You are my sun | [YoonSeok]

Capítulo dos: Gélido Sacrificio

Esa misma tarde, HoSeok llegó a casa con nieve en el cabello, la ropa y los zapatos húmedos, y al sentir el calor hogareño -debido a la calefacción- besarle la fría y roja naríz suspiró cerrando la puerta a sus espaldas.

- ¡Estoy en casa! - se anunció. Quitándose los zapatos, el abrigo y la bufanda en el recibidor.

Su abuela no tardó en aparecer con una sonrisa, pero al verlo completamente empapado y con los pómulos enrojecidos no tardó en sustituir su sonrisa por una expresión seria.

- Déjame adivinar - resopló - Te olvidaste el paraguas otra vez ¿No es así?

HoSeok meneó la cabeza para deshacerse de los copos de nieve que invadían su castaño cabello, y al culminar, miró a su nana con un ligero mohín inconsciente que se le escapó por la vergüenza. Él era tan despistado... Y se maldijo por ello todo el trayecto a su hogar, cuando las manos parecían entumecerse y los dientes castañear

- Lo siento, nana - fue lo que logró decir. Esbozando media sonrisa que le salió más como una mueca

La mayor suspiró. Moviendo la cabeza en negación

- Vas a pescar un resfriado si sigues mirando las estrellas de día, Jung HoSeok - le regañó la peligris, provocando un agradable sentimiento entrañable en HoSeok a quien le gustaba que se preocuparan por él; sobre todo su abuela. Sonrió cabizbajo - Te prepararé un baño caliente - anunció la mujer. Dándose vuelta y caminar hacia la cocina - ¡No puedo dejar que te enfermes!

- Gracias, abuela - soltó HoSeok sin pensárselo siquiera.

¡Eso era justo lo que necesitaba! Un reconstructor y relajante baño caliente para olvidar su día tan agotador e impredecible.

Corrió hasta su nana y estampó un casto beso en su cabeza. Uno dulce y eufórico que la hizo reír enternecida. Luego corrió a su habitación donde se entretuvo buscando una muda de ropa.

Terminado su baño reconstructor, donde HoSeok disfrutó sumergirse en el agua tibia aguantando la respiración, le hizo compañía a su abuela en la cocina quien le sirvió un poco de pastel de banana.

HoSeok le miró enarcando una ceja, dubitativo.

- ¿Qué pasa? -inquirió su nana al notar su expresión. Parpadeó repetidas veces, confundida

- Es diferente - logró contestar antes de darle la primera probada a su pastel

》Delicioso《

- ¿Qué es diferente? - quiso saber la mayor, degustando nuevamente su té verde y hierbabuena.

- Siempre merendamos galletas y té, abuela - empezó a decir HoSeok, esbozando su tierna sonrisa - No es común que hornées cosas complicadas a menos que estés nerviosa

- El pastel de banana no es tan complicado - declaró la mayor, volviendo a sorber de su té

- ¿Pasa algo?

HoSeok conocía a su abuela de toda la vida, no recordaba a otra persona involucrada que no fuese ella. Eso quería decir que conocía todo de ella hasta los más mínimos detalles. Como su expresión cuando se quedaba absorta en sus pensamientos, sus cosas y tradiciones favoritas y lo que acostumbraba hacer cuando se hallaba nerviosa; como hornear. A su abuela no le gustaba tanto hornear, ¡Muy complicado! Decía.

Y ese era uno de esos días, pues, en la mesa no habían galletas del supermecado, sino un delicioso postre hecho por ella.

Ella rodó los ojos con un bufido

- ¿A caso no puedo complacer a mi nieto? - dijo, entrecerrando los ojos -Además, ya me aburrí de las galletas de avena

- No sabía que querías complacerme - admitió HoSeok con asombro. Comió otro bocado de pastel - ¿Puedo saber por qué?