AnaSonreí al ver a Miriam durmiendo plácidamente. Había dormido abrazada a ella, como todas las noches que dormíamos juntas. Me acurruqué junto a ella y rocé nuestros labios. Una sonrisa tonta apareció en el rostro de la rubia, haciendo que se intensificaran mis mariposas en el estómago.
Me levanté sigilosamente de la cama, porque tenía que hacer una llamada importante para poder hacerle la sorpresa de cumpleaños a mi novia, ya que hoy era ese día tan especial.
Me encerré en el baño y me senté en la tapa del retrete. Marqué el número de teléfono y esperé a que los pitidos cesaran.
-¿Hola?
-Hola, Roi. - susurré. - ¿Sigue en plan lo de hoy?
-Sí, claro, Ana. Os recojo después de comer, ¿no?
-Sí, gracias, Roi. Y otra cosa, ¿me podrías dar el número de algún familiar de Miriam? Para darle las gracias por aceptar la invitación a la fiesta sorpresa de Miriam.
-Claro que sí, Ana. Te lo van a agradecer muchísimo. Te paso el número de Efren, su hermano.
-Genial. Muchísimas gracias, Roi, en serio.
-Gracias a ti, Ana, por montarle esta sorpresa a Miriam. Luego nos vemos. Disfrutad de la mañana.
-Eso vamos a hacer, y me voy a encargar yo de que Miriam se lo pase en grande.
Me despedí de Roi y colgué. Salí del baño y volví a acurrucarme junto al cuerpo de Miriam. Pasé un brazo sobre su cintura y con mi mano libre acaricié su mejilla y pasé un mechón de su pelo detrás de su oreja.
Me pegué a su cuerpo y deslicé mis labios por su cuello suavemente, subiendo poco a poco por su barbilla para acabar besando sus labios con ternura.
Miriam sonrió en el beso y abrió su boca, dándome permiso para que juntara nuestras lenguas. Cuando el beso se empezó a intensificar, Miriam agarró con fuerza mi cintura y movió nuestros cuerpo para dejarme sentada a horcajadas suyas.
Mis manos viajaron a su nuca y solté un gemido sobre su boca cuando las manos de mi chica agarraron con fuerza mi trasero. Mientras la besaba, mis manos bajaron al cierre de su sujetador para quitárselo y después cubrir sus pechos con una de mis manos y con mi boca.
Miriam cerró sus ojos y apoyó su cabeza en el cabecero mientras jadeaba. Me rocé contra ella mientras mis besos y mordiscos no la dejaban descansar. Debido a su respiración agitada y a sus gemidos, supe que estaba a punto de correrse. Colé mi mano libre por debajo de su tanga y metí dos dedos de golpe.
Intensifiqué mis embestidas y mis roces hasta que el cuerpo de Miriam se tensó y gimió mi nombre. Saqué mis dedos despacio y besé su boca con ternura.
Me separé de sus labios mordiéndole levemente el inferior. Miriam respiraba agitada y tenía en su cara una bonita sonrisa.
-Felicidades, amor. - susurré contra su boca antes de atrapar de nuevo su rostro y besarla. - Te quiero muchísimo.
-Yo también te quiero, canaria. - me entrechó contra sus brazos y escondió su cara en el hueco de mi cuello, notando su sonrisa y provocándome una bonita sensación en el estómago. - Me ha encantado este despertar. Ya podrías hacerlo más a menudo.
Reí y la miré con ternura. La rubia miró mis labios y los volvió a juntar con los suyos. El sonido del móvil de Miriam nos interrumpió el beso. Mi novia alargó su brazo y sonrió al ver el nombre que había en la pantalla.
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¿Qué hacemos? | Wariam
FanfictionAna Guerra, con tan solo 26 años, es la directora de la Revista Times, una revista musical de gran importancia a nivel nacional. Su equipo de trabajo está compuesto por Agoney Hernández, Raoul Vázquez, Flavio Fernández y Samantha Gilabert, cuatro de...