Perfecta Oscuridad (No.2 de la Trilogia Peligroso)

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Abrió los ojos y lo primero que se encontró fue con la figura de Marco con su hijo en los brazos, el mafioso le tatareaba una canción de cuna en italiano a Lucca en un intento de dormirlo.

Belle sonrió y dejó escapare una risa que provoco que el mafioso colocase sus ojos en ella.

- Has despertado mi ángel – sonrió al verla.

- ¿Qué sucedió después de que ese hombre me atacara? – pregunto mientras se removía en las sabanas.

- No te muevas mucho, el medico no lo ha recomendado al menos por un buen tiempo – marco se levantó de la silla y se encamino hasta ella.

- Porque ha dicho eso el medico? ¿Acaso hay algo malo? – enarco una ceja.

El italiano dejo escapar un suspiro, luego dejo al bebé al lado de ella mientras se sentaba en una esquina de la cama.

- Belle... - susurro sin saber cómo decirlo-. No quiero que te tomes a mal la noticia.

- ¿De qué hablas Marco? Me estas empezando a asustar.

- Después de desaparecer alguien e encontró y t devolvió a la mansión, llame al médico y al examinarte descubrió que estas embarazada.

Belle parpadeo varias veces sin creer lo que su marido había dicho. Embarazada de nuevo, alguien la había regresado al lado de Marco, ¿pero porque? ¿Quién era?

- Otro bebé – sonrió rodeando su vientre con sus manos dejando escapar una pequeña lágrima de alegría-. No puedo creerlo...

- Los golpes...

- ¿Los golpes le han hecho daño a nuestro hijo? – pregunto angustiada.

- No, no te preocupes por eso amore – tomo sus manos en las suyas-. Solo no es recomendable que te muevas, puede ya sabes ocasionar un aborto.

Belle guardo silencio unos segundos.

- Es por mi culpa, si no hubiese ido sola a ti nada de esto hubiera pasado. Quizás tampoco te hubieran herido.

- Nada de eso es verdad – contestó él-. Has sido valiente, aun cuando quiero mantenerte en una caja de cristal, me has dejado sin palabras.

- Solo he hecho lo que tu siempre haces por nosotros – lo abrazo mientras mantenía al bebe en el medio.

El italiano hundió su nariz en los cabellos castaños de ella. Su olor incluso se comparecía con la frescura de la primavera.

- ¿Porque siempre tiene que ser de esta manera? – pregunto con lágrimas que amenazaban con salir-. Porque no podemos solo ser felices con llegada de nuestro siguiente hijo, hasta mi padre ha buscado separarnos.

- No llores – limpio sus lágrimas con su pulgar. Tu padre me ha dado su palabra de no volver a intervenir en nuestro matrimonio.

- ¿Como? ¿Mi padre ha dicho eso? Imposible – alego la castaña. Le parecía algo descabellado que después de todo lo que había pasado su padre pudiera cambiar de parecer. Niccolo no era de los que cambiaba de opinión tan fácilmente, como ahora podría decir que si?

- El mismo me ha propuesto una tregua, así que no te preocupes, me olvidaré de mis rencores con Niccolo, solo por ti.

- No puedo creer que mi papá haya dicho aquello, me es difícil de creerlo.

- Olvidemos el tema de Niccolo – frunció el ceño-. Tendremos de nuevo bebé – cambio el tema emocionado-. Seremos padres de nuevo.

- Seremos padres de nuevo – sonrió ella con alegría.