Día diecinueve.

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Frío.

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El día pintaba ser cálido y era el día de descanso de Yuuri así que habían por terminado salir a pasar el rato afuera.

La caminata de ambos era tranquila y lenta, pues para el rubio aún con las cintas kinesiológicas el dolor era un tanto molesto.

El parque por donde paseaban estaba bastante vacío pues no había posibilidad que la nieve cesará en los próximos días pero al menos esta había disminuido un poco, lo suficiente para que algunas personas lograrán salir a hacer sus compras o simplemente salir a caminar.

— Yura — Le llama bajito el ónix.

— ¿Qué pasa? — Pregunta sin voltearle a ver.

— Respecto a lo que te pregunté ayer ¿Ya no deseas patinar más? —

— Ah eso, no lo sé, quizás. — Responde sin darle tanta importancia y mirando al par de niños que juegan con bolas de nieve. 

— Puedo preguntar ¿El por qué? — 

— Quizás sea por la insistencia de Yakov para que vaya a competencias internacionales — Contesta. 

— ¿Y eso tiene algo de malo? —

— Si que ya le he dicho muchas veces que no quiero ir y sigue insistiendo. 

La conversación muere ahí, puesto que el rubio dejando ya de lado su dolor comienza a caminar rápido rumbo al departamento.

Y Yuuri siente un abrumador vacío al ver a su pareja marcharse.

***

Una semana después la nieve ha cesado, Yuuri se viste para poder irse a trabajar mientras que el rubio envuelto en las cobijas y con el rostro escondido de lleno en la almohada, aún duerme.

Decide no hacerle más ruido del necesario, después de todo aún se mantiene un tanto irritable y arisco, por lo que simplemente pone sus cosas, le da de comer a Potya y con un beso en la mata rubia se marcha. 

El sonido de la puerta principal siendo cerrada hace que Yura despierte, aún con la vista nublada trata de buscar al ónix pero no lo encuentra, así que al ver la hora se de cuenta que no lo verá sino hasta muy entrada la noche.

***

El día ha pasado de manera tan lenta que se le hace sorprendente a Yura que ya sea de noche.

Espera con una taza de té en manos la llegada del ónix, mismo que llega temblando de frío. 

— Dios que horrible está el clima afuera — Dice dejando las llaves en el pequeño bowl de la mesita.

— Se nota, deja voy por una manta — Contesta.

Un par de minutos Yuuri ya se encuentra envuelto en una cálida manta y entre los brazos del más alto, en sus manos se encuentra una taza de chocolate caliente a medio terminar y en la televisión se proyecta una película infantil a la cual no le está prestando atención pues ya está cayendo en los brazos de Morfeo. 

Y una vez que Yura se da cuenta le retira la taza y apaga la televisión.

Con movimientos suaves y calmados, toma en brazos al ónix para ir a descansar a la cama.

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¡Hola!

Nop, no están soñando, actualización como prometí :D

En fin, gracias a las que aún leen esto, por sus votos y lecturas, las loveo mucho. 💕

Dejó actualización y vuelvo a desaparecer por siete años, así como Cthulhu.

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Never enough [30 días de OTP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora