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Él se estaba poniendo crema en aquellas manchas rojas que su piel había sufrido a causa del sol, cualquiera que las viera juraría que se quemó con cualquier otra cosa, él se la ponía mientras la puerta se abrió dejando entrar al castaño con dos chicos de cabellos negros más y otro chico que al verlo no dijeron nada, él tampoco solo se puso su camisa y guardo lo que ocupó. 

—¿Wow estás bien? —preguntó Taehyung. 

—No es tu asunto. —respondió serio Jimin. 

—Que grosero. —volvió a hablar Taehyung. 

El rubio no dijo nada solo se puso sus audífonos para hacer las tareas las cuales sabía las respuestas pues en su "condición" como así le llamaba él era bueno, pues no se tenía que estar matando en buscar en libros que la mayoría era incorrecto, cuando término miro a los chicos los cuales estaban escribiendo y a veces quejándose. 

—Así no es. —escucho decir. 

—Si lo es. —habló otro chico. 

—¿Qué ocurre? —se levantó y los otros lo vieron. 

—Le digo que el mapa no es así. —habló el chico de cabellos lilas. 

—¿Puedo ver? —se acercó. 

Los chicos asistieron él lo vio un momento y sonrió mientras negaba y se los devolvía ellos lo vieron. 

—Así no es. —hablo con una sonrisa. 

—Te lo dije. —sonrió el de cabellos lilas. 

—¿Y cómo es? —lo vio el castaño. 

—Así. —les mostró el mapa.

—Tampoco es así. —habló el rubio y ellos lo vieron. 

—¿Y tú cómo sabes? —preguntaron los cuatro al uniso. 

—En 1439 se quemó la biblioteca estatal todo documento se perdió y al no saber cómo eran crearon falsos. —se acercó a ellos mientras tomaba ambos mapas. —no fue hasta 1453 que se encontró una réplica de muchos de los mapas y en este mapa. 

—Tú. —lo vieron. 

—El Imperio coreano era muy cauteloso en cuanto a sus mapas. —sonrió. —pero no del todo. 

Los cuatro vieron como el chico unía ambos mapas mientras que con un marcador los iba manchando hasta formar un solo mapa se alejó y volvió a lo suyo. 

—Ese es el correcto. —explicó mientras tomaba unos libros. —saldré un momento, tal vez vuelva en la noche. 

Al salir los otros se quedaron pensando en ese extraño chico pues, así era visto por esos cuatro se sentaron y se vieron. 

—Notaron su piel. —hablo el de cabellos lilas. 

—Tenía quemaduras. —dijo el castaño. 

—Es un idiota. —hablo el pálido. 

—Cuidado y te enamoras. —bromeó el menor de los cuatro. 

—Cuidado y te tiro del primer piso. —lo vio serio. 

—No hay que ser tan cruel. —dijo. 

—Bueno es algo raro. —hablo el castaño —él lee en las noches. 

—Eso no es raro. —negó el otro. 

—Me refiero a leer sin luz. —dijo. —además que a veces dice cosas sin sentido. 

—Pues ya hay un raro mayor. —rieron. 

El rubio se había quedado en la puerta escuchando estaba molesto y esos tontos lo llamaban raro si supieran se morirían del miedo, luego de irse fue a la biblioteca y se quedó ahí hasta que ya era hora de irse. Cuando salió ya estaba algo oscuro iba a paso lento hasta que sintió una presencia se detuvo y se giró viendo a la nada. 

—Sé que estás ahí. —hablo. —no me das miedo. 

Él vio como salía de las sombras y sintió un odio muy grande al ver a la persona enfrente de él, apretó sus puños mientras lo miraba. 

—Jimin ha pasado dos siglos desde la última vez que te vi. —sonrió.

—Deja esa ridiculez para otro momento. —lo vio. 

—Me debes respeto. —lo señaló. 

—Respeto. —rio. —¿Por qué? —pregunto.

—Soy tu creador. —hablo. —tu padre y amante. 

—No eres nada de eso. —negó. —ahora déjame en paz. 

—No puedes. —hablo. —me debes servir. 

—A qué. —rio. —ya no estamos en esa época. 

—Pero me perteneces. —se acercó y el otro retrocedió. 

—Me usaste. —lo señaló. —eso pasó. 

—Claro que no. —negó. 

—Sabía muy bien que si mordía a alguien más y bebía su sangre sería como tú además si le daba a alguien de mi sangre y este sobrevivía mi maldición se iba a pasar a ella. —lo vio. —y esta iba a pasar por lo mismo. 

—No seas cruel mochi. —tocó su mejilla. 

—No lo soy. —se alejó. 

—Me sorprende lo bien que te ves. —sonrió. —sigues abriendo las piernas. 

El otro se detuvo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas se giró y el otro ya no estaba, entró a la habitación, recordar eso lo hacía sentir miserable y sucio además del odio grande a ese tipo cuando entró vio que aún estaban los cuatro ellos lo vieron. 

—Jimin. —dijo el castaño. 

Este no dijo nada solo entró al baño y se vio al espejo y no había reflejo alguno, pero él juraba que sus ojos eran rojos por su enojo, se quedó un rato ahí hasta que escuchó la puerta ser tocada. 

—¡Que! —grito.

—Puedes salir, lo quiero ocupar. —escucho la voz del castaño. 

El suspiro y se volvió a ver en el espejo, otra vez no había nada se mojó el rostro y tomó una toalla para secarse, abrió la puerta y lo vio para ver la habitación y encontrarse con el pálido el cual leía un libro, pero se detuvo al ver al rubio verlo. 

—¿Qué tanto me ves? —pregunto serio Yoongi. 

Él solo le miraba el cuello y cómo este se movía además del exquisito aroma que emanaba lo estaba embriagado él se acercó al pálido el cual al ver los ojos del rubio quedó hipnotizado por el rubio el cual lo tomó de ambas mejillas para verlo. 

—Hyung pensé que. —dijo, pero guardó silencio al ver al rubio tan cerca de su amigo. 

Jimin se alejó y el pálido reaccionó ¿Qué fue eso? Él vio al castaño el cual lo miraba esperando una respuesta él vio al rubio el cual estaba de espaldas, el cual en su mente estaba maldiciendo pues él estaba a punto de comerse al amigo de su compañero de habitación. 

—Yo debo irme. —habló el pálido mientras tomaba su mochila. —adiós Tae. 

—Adiós hyung. —dijo confundido. 

Él vio como su amigo se iba se giró y vio al otro el cual estaba en trance, negó mientras se dirigía a la cama para dormir, cuando todo estuvo apagado y en completo silencio se levantó y salió de la habitación para ir en busca del pálido siguió el aroma y entró a la habitación la cual estaba oscura lo buscó y lo encontró dormido al igual que el otro. 

Se subió a paso lento a la cama sin poner esfuerzo lo miro detalladamente nariz pequeña, labios finos y delgados además de su piel pálida, él vio como el pálido movía su cabeza dejando expuesto su cuello de la cual lo vio y llevó su nariz para olerlo. Se alejó un poco asegurándose que estuviera dormido abrió su boca y pasó su lengua por el cuello del pálido mientras le dejaba una notoria marca. 

—Ahora eres mío. —susurro en la oreja del pálido. —y mataré a cualquiera que te quiera alejar de mí.

Inmortal [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora