Perfecta Oscuridad (No.2 de la Trilogia Peligroso)

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Belle extendió una taza de té en dirección a la peli roja.

- Ten, te hará sentir mejor – dijo la castaña mientras tomaba asiento a un lado del mueble.

- Gracias – respondió Colette tomando la taza en sus manos-. ¿Has visto a Niccolo? ¿has ido al hospital? – pregunto.

- Si – suspiro Belle-. No te preocupes él va a despertar.

- Ha sido mi culpa – susurro la mujer-. Si no me hubiese ido de la casa él no me hubiera ido a buscar aquella noche en que esos hombres lo atacaron, me siento tan culpable.... – sollozo ella llevándose las manos al rostro para dejar escapar las lágrimas

Belle parpadeo varias veces, quizás lo que había dicho Colette la llevaría a encontrar a quienes estaban detrás de los ataques.

- ¿Los viste? – enarco una ceja ella.

- Solo a dos, el resto tenían capuchas – respondió nerviosa la peli roja.

- ¿Cómo eran esos dos hombres? – cuestiono.

- Altos, canosos y por supuesto iban armados. Niccolo pudo protegerse detrás de una de las paredes.

- Le diré a Marco lo que me has dicho, vamos a descubrir quiénes son los responsables y después todo volverá a la normalidad no te preocupes – paso una de sus manos por la de ella sonriendo.

- ¿Cómo haces? – pregunto Colette dejando a un lado la taza de té-. ¿Cómo haces para vivir con marco sin sentir miedo por lo que pueda sucederle a tu familia?

- ¿Quién ha dicho que no tengo miedo? – respondió Belle-. Mira, sé qué clase de hombre es Marco, pero a pesar de que las cosas en la mansión ahora no sean las mejores, estoy segura que no me ira mejor en la vida sin él.

- En verdad te ama, no es obsesión como dice Niccolo – sonrió la mujer-. No creas nada de lo que él diga, es testarudo cuando se lo propone.

- No necesito que nadie me aclare que lo que mi marido siente por mí es amor, se perfectamente que ama.

- Que afortunada – dijo con tristeza al peli roja.

- Así como tengo la certeza de que mi padre te ama a ti, no dudes de eso.

- Niccolo no me ama, solo ama tener un heredero.

Belle rodo los ojos y después se levantó de la silla. Quizás en parte Colette tenía razón pero no era un tema que iba a discutir en un momento como esos.

- Tengo que ir a alimentar a Lucca, descansa – dijo antes de atravesar la puerta de la habitación y dirigirse a la suya.

***

Marco atravesó la cocina en búsqueda de belle pero no la encontró allí, ya había recorrido toda la casa y ella no aparecía por ningún lugar.

- Basilio – llamo al jefe de seguridad y este apareció en menos de un minuto enfrente de él.

- Si Don marco.

- ¿Dónde está mi mujer? – pregunto el mafioso.

- La señora ha salido al convento con la novia de su suegro señor.

- ¿Y porque demonios no me lo ha dicho?

- Creo que la señora dejo una nota en su oficina, pero esta mañana usted estaba ocupado solucionando problemas con el embarque de España.