Trabajar en The Travel's era el sueño de todo periodista y comunicador social, incluso fue el mío una vez. Antes de tener la oportunidad de trabajar en el y ver que más les interesa ser los primeros en fomentar un chisme que hablar sobre los niños con cáncer, las fundaciones contra el maltrato y personas dispuestas a ayudar al medio ambiente.
Así que como yo no aportaba algo de "valor" para la revista, no podía adquirir mi tan anhelado ascenso.
Eso me lo dejó muy en claro mi querida jefa Marion Brett, o como le gustaba que la llamaran, señorita Brett.
Y con una hija de más de veinte años, vale recalcar.
–Ya te lo dije, Dijandría. Trae algo que genere racing y tendrás el puesto de editora en jefe de la empresa.
–Pero señora...¡Señorita, Brett! –me corrijo ante su acuchilladora mirada. –Pero si hace dos días entregué la noticia de los hermanos Okla Mary.
–Si, si. Los hermanos que vendieron una mansión a tan solo veinte dólares para probar que apreciaban más la vida de su madre que el dinero. –recuerda con voz aburrida. –¿Sabes cuánto revuelo causó tu noticia a la población? Solo sesenta por ciento. ¿Y sabes cuánto tuvo la de Gigi Calvin? ¡Noventa y cinco por ciento!
–¡Pero si Gigi publicó un articulo sobre cuántas novias tuvo el cantante James Maroc! –manifiesto con incredulidad.
–¡Que generó popularidad para nuestra revista! Eso es lo que queremos, Coleman. –inquiere moviendo la gran silla giratoria donde se encuentra sentada. –Has algo así y te aseguro que tendrás tu puesto.
Acongojada asiento y me apuro a salir de su oficina.
Revista superficial.
No entendía porqué seguía trabajando en este lugar cuando no soportaba ni la mitad de artículos que debía redactar y tampoco las noticias que tenía que cubrir. Solo tenía presente que estar en este lugar era un beneficio y una carta que abriría las puertas a otros lugares.
Entonces, ¿por qué seguía aquí?
Quería creer que se trataba de mi orgullo al estar en este lugar desde que me gradúe y no haber alcanzado la gran cosa, en vez de pensar que en el fondo me agradaba. Además no podía quejarme de la paga, otra de las cosas por las que tenía que ver bien dónde más podría trabajar sin tener un salario mínimo por no estar recomendada ni tener experiencia en un puesto de mayor estándar.
–Dejame adivinar, ¿de nuevo la negativa al ascenso? –dice Chloe, apenas me ve.
Solo asiento y me lanzo en mi escritorio sin querer hablar de tan repetido tema.
–Bah, ella se lo pierde. No te aflijas, Dría, estoy segura que llegará tu oportunidad. –manifiesta mi otra compañera Dyna, dándome aliento.
–Pero si quieres asegurar esa oportunidad, presenta a su hija con el sexy hijo del presidente. –bromea Chloe, llamando mi atención.
–¿A qué te refieres? –pregunto con la curiosidad carcomiendo mis sentidos.
–¿No lo sabés? –niego. –Pues mami Brett anda desesperada buscando una entrevista con el hombre del momento, porque su hijita consentida así lo quiere.
Sonrío divertida.
Para que entiendan mejor la situación les diré que la hija de mi queridísima jefa es la chica más engreída y caprichosa que he conocido en toda mi vida. Y con la que tenemos el infortunio de compartir diariamente puesto que es la imagen de la nueva temporada de la revista.
Lo que ella quiere, ella lo tiene.
Eso ha dicho en varias oportunidades en las que su diva interior ha salido a la luz en todo su esplendor. Ahora está ensimismada en conocer al hijo del presidente porque, si fuera poco, está catalogado como el bombón masculino más sexy, serio, caballeroso y básicamente el hombre perfecto en todas y cada una de las revistas del momento.
Si conocieran la versión que yo conozco no les quedaría horno disponible para quemar todos esos papeles.
–Ja, parece que se le truncó un sueño por primera vez a la niña linda. –ríe Dyna a mi lado. –Ni cantantes famosos han tenido la dicha de conocerlo por lo tan reservado que es, y lo tendrá esa modelito mediocre.
–La única mediocre serás tú cuando le cuente a mi madre lo que haz dicho. –dice la aguda voz detras nuestro, haciéndonos dar un brinco sobresaltadas.
Todas quedamos paralizadas miestras ella nos mira con suficiencia desde la prominente altura que le brindan sus altos tacones, a la vez que mueve su melena castaña con reflejos rubios.
Pasa de nosotras directo a la oficina de su madre y es entonces que nos permitimos respirar con tranquilidad. Varios minutos después se oye la voz de la jefa llamando a Dyna.
Esta última tuerce los ojos.
–Seré su sirvienta personal por una semana, ya lo verán. –musita la pelinegra, acostumbrada a pasar por dicha situación.
–Tal vez si aprendieras a controlar tu lengua estarías mejor. –acota Chloe.
Dyna le resta importancia con la mano antes de meterse dentro del lugar.
Chloe y yo nos miramos para después negar y ponernos a trabajar, luego de un rato sale Jessica caminando como si de una diosa se tratara con Dyna sosteniendo una caja detrás suyo. Esta última remeda cómicamente a la casi rubia, lo que provoca que varias risitas se oigan por el lugar.
–Nunca cambiará. –afirma Nick (otro compañero) en tono divertido, acercándose a nosotras.
–Nop. –concuerdo.
–Oigan, ¿cuándo volveremos a salir? Quiero más fotos para mi ex. –dice Nick, dejándome confundida.
–¿Fotos?
–No puede ser que aún no hayas visto las fotos, Dría. –inquiere Chloe, negando a la vez que tuerce los ojos. –Las publiqué en instagram, ve tú misma.
Busco en la computadora frente a mí dichas fotografías, al encontrarlas me detengo a analizarlas por unos minutos sin ver nada fuera de lo común, hasta que una particular melena rubia bajo una gorra llama mi atencion.
Si no me equivocaba, y no lo hacía, el mismísimo John Wischester se apreciaba en la foto con una pelinegra escultural entre las piernas y una copa en su mano derecha, a la vez que se devoraban los labios del otro.
Ver eso causó cierto revuelo incomodo en mi estómago, que determiné como náuseas al tener frente a mis ojos esa escena tan asquerosa.
–Oye, Chloe, ¿puedes pasármela al cell?
Me mira extraña.
–Ummm, claro. Pero, ¿qué tiene de especial? –curiosea.
–Nada, solo me gustó y quiero tenerla sin, ya sabes, la descripción del dueño. –miento, aunque la verdad ni yo sabía porqué quería la foto.
Ella asiente sin tomarle importancia y continúa su charla con Nick. Ver ese acercamiento entre ambos me saca una risita que los hace mirarme, él confundido y ella con ganas de extinguirme.
Para nadie, solo para Nick, es un secreto que Chloe estaba y aún está coladita por él desde que pisó este edificio.
–Bueno, chicos, mi trabajo terminó por hoy. Nos vemos mañana. –me despido, levantándome después de recoger mis cosas. –Disfruten su charla.
Conteniendo una carcajada salgo del lugar con la matadora mirada de Chloe en mi espalda.
De camino a casa pensé en que tenía que visitar al mecánico para tener noticias de mi auto, solo pensaba en ello hasta que las imagenes de días anteriores en la casa de Luke invadieron mis recuerdos.
Sonreí, pero después borré esa sonrisa de mis labios al recordar lo imbécil que se portó conmigo. Nisiquiera entendía porqué había sonreído y tampoco el qué mi estómago no parara de revolotear. Pero fuera lo que fuera, no podía olvidar lo inestable y desequilibrado que estaba ese hombre.
Tampoco podía gustarme.
Por mas bueno, sexy y demás sinónimos afirmativos que estuviera no podía olvidar que no era para mí ni yo para él.
Una parte de mí lo odiaba, pero la más propensa a caer en encantos masculinos quería otra cosa. Que yo no quería, obviamente, y tampoco iba a permitir que sucediera.Aquí Drí🍕
Si tu no quieres yo sí, Dría. UwU🔥
Veamo que pasa JIJIJI XD
¡Gracias por leer!
Las amu☔
Bye🐑
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Indescriptible A.
RomanceDijandría es una periodista cuyo sueño es tener existo en su carrera, y a su vez, superar el triste pasado que afecta su presente. En el camino se topará con John Luke. Nada más y nada menos que el mismísimo hijo del presidente actual. Quien al igua...