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¿Qué pasó con aquel joven de linda sonrisa? Hace mucho tiempo la perdió, hace mucho tiempo se le fue arrebatada, como si de una película de terror se tratase él buscaba a su creador, pero nunca lo encontró, ya había perdido la cuenta de las veces que lo buscó y nunca lo encontró, él caminaba a paso lento por los pasillos de aquel lugar que los mortales conocen como universidad muchas chicas como chicos al verlo casi caían al suelo, pues esa belleza era sobrenatural.

¿Cómo podía haber tanta belleza en ese cuerpo? Él iba con lentes oscuros que impedían verle los ojos, él llevaba su mochila y la maleta en una mano y en la otra llevaba el papel donde sería su habitación al llegar tocó la puerta y esta fue abierta por otro chico el cual lo vio.

—Soy el nuevo ¿Puedo pasar? —dijo y el otro se sonrojó rápidamente, pues esa voz era tan seductora.

—Claro. —tartamudeo mientras se hacía aún lado.

El chico entró y puso su maleta y la mochila en el suelo, se quitó los lentes y observó el lugar vio las camas y luego al chico el cual estaba aún sonrojado y lo estuvo más al ver los ojos azules del rubio el cual lo vio.

—¿Puedo tener la cama que está por el baño? —pregunto.

—Claro. —se acercó para quitar las cosas que había ahí.

—Gracias. —hizo una reverencia.

—Soy Kim Taehyung. —habló el chico.

—Park Jimin. —dijo mientras seguía viendo el lugar.

—¿Primer año? —pregunto el castaño.

—Sí. —lo vio. —supongo que tu igual.

—Sí. —hablo.

Cuando el rubio iba a hablar la puerta se abrió dejando entrar a dos pelinegros este los vio y tomó sus cosas para ordenar mientras escuchaba lo que los otros dos decían.

—Ya terminaste. —dijo el más joven.

—Así es. —hablo. —¿Y ustedes?

—Ya. —contesto un chico que era el otro pelinegro.

Al escucharlo hablar el rubio tiro con fuerza uno de sus libros y salió de ahí sin decir nada los tres se quedaron viendo esa extraña escena, el pelinegro menor se acercó y tomó el libro que el rubio había tirado con fuerza para verlo.

—¿Drácula? —leyó la portada.

—Algún problema con eso. —dijo el chico y los tres lo vieron entrar otra vez, este tenía una mirada sería.

—No. —respondió mientras le daba el libro.

—Como sea. —lo tomó. —no toquen mis cosas.

—Soy Jeon Jungkook y él es mi hermano Min. —el rubio lo interrumpió.

—No me interesa saber quiénes son ustedes dos. —los señaló y luego al castaño. —con él no tengo opción.

—Como sea. —hablo el pelinegro mayor. —Jungkook nos vamos.

—Pero. —dijo y el otro lo saco mientras le daba una última mirada al rubio el cual solo lo miraba.

Esa noche el castaño escuchaba como pasaban unas páginas al encender su lámpara vio al rubio leer aquel libro lo que se le hacía extraño era que no tenía luz.

—Puedes apagar esa luz es molesta. —dijo el rubio sin verlo.

—Estás leyendo. —hablo sorprendido.

—Sí y tu luz me molesta. —cerró el libro y lo vio. —olvídalo ya me dio sueño.

El otro no dijo nada y lo hizo al quedar a oscuras el rubio mantenía sus ojos abiertos mirando toda la habitación su visita era perfecta podía ver todo en la oscuridad, miro de lado y vio al chico el cual ya estaba prácticamente dormido.

Se levantó sin hacer mucho ruido y se dirigió a la ventana miro al cielo y este no mostraba la luna pues muchas nubes la habían tapado miro a lo lejos y su nariz se arrugó al sentir el olor de un venado, abrió la ventana con sumo cuidado y salto de esta para correr donde el animal el cual al escucharlo quiso huir, pero el rubio ya lo había atrapado, el clavo sus dientes en el animal el cual comenzó a gritar en ese oscuro lugar cuando terminó se limpió la boca y miró al animal muerto.

Al día siguiente él ya estaba listo tomó la mochila y sus libros al igual que el otro chico el cual salió antes que él, él a paso lento abrió un cajón y sacó un pequeño bote el cual lo guardó en su mochila para salir, el camino y vio como muchos chicos hablaban y reían pasó de largo hasta que vio al pálido pelinegro hablar con uno de cabello lila él miraba como el cuello del pálido se movía podía escuchar la yugular del pálido invitarlo a que le diera una mordía.

El pálido al sentir una mirada levantó la vista y vio al rubio el cual salió del lugar al hacerlo vio el sol el cual estaba algo opaco bajo las gradas y se dirigió al que sería su edificio al llegar vio muchas personas ahí. Camino al salón y miro como muchos estaban ahí cuando lo vieron muchas chicas suspiraron él las vio y luego a los chicos.

—Pasa lindo. —dijo una castaña.

Él entró y se dirigió al fondo mientras todos iban para verlo y querer hablar con él, pues era irreal el chico él no decía nada.

—¿Y de dónde eres? —preguntó una rubia mientras mordía su labio inferior.

—Busan. —respondió sin verla.

—¿Y todos son así de sexys en Busan? —preguntó una de cabello corto.

—Tal vez. —la vio. —hace tiempo que ya no voy a mi ciudad de origen.

Todas estaban encantadas con el chico, pero tuvieron que irse a su lugar cuando el maestro llegó para dar inicio a la clase, él miraba como el maestro hablaba, pero él no tenía interés en absoluto. Al finalizar la clase todos iban saliendo mientras el maestro les daba la hoja que unos minutos atrás habían realizado como ejercicio.

—Joven Park puedo hablar con usted un minuto. —dijo mientras se aflojaba la corbata.

—Claro. —se sentó en uno de los pupitres de enfrente. —¿Hice algo mal?

—No. —negó mientras le ponía seguro a la puerta. —de hecho, ha hecho un excelente trabajo.

—Entonces me voy. —se levantó, pero el hombre lo tomó de la mano.

—Sabes eres un muchacho muy lindo. —sonrió. —puedo decir que ya eres mi favorito.

El rubio se giró y le dio una patada tirando al otro extremo al hombre, el cual cayó inconsciente tomó la hoja y salió de ahí molesto, aunque él se había prometido no lastimar a ninguna otra persona luego de haber matado a su familia ese hombre se lo merecía.

Inmortal [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora