XIV. Final

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— Ya regresé —anunció Taehyung cuando volvió a la casa. Dejó su ropa empapada por la lluvia en el baño y cuando entró a su habitación se encontró al minie Kookie debajo de su almohada. Se cambió la ropa por algo más cómodo y limpio y se sentó en la cama, apartando la almohada de su cabeza. Mini Kookie estaba echo bolita en su lugar con lágrimas en los ojitos. — Oh, ¿qué sucedió, Koo? — afuera un relámpago iluminó el cielo seguido de un trueno. 

— Me dejaste sólito. — puchereó el pequeño sentándose sobre la almohada, pero Taehyung lo tomó entre sus grandes manos y lo levantó a la altura de su rostro. — está lloviendo. 

—Sí, qué novedad. — Jungkook frunció las cejas ante la poca empatía del otro. — Pero... — Taehyung se rascó la nuca con nerviosismo. — creo que puedo compensarlo. 

— ¿Con abrazos? — Jungkook esperaba nimiamente eso por parte del mayor. 

Taehyung en ese momento pensó que no era el indicado para dar muestras de afecto. Mucho menos a un ser mágico casi diminuto. 

— Te compré unos chocolates. — Taehyung deslizó por el colchón la caja de chocolates en forma de corazón con un lazo rosa en medio como decoración. — solo espero que no te empaches. 

Mini Kookie lo observó con ojos brillantes pero seguía triste. 

— No me hablas hace como diez días. No creas que soy tonto y no me doy cuenta de las cosas. ¿Acaso esto es una disculpa, Tete?

— Bueno... supongo que sí. Fui muy malo contigo, y ¡mira yo no sé disculparme con la gente!

— Creo que esto es un avance. — Jungkook también le sonrió. Se relajó y dejó de pensar en los truenos y la lluvia y el mal temporal que hacía allí afuera y comenzó a hacerse grande, sus lágrimas se esfumaron mientras crecía. Taehyung se apresuró a tomar algo de ropa de su armario y se la dejó a Jungkook para que se la coloque apropiadamente, Taehyung pensaba que Jungkook no podía estar desnudo cada vez que se hacía grande, le incomodaba un poco a decir verdad. Claramente el pequeño Koo no era un pervertido desnudo, pero tenía que tener un poco mínimo de respeto por la presencia de Taehyung. A Jungkook le daba igual todo, Hakuna Matata dirían por ahí

—Debería comprarte tu propia ropa. 

— Me gusta usar la tuya, tiene tu olor. — Jungkook le sonrió oliendo el suéter color crema que Taehyung le había prestado. — ¿así que chocolates eh? — Jungkook aprovechó para sentarse sobre el regazo de Taehyung. Éste lo sostuvo por la cintura y tomó los chocolates.

— ¿No te gustan los chocolates?

— Claro que sí. — Taehyung lo observó y notó esos ojitos resplandecientes qué tanto le gustaban. — Tienes ojos de Bambi.

— ¿Que es Bambi?

— Una película y un siervo en la vida real. Pero tus ojos brillan exactamente como la animación de la película. Es como... Una galaxia. Es raro.

— ¿Te gustan mis ojos?

— Me parece que sí. — Taehyung se estaba ruborizando. — Jungkook, voy a decirte la verdad. Me comienzas a gustar y eso me aterra. — Taehyung estaba avergonzado de confesarse a alguien — y no me gusta esto, porque tú no eres real.

— Soy real. Me ofendes Taehyung. Soy de carne, hueso y magia. ¿Acaso no quieres amarme?

— Es una pregunta difícil. Pero no puedo soportar que algún día te irás. Tu dijiste que te irías cuando cumplas tu meta. Y tengo miedo de que tú meta sea esto. Estoy seguro que sabes que no me han tratado bien, tu dijiste que los del consejo de la magia saben lo que le sucede a las personas. — Jungkook asintió con la cabeza — Creo que tú misión es que yo ame. Que yo sea capaz de amar a alguien o a algo.

— Tienes razón Taehyung. Esa es mi misión. ¡Pero ni yo esperaba enamorarme de ti! Yo... Nunca me enamore de nadie y ahora estoy seguro de lo que siento.

— ¿Entonces?

— Tu quieres estar conmigo y yo contigo.

— Pero tu vas a irte porque ya lograste tu cometido. — Taehyung se sentía horrible.

— A decir verdad, el consejo de la magia nos deja a cargo de muchas personas, yo he pasado por muchos chicos y chicas para hacerlos felices o divertirlos, para completar mis encomiendas. El consejo de la magia hace esto para que nosotros algún día encontramos una pareja humana.

— Creo que te falta contarme algo.

— Yo te conté que antes los humanos nos odiaban, pero hubo alguien que frenó al enemigo y les hizo comprender, nos dejaron quedarnos en la tierra y ayudar a las personas con el fin de, una vez completada la misión, deberíamos hacer olvidar al humano sobre nuestra existencia e irnos sin decir palabra.

— ¿Hablas de borrar la memoria?

— Si. Pero lo que los humanos de aquella época no sabían era que un tiempo después el consejo de la magia pondría esta regla. Si hacíamos un buen trabajo y éramos dedicados, podíamos pedir un deseo, solamente cuando encontráramos al humano que quisiéramos hacer felices para toda la eternidad.

— ¿Y cuál es el deseo?

— Volvernos humanos a costa de la magia. Yo ya he perdido un poco, pero no es nada a comparación de lo que debería perder.

— Quieres decir que no te volverías pequeño nunca más. ¿Verdad?

— Si, y tampoco podré volver al cielo, no podré volver a ver a mis compañeros mágicos.

Taehyung se sintió aún peor.

— Creo que no puedo pedirte que te vuelvas humano, sería egoísta de mi parte, quitarte de tu hogar, de tus amigos... De tu magia. No estoy en mi derecho, no después de lo pésimo que te traté.

— Estás en tu derecho. Te amo. — Jungkook pronunció aquellas palabras con lentitud mientras avanzaba hacia el rostro de Taehyung con calma.

Y Taehyung se dejó besar por el ser mágico.

Ambos cerraron los ojos y disfrutaron del contacto ajeno. Mientras que Jungkook moría de dolor al perder la magia. Su corazón se apretaba y bailaba de un lado a otro, mientras que el polvo mágico caía para desvanecerse antes de tocar el piso. Jungkook recitaba en su cabeza la oración del deseo que lo convertiría en humano para siempre, para toda la vida.

Porque al final, el amor es la magia más pura de todas y nada puede detenerlo.

FIN

Espero que les haya gustado ♥

¡Nos leemos! ♥

Taehyung y el mini Kook |T.K|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora