Mientras todos huyen a la pista de baile, yo me quedo sentada en mi lugar bebiendo jugo de limón con, sorprendentemente, Mika a mi lado.
–Y dime, ¿desde cuándo eres la perrita personal de John?
–¿Qué? –suelto después de dirigirle una mirada confundida.
–No te hagas. Ví cuando te llevaba fuera del club la otra noche. –manifiesta con altivez.
Le dirijo una mirada llena de incredulidad y molestia.
–Oh, ¿te refieres a cuando estabas en tu papel de espía? –aguijoneo, logrando que el color abandone su cara por unos instantes.
–Mas bien, el día que bailaba conmigo antes que tú lo distrajeras. –se defiende, mirandome con desagrado. Obviamente no sabiendo de la existencia de las fotografías. –Mejor dime cómo es en la cama. Tengo cierto interés en ello.
Claro que lo tienes.
–No pienso decirte nada porque no tengo nada con él. –aclaro.
Por mí que se lo quede.
–Conmigo puedes quitarte la mascara de mojigata. Yo sí conozco a las tipas como tú. –dice arrogante.
–Como tú eres una. –murmuro con la pajita de la bebida entre mis labios.
Me mira furiosa.
–¡No te atrevas a compararme con una rata tan sucia como tú! –exclama con las mejillas rojizas por el alcohol. –¡Después que logre que Natty vea quién eres en realidad yo...–la interrumpo.
–Oye no se a dónde quieres llegar con todo esto, pero desde ya te digo que madures y dejes de comportarte como una nena de cinco años a la que le robaron su mejor amiga. –manifiesto de manera tranquila, para después levantarme con la intensión de irme de ahí.
–¡Sólo te diré que te vayas olvidando de John! –la oigo decir.
Bufo.
–Eso es lo que más quiero, estupida. –susurro para mí, pasando la barra de bebidas, en dónde un chico literalmente casi me cae encima.
–¿Eresss mi mamá? –balbucea en mis brazos.
–No. –digo, lanzándolo a el asiento para seguir mi camino.
La última vez que me crucé con un borracho terminé con el corazón roto.
–¡MAMIIIII...! –chilla, haciendo a medio club voltear.
Deseo con todo mi corazón que los extraterrestres me secuentren en este instante, o por lo menos que me dejen tirada en el otro lado de la tierra.
No.No.No.No...
Sin poder seguir por su chillidos vuelvo a él, luego agarro un vaso de agua que me tiende el bacman y se lo lanzo en la cara. De su boca empiezan a salir sonidos como “Glu, glu, glu” los cuales imagino que se deben a que estaba hablando cuando lo se lo lancé.
–¡¿Estás loca?! –grita una voz en mi oído haciéndome saltar. –¿Y si se ahoga?
–¿No sabe nadar? –pregunta otra voz más aguda.
Me giro hacia ambos, la chica casi albina y el chico pelinegro, con cara de "Wtf" mientras le regreso el vaso al bacman.
El pelinegro de grandes ojos dorados se golpea la frente en señal de frustración.
–Ticky, ¿qué tiene que ver eso? –le pregunta con genuina incredulidad.
La casi albina se encoje de hombros.
–Se han visto casos.
Después de negar y pedirle al cielo en un susurro que nadie escucha, clava los ojos en mí provocándome escalofríos.
Un destello de curiosidad casi imperceptible pasa por sus ojos.
–¿Y tú quién eres? –pregunta de mala gana.
Frunzo el ceño mostrándome fastidiada.
¿Qué le pasa? Puro loco es lo que me presenta la vida.
–Eso no es asunto tuyo. –grazno, dándome la vuelta como todo un pavo real con la intensión de irme, nuevamente.
–Oh, no creas que te iras así después de intentar ahogar a mi hermano. –me toma de la muñeca y después me empuja a el asiento al lado de su "hermano". –Ahora te quedaras ahí y me dirás todo.
–Todo. –recalca el borracho, parpadeando como si volviera en sí.
Los reto a ambos con la mirada.
–¿Y si no quiero?
Los tres, incluida la rubia, se miran entre si.
–Te obligamos. –dicen, haciéndome erizar.(***)
–¡AUXILIO, POLICÍA! –grito a todo pulmón sobre el hombro del pelinegro, después de mirar con desagrado el nombre del club. –¡Me están secuestrando! ¡Milicent, todo esto es culpa tuya!
–Otra loca para mi colección. –murmura quien me lleva como saco de patatas.
Detrás nuestro vienen la rubia albina caminando mientras mira al cielo, lastima que el que le sigue no tiene la misma suerte. Puesto que en vez de caminar, se arrastra por todo el pavimento mientras canta alguna canción de niños exploradores.
¿Por qué no lo ayuda en vez de cargarme a mí?
–¡¡Hola...!! –musito, llamando su atención. –Tu hermano, por quien vas a matarme, se agacho en medio de la calle para besar el suelo.
–Oh, él no va a matarte. Su código como estudiante de medicina no se lo permite. –dice la rubia con bastante dificultad, seguro ayudando al borracho. –Sólo va a llevarte a tu casa porque le gustaste.
Gruñe el pelinegro antes de bajarme.
–Ticky...–riñe.
–Sorry, hermanito. –dice sin una pizca de culpa.
Los miro a ambos ofuscada por su casi nulo parecido físico. Analizándolos con detenimiento, lo único que puede unirlos son sus ojos dorados y nariz respingona.
Pero volviendo al caso de que un estudiante me está llevando a casa porque le "gusto" es otro asunto en el que sí me gustaría aportar.
–No salgo con pollitos. Eso todo lo que puedo decir y de una vez pido disculpas si daño tu ego varonil. –manifiesto mirando por la ventanilla del auto, después de darle mi dirección.
Bufa.
–Uno: no pensaba invitarte a salir. –ego herido. –Dos: no soy un pollito. Tengo veintitrés años y estoy en mi último año de medicina general. –aclara.
–Oh. –sólo digo. –¿Cómo te llamas?
–No voy a decirte. –contesta, logrando que lo mire mal.
–Su nombre es Jona, yo soy Tiffany y este de acá es Norman. Somos los hermanos Westside. Los hijos del director de la clínica Westside. –explica, ganándose una mala mirada de su hermano mayor y un intento de mirada del otro. –Bueno, ellos dos –los apunta. –Son los hijos del primer matrimonio del Director Westside, mientras yo soy producto del actual. ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?
Sin palabras balbuceo.
–D-Dijandría.
–¡Es un placer! –exclama inclinándose con rapidez para estrechar mi mano. –Muy bonito nombre por cierto. Raro pero bonito.
Intento sonreír por la inocencia tan genuina de esta chica con voz de personaje anime.
–Llegamos. –anuncia Jona soltando un gran suspiro, obviamente aliviado porque su hermana no podrá seguir contándole su historia familiar a una desconocida.
–Fue un gusto conocerlos. –obvio no tanto pero hay que ser educados. –¡Adiós!
Antes que pueda bajar del auto la mano de Jona en mi muñeca me detiene, me giro hacia él confusa para ver como me tiende su teléfono.
–¿Me puedes dar tú número? –dice luego de carraspear.
El "uhhhh" de Ticky inunda todo el ambiente.
–Eh, si. –carraspeo. Anoto mi número en su smartphone torpemente y se lo entrego. –Hay esta.
–Gracias. –sonríe por primera vez en la noche, dejándome ver su hilera de dientes blancos y bonita sonrisa. –Te hablo luego.
–Claro. –contesto y termino de bajar, para dirigirme a mi hogar y acabar con la noche de chicas de Beth y Ester.Aquí Drí💘
¡Personaje masculino nuevo! Ahora piensen que se será de él en la novela.💙❤
Nos vemos en el prox cap🤗 No olviden dejan su 🌟 y comentar que les pareció.
Bye.👑
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Indescriptible A.
RomanceDijandría es una periodista cuyo sueño es tener existo en su carrera, y a su vez, superar el triste pasado que afecta su presente. En el camino se topará con John Luke. Nada más y nada menos que el mismísimo hijo del presidente actual. Quien al igua...