-Epilogo-

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Se detalló en el espejo de la habitación, Belle se había puesto un vestido amarillo para una cena especial junto a Marco.

Estaban tan emocionados por conocer el sexo del bebé dentro de una semana que decidieron celebrarlo con una noche para los dos.

La castaña se pinto los labios con un color rojo carmesí para resaltarlos con el atuendo que llevaba puesto, sonrío al ver su imagen una vez más en el espejo. La mujer se sobresalto cuándo la puerta de la habitación sono con dos pequeños golpes.

Giró su vista y visualizó una carta deslizarse por debajo.

- La ha traído alguien para usted señora - escucho la voz de uno de los hombres de seguridad.

Belle extrañada la tomó en sus manos para leerla.

- Que extraño, no esperaba nada de nadie - empezó a abrirla para leer su contenido.

Después de leer con detención lo que había escrito allí junto con un par de fotografías tuvo que regresarse a la cama para no desmayarse de la impresión.

- Mi padre se ha atrevido a tanto, no puedo creerlo - se llevó las manos a las mejillas para limpiar las lágrimas que empezaban a acumularse-. Y Marco lo ha ocultado de mí - aquello era lo que más le dolía, no importaban que tan duro fuese, nadie podía ocultarle una verdad como aquella tan dolorosa.

Marco entro en la habitación con una sonrisa sonrisa esperando a que su esposa lo recibiera de la misma manera pero no fue así.

- ¿Belle? - pregunto al verla pálida-. ¿Que sucede estas bien? - se acerco a ella para abrazarla.

- He decidido no ir a la cena, no me siento bien- mintió ocultando la carta a sus espaldas.

- ¿Te sucede algo malo? ¿Te duele algo?

- No, sólo me duele la cabeza es todo.

Se armo de valor para no decirle nada Marco, confiaba en él, había una razón por la cual habia ocultado de ella la verdad. Le daría tiempo de que el mismo se lo confesara.

- No te creo esa mentira de que te duele la cabeza, algo me ocultas ¿Porque no lo hablas conmigo?

- Estoy bien Marco, el embarazo me agota es todo.

El italiano no le creyó, pero no intentaría forzarla a que le dijera la verdad. Él mismo se encargaría de averiguarla.

- Lamento no ir a nuestra cena especial - dijo ella-. Se cuán feliz estás con lo del bebé, pero ahora no tengo ánimos de ir.Espero me entiendas.

Él suspiro y la atrajo hasta su cuerpo.

- Desde que estes a mi lado, mis días seran los mas felices.

- No voy a renunciar a ti Marco Valentiniani - susurro ella mientras se pegaba más a su esposo.

(***)

- Belle... - Marcó la vió a media noche concentrada con vista a la ventana de  su habitación-. Regresa a la cama.

- No tengo sueño, no te preocupes por mí.

- ¿Estas llorando? - pregunto él levantándose de la cama para ir hasta ella.

- Claro que no - un nudo se creo en su garganta intentado no soltar en llanto.

- Me preocupas, ¿Porque ya no le dices nada a tu amado marido?

- Necesito que seas honesto conmigo, ¿Has hablado con mi padre acerca de algo que no sepa?

El italiano se quedó en silencio, la había visto tan mal los últimos días que no se atrevía aún a confesarlo.

- ¿De que podría hablar con Niccolo? Sabes muy bien que no manejamos una buena relación.

Perfecta Oscuridad  (No.2 de la Trilogia Peligroso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora