Ya habían pasado varias semanas desdé que Natty se había enterado de mi relación con John Luke, y no sabía si sentirme tranquila o preocupada por lo bocaza que puede llegar ser mi mejor amiga.
–¡Aún no lo creo! Mi mejor amiga es la novia del hijo del presidente. –suspira sin salir de su burbuja de ensoñación. –¿Me puedes presentar a James Maroc?
–Creí que te gustaba Jona. –acoto, preparando el desayuno.
–Si, pero no quiero meterme en la química que hay entre él y Lucia. –expresa soltando una risita. –Quién diría que la mujer nos resultaría bisexual.
–Mucha carne para morir vegetariana. –bromea Beth, apareciendo en la cocina. –Dría, quería decirte que el próximo viernes vendrá alguien a cenar. –informa visiblemente nerviosa.
–¿Quién? –pregunto, analizando cada uno de sus gestos.
–Pronto lo veras. –sólo dice.
¿Lo?
–Uuuhhh, parece que esa persona especial es una chico. –canturrea Natty, logrando que el rostro de Beth explote en colores.
–Sólo es un amigo mío y de Rose, nada importante.
El tono agitado de sus cuerdas vocales me dicen otra cosa, pero decido dejarlo pasar y asentir en respuesta mientras termino el almuerzo.
En el transcurso oigo mi teléfono timbrar, por lo que rápidamente lo agarro dejando a Beth y Natty estupefactas. Ignorándolas me llevo el aparato al oído deseando con todas mis fuerzas que sea mi guapo novio, pero no, en vez de oír su voz escucho la de Lucia.
–Fiesta esta noche, club Milicent. Estás avisada, ojitos. –cuelga.
La decepción me inunda, dado a que hace días no veo a John. Se supone que debe estar resolviendo y ayudando con los asuntos presidenciales de su padre. Eso me dijo y también lo leí en internet. Pero mientras más pasan los días yo más me desespero, y también me molesto.
Osea, sólo me ha dejado mensajes cada noche... Pero eso no justifica el que no me haya llamado.
–Tierra llamando a Dría. –musita Beth, atrayendo mi perdida mirada, lo que las haces soltar carcajadas.
–¿Quién será el que te tiene así, mujer? –murmura Natty, ganándose una mirada fulminante de mi parte.
–Esperen, ¿hay alguien? –pregunta con curiosidad mi hermana.
–No. –niego enérgica. –Son cosas de Natty.
–¡Obvio que son cosas mías, Beth! –concuerta sin dejar de mostrar una sonrisa traviesa, lo que me da ganas de ahorcarla.
Beth nos mira a ambas para nada convencida, pero aun así no me pregunta con respeto al asunto. En vez de eso, se gira hacia Natty expandiendo los ojos con curiosidad.
–¿Y tú para cuándo? –pregunta, haciendo que la miremos confundidas. –Tu novio, enamorado o lo que sea, Natt. –aclara.
Las mejillas de Natty se sonrojan e inmediatamente su mirada revolotea por toda la cocina, cosa que me hace acercarme a ella y tomarla de los hombros sin despegar los ojos de los suyos.
–Nattily Mildly Rose, ¿qué no me has dicho? –la zarandeo sin dejar de hablar. –¡Natty!
–¡Ya, ya! –se queja apartando mis manos. –Bien, te lo diré. –alza las manos derrotada. –No quería decirte porque aún no lo considero serio, pero desde hace un tiempo estoy saliendo con alguien que conocí en mis viajes. –cuenta sin poder evitar que en su rostro se manifieste una sonrisa.
Alzo las cejas sorprendida.
–¿Hace cuánto?
–Seis meses. –responde evadiendo mi mirada.
–¡Seis meses! –chillo abobada. –¡Es mucho tiempo para decir que no es nada serio!
Se encoje en el asiento ante mi reñido.
–Ambos estamos de acuerdo en no catalogarlo como serio, es como una...–balbucea las palabras sonrojándose.
–¿Relación liberal? –agrega Beth no muy segura.
–Si, eso. –afirma haciendo pucheros. –¿No estás enojada conmigo, cierto? –me pregunta.
–¿Tú si puedes molestarte conmigo pero yo no? –acuzo achicando los ojos.
–¿Por qué se molestó? –pregunta Beth, haciendome recordar su presencia.
Siento todos los colores bajarme a la planta de los pies, miro a Natty buscando ayuda pero sólo consigo una sonrisa burlona de su parte.
Me las va a pagar.
–Eh, uh...–trago buscando la escuza adecuada. –¿No lo recuerdas? Tú eras una de las que me atosigaban en busca de respuestas.
–Oh, si. –sonríe fingiendo inocencia, a la vez que se levanta. –Nos vemos más tarde, hoy tengo práctica.
–Adiós. –nos despedimos Natty y yo en unísono. –Eres una idiota, Nattily.
–Lo siento, pero la cara que pones cada que vas a hacer descubierta es muy graciosa. –ríe.
Le saco mi dedo corazón expresando toda la molestia que siento en éste momento.
–Sabes que te amo, Dría. –me lanza una beso, y después muestra una expresión seria. –Pero debes decirle.
–Lo sé, lo sé. –bufo, encogiendo los hombros. –Se lo diré, te lo prometo.
–Eso espero. –me apunta con su dedo índice. –Ahora... ¡A arreglarnos para la fiesta!
–¿Cómo sabes...? –se encoje de hombros sonriendo. Blanqueo los ojos negando. –A veces me asustas, Natt.
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Indescriptible A.
RomanceDijandría es una periodista cuyo sueño es tener existo en su carrera, y a su vez, superar el triste pasado que afecta su presente. En el camino se topará con John Luke. Nada más y nada menos que el mismísimo hijo del presidente actual. Quien al igua...