartamento.
–¿Eresss mi prinsssipe? –pregunto cuando me coloca en uno de los sofás.
Frunce el ceño y sonríe divertido negando.
–Sssi eresss mi prinsssipe entonssesss tienesss que bessarme.
Me abalanzo sobre él tomándolo por sorpresa, logrando que ambos caigamos al piso, e intento posar mis labios sobre los suyos.
–Si, si soy tu príncipe. –afirma llevándome la corriente. –Y como buen príncipe no puedo besarte hasta que estés acostada.
–Oh, esss sssierto. –me levanto de encima de él torpemente, golpeándome la cabeza con el mueble. –Aaauuu...
John resopla y se levanta para ayudarme a levantarme con cuidado. Me lleva a una habitación y me acuesta en la gran y cómoda cama, luego de quitarme los tacones.
–Ahora si...¿si vasss a besssarme? –pronuncio entre un bostezo.
–Claro. –sonríe y delicadamente deja un beso en mi frente.
–Oye..., así..., así no esss...–manifiesto antes de caer rendida.

Aquí Drí🌒
Owwww que lindo nuestro John, ahora es el principe de Dría (osea mio x"D)
¿Qué creen que pasará en prox cap?🌡
No olvides dejarme tu 🌟 y comentar que te ha parecido🍓.
¡Gracias por leer!
Bye mis burbujas (¿?)
乂❤‿❤乂

Indescriptible A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora