Capítulo 21

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Ana

-Yo te quiero todavía más, canaria.

Sonreí como una tonta en cuanto Miriam juntó nuestros labios. Al principio me besó con ternura, pero poco a poco esa dulzura empezó a intensificarse.

Agarré la cintura de la gallega con mis manos y la senté a horcajadas sobre mí. Sus dedos se deslizaron por mi pelo mientras que yo iba empujando su cuerpo poco a poco hasta dejarla debajo mía.

Cuando separamos nuestros labios para coger un poco de aire, Miriam me miraba con una sonrisa sincera. Me mordí el labio inferior mientras me quedaba empanada mirándola.

-Deja de mirarme tanto, canaria, y bésame.

Miriam agarró con fuerza mi camisa y me pegó a ella para después besarme con ganas. Me había costado demasiado hacerme la dura todo el día y no lanzarme a Miriam cuando la veía tan adorable junto a Adri. Y ahora que podía hacerlo, no me iba a separar de ella en todo lo que quedaba de noche.

Las dos nos quedamos agotadas después de querernos tanto. Me acurruqué junto a Miriam, rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cara en su pecho. Las dos teníamos una sonrisa tonta en la cara.

Me dio pena el hecho de levantarme antes que Miriam para que nadie de la oficina nos viera entrar juntas. Le preparé el desayuno y le dejé una nota para que cuando se levantase supiese que yo ya había marchado a la oficina.

Aunque tenía ganas en cierta parte de que todos se enteraran de lo nuestro, sabía que teníamos que seguir escondiéndoselo a ellos, sobre todo porque no me gustaría que pensaran que porque estuviera con Miriam, ella tendría cierta ventaja respecto a los demás.

Raoul y Agoney no tardaron mucho en llegar después de mí. El rubio entró conmigo en mi despacho para organizar el horario de la semana. Estábamos los dos concentrados cuando alguien llamó a la puerta. Intenté disimular la sonrisa que se me formó cuando vi a Miriam.

-Buenos días, jefa. ¿Podemos hablar?

Raoul y yo nos miramos.

-Vázquez, si no te importa dejarnos solas...

-No, no, claro que no. Si ya casi habíamos acabado. - dijo recogiendo sus cosas.

Se acercó a Miriam y antes de salir, le puso una mano en el hombro y se lo apretó cariñosamente, en forma de saludo. Ella le respondió colocando su mano sobre la suya. Raoul cerró la puerta y Miriam se sentó enfrente mía.

-¿De qué quieres hablar, amor?

-Han traído este sobre para ti.

Alcé una ceja cuando Miriam me dio un sobre.

-Qué extraño. Que yo sepa no he pedido nada.

-Habrá sido Raoul. - dijo encogiéndose de brazos.

Miré el extraño sobre con más atención hasta que vi que en un lado ponía: "Te quiero, canaria". Miré a Miriam con una sonrisa.

-¿Qué has tramado ya?

-Va, canaria, ábrelo y lo sabrás.

La hice caso y abrí los ojos cuando vi que en su interior había dos entradas para el concierto de Belén Aguilera.

-Miriam... - sonreí tiernamente hasta que me di cuenta de dónde era el concierto. - Pero si es en Tenerife.

-No has acabado de ver todo lo que tiene el sobre.

-Estás loca. - dije cuando vi que había dos billetes de avión. - No lo puedo aceptar. Es demasiado dinero.

-Anda, Ana. - rodó los ojos. - Eso da igual. ¿No te apetece enseñarme tu tierra o qué?

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