Inmortal [Y.M] [✓]

52

Ellos eran una familia de alto rango, eran queridos como odiados, pero la envidia nunca debe de faltar y es ahí donde la familia respetada como lo eran los Kim les llegó. Con algunas muertes terribles como la de los padres de ambos hermanos y los asesinatos a sangre fría de primos y tíos la desgracia comenzó a llegarles como a ellos dos que fueron maldecidos para ser unos monstruos que debían de alimentarse de sangre inocente y fue así como el terror creció y sus nombres quedaron en el olvido.

Ambos hermanos tomaron rumbos diferentes pues solo así no iban a lamentar la terrible desgracia que ambos vivían, lo último que él supo de su hermana fue que se casó y creó una gran ciudad, él sin embargo se mantenía siempre oculto y en las sombras fue hasta que vio un hombre moribundo su última parte de humanidad hizo que lo ayudará curó sus heridas y le dio una oportunidad de vivir.

Si él hubiera sabido lo que ese hombre iba a llegar a hacer lo hubiera detenido, pero en ese entonces aún seguía dolido por la pérdida del hijo que adoptó y que él destruyera vidas le generaba placer hasta que se enteró de que abusaba de un joven de tan solo once años lo quiso detener, pero ya era tarde según había escuchado el lugar se había incendiado y todos habían muerto.

Al paso de los años él encontró jóvenes los cuales los comenzó a educar como sus aprendices y familia no fue hasta escuchar el rumor de asesinatos y de alguien que les robaba la sangre a mujeres jóvenes él lo siguió y vio a un joven rubio él supo quién era. No iba a cometer más errores él lo acogió y lo hizo su hijo ver lo destruido lo salvaje que era lo adoptó aunque creo rencores no le importó porque después de todo era una vida arruinada y él la iba a reparar no del todo pero lo haría.

[...]

—Es Luna. —dijo.

—Lu... Luna. —hablo y el otro sonrió. —la Luna brí... Lla la Luna brilla.

—Así es. —tomó el libro. —la Luna brilla para que el andante solitario pueda ir y buscar el amor ese amor que ha renacido y solo ella lo podrá salvar.

—¿Amor? —susurro.

—Cuando amas algo y no sabes vivir sin ella. —se levantó. —duerme mañana seguiremos con la lección.

—Sí papá. —habló el rubio y el castaño le dio un beso en la frente.

El castaño se alejó y salió de la habitación con el libro en sus manos él lo iba a cuidar después de todo era su culpa que estuviera así el joven el suspiro ya había avances con el chico y muy pronto se irían de Transilvania para volver a Corea donde lo pondría a la escuela, mientras él buscaba hombre que arruinó una vida, pero a la vez le devolvió a un hijo que él quería mucho y por las noches se lamentaba, tal vez ir donde su hermana para que ella también le enseñara algunas cosas no era mala idea.