Cuando la castaña salió de la enfermería, regreso al patio, solo para ver a los más pequeños correr, volvió a tomar asiento sobre el verde pasto, se cruzó de brazos recargando su cabeza en sus rodillas.
Después de pocas horas, sonó la campana, indicando que todos los individuos debían regresar a las instalaciones.
Se levantó sacudiendo su falda en precaución de que una planta se haya quedado pegada.
Entró después de todos los menores, camino hasta el comedor en donde se daría la cena.
Fue tranquila, nadie hablaba con ella, y lo agradecía, preferia sus pensamientos a hablar con personas. Era una chica solitaria.
Al terminar le asignaron ayudar con la limpieza de los bebés, junto con Emma y Gilda, se acercó a ellas para ayudarlas a cargar unas cuantas sabanas.
Su trabajo iba normal, la menor cambiaba a unos cuantas criaturas, los hacia eructar para finalmente arroparlos.
Noto como la pelinaranja movía a la recién llegada, Carol, buscando algo, se acercó a ella para levantar levemente la oreja, dejando a la vista un pequeño piquete, notó que la contraria captó, se alejó de ella.
-Me voy a dormir, buenas noches- Se despidió de espaldas con una mano en el aire mientras salía del cunero.
Camino por los pasillos ya casi vacíos, para llegar a su cuarto debía pasar por la cocina, en donde noto una conversación extraña, entre los dos mayores y la hermana Krone.
Se acercó quedando en medio de los dos chicos, tomó los trates ya limpios para comenzar a acomodarlos.
Los presentes sin entender, debían dejar la plática a medias. La mayor simplemente la término extendiendo su mano como presentación.
Al alejarse, la castaña siguió el camino hacia su santuario, sus pies se movían por si solos, mientras ella pensaba, su cuerpo la llevaría por si solo a su destino.
Después de unos minutos llegó, entró sin preocuparse por el ruido de la puerta, pues nadie estaba con ella.
Se cambió a su pijama, colocó su cuerpo sobre el mullido colchón, para caer sobre los brazos de morfeo.
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Al día siguiente
--------La ojiazul buscaba un lugar en donde hubiera algo de sombra, ya que ese día en especial el sol estaba dando a plomo. Como ella suele decir.
Encontró el lugar perfecto, pero uno de los mayores ya se encontraba ahí, ella no era de iniciar conversaciones, prefería que alguien más la comenzara.
Aunque al observarlo por dos días, pudo deducir que era callado y reservado. Perfecto para ella.
Se acercó con cuidado, hasta que quedó a un lado de el.
-Disculpa- Llamo la atención del azabache -¿Eres Ray, cierto?- El contrario solo asintió -Ray, ¿Puedo sentarme?, prometo no molestar- El chico solo se hizo a un lado, dando a entender que le daba permiso.
La chica tomó su lugar recargando su cabeza en el tronco mientras cerraba los ojos, sintiendo el aire jugar con su cabello, respirando ondo, al menos ella estaba viva.
Escuchaba como el mayor les daba consejos a los pequeños que jugaban a las atrapadas.
Pero su tranquilidad no duro mucho tiempo, pues la hermana Krone se empezaba a acercar, y eso era muy mal augurio para ella, se levantó para escuchar un poco mejor lo que venía a decir.
-Parece que se divierten- Sus pasos eran firmes, casi como los de un gigante -¿Les molestaría si me uno?-
Todos aceptaron su petición, no podía quedarse de brazos cruzados.
-Yo también quiero jugar- Dijo ganándose la atención de todos -Ya me canse de estar sentada- Se excusó sintiéndose incómoda por las miradas.
Nadie la rechazo, es más, todos estaban contentos, por fin verían su habilidad en el juego.
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Tag, You're It (The Promised Neverland)
FanfictionNúmero de identificación: 83221 Nombre: Angela Calidad: Premium (Muy buena para su edad) Edad:10 años Peligro: Alto