VIII ¡¡Upa!!

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Taehyung despertó al día siguiente con un pequeño Jungkook descansando sobre su estómago. Ni siquiera le dedicó una sola mirada y lo apartó para salir de la cama y prepararse un desayuno. Era un día de descanso. 

Eso... al menos hasta que su teléfono móvil comenzó a sonar: Yoongi, su compañero de banco en la universidad le había estado enviando cientos de mensajes por la noche, y ahora lo estaba llamando. 

— ¡Hasta que por fin contestas! — le gritó Yoongi al otro lado. 

— ¿Qué quieres? — inquirió Taehyung sosteniendo el celular con una sola mano mientras batía su chocolate caliente — son las diez de la mañana, más te vale que me llames por una buena razón. — concluyó molesto, y por el rabillo del ojo se fijó en que un Jungkook pequeño y dormilón entraba a la cocina. Kookie no tardó menos de veinte segundos en trepar por su pantalón hasta su hombro y quedarse allí, viéndolo tristemente. 

— Creeme, amigo, tengo una muy buena razón para llamarte... — dijo Yoongi, sonaba como si estuviera ahuecando una mano en el celular para que nadie más pudiese oírlo. De pronto Taehyung miró de reojo a Jungkook, lo miró con mala cara. No quería saber nada con él. — tengo un gnomo en casa... y me está hablando, Taehyung. ¡Te juro que no he probado ni una pizca de alcohol en meses! — se excusó rápidamente. 

Entonces Taehyung miro a Jungkook con los ojos gigantes. Jungkook era real entonces. 

— Te creo. — dijo Taehyung pacientemente — tengo uno yo también. 

— ¿Eh? ¡¿A ti también te persiguen los gnomos?! ¡Son una plaga! 

— Ese es el problema, si fueran gnomos deberías agradecer, pero en realidad, al parecer son mitad humano mitad hada. 

— ¿De verdad me crees? Pensaba que me tomarías por loco, Taehyung.

— Claro, después de todo ahora puedo saber que no estoy alucinando. El mio está sentado en mi hombro. — Taehyung negó con la cabeza, mirando a Jungkook disgustado, Kookie bajó la cabeza, sintiéndose apenado de que su dueño lo tratara de aquella forma tan cruel y poco humanitaria. ¡él solo estaba haciendo su trabajo!

Y vaya... este trabajo se convertiría en algo más. 

— ¿Y... a ti te dijo porque te eligió? — quiso saber Taehyung, mientras se quitaba a Jungkook del hombro y se encaminaba a su cuarto con su taza de chocolate caliente en mano. Le cerró la puerta en la cara al pobre Kookito. — a mi no me lo quiere decir. 

— Mi gnomo tampoco me dijo nada. — Yoongi parecía más calmado, pero de un segundo a otro comenzó a gritar como loco —¡se está subiendo por mi pantalón, Taehyung, me va a comer como a un cerdo!

Taehyung no pudo evitar soltar una carcajada, tanto así que casi escupe su leche caliente. 

— ¡Ya bájate de mi cabeza! — gritaba Yoongi al otro lado del teléfono. — Está así desde ayer... 

— Y... ¿sabes como se llama? 

— Creo que... — Yoongi hizo una pausa — oye, tú, enano del diablo, ¿como rayos te llamas? — Taehyung esperó a que yoongi volviera a hablar — Hoseok, se llama Hoseok, pero que le diga Hobi ¿sabes? ¡Taehyung me estoy volviendo demente! ¿Sabes qué? lo lanzaré por la ventana, listo, no podrá entrar a mi casa, nunca más. — y cortó la llamada. 

Taehyung se hizo la imagen mental de Yoongi peleando con un ser de veinte centímetros y le pareció adorable, pero ese pensamiento salió de su cabeza tan rápido como entró. 

Jungkook estaba golpeando la puerta de la habitación de Taehyung con insistencia. El peliazul no soportaba el ruido molesto, así que se levantó a abrirle.

— ¿Y tú que quieres? Ya bastante que anoche apenas me dejas dormir. 

— ¡¡Upa!! — pidió mini Kookie alzando sus bracitos pequeños 

— Ni de coña. — Taehyung lo pateó con el pie y se apresuró a cerrar la puerta, pero Jungkook fue más ágil y de un salto subió al pantalón de Taehyung —¡¿Es en serio?! — Taehyung refunfuñando se sentó en su cama a terminar de beber su chocolate caliente. 

— Hace dos días que no me das de comer. —Jungkook se sentó con las piernas cruzadas en el regazo de Taehyung. 

— Bueno, pues cocinas tú. ¡O algo mejor! vete de mi puta casa. Solo me estorba, no sé para qué rayos estás aquí, no me sirves de nada, no me ayudas en nada. ¡Ya te lo dije, yo no te solicité! Así que vete, quizás alguien más te necesita. 

— Ño... cada ser tiene un humano asignado hasta terminar su misión. Luego tardan dos semanas en asignarnos un nuevo dueño. 

— Vete al diablo, enano. 

— ¡No me digas enano!

— ¡Ay, habló pie grande! — se burló Taehyung — con esa estatura quién rayos puede tomarte en serio. 

Jungkook frunció las cejas con notable molestia. 

— Vengo para dar amor... — Jungkook se paró en el regazo de Taehyung y se acurrucó contra su pancita. — Nada que un abrazo no arregle. 

Ah, pero Taehyung le dio una paliza y Jungkook mini salió volando, pero no chocó con el piso gracias a la orbe dorada que lo protegía. Con esa orbe logró volver a acurrucarse en la pancita de Taehyung. 

— ¿Por que me pasa esto a mi? ¡Bastante tengo con esta vida de mierda, Jungkook! ¡Tu solo vienes aquí como un meloso caramelo de miel a pedir amor! ¡entiende que yo no puedo darte eso, no me interesa! — y luego susurro —mi vida es lo bastante mala como para andar cuidando de enanos mágicos. — y aún más bajo, dijo —desearía no existir. 

Y por esa cuestión, allí estaba Jungkook. 

— TaeTae necesita mucho amor y mucho mimo. No importa lo mal que me trates, nosotros tenemos el don de perdonar a quien sea cuando sea, sin remordimientos — chilló Jungkook felíz. — nos criaron para eso, para amar solamente. 

— Me parece estúpido. — aseguró Taehyung mientras notaba que su mano era jalada por Jungkook, para cubrirlo con esta. Taehyung retiró la mano de inmediato, más Jungkook sin hacer caso la volvió a tomar. — ¿Acaso perdonarias a un asesino? Pues no. Yo no lo haría. 

— Ese es otro tema... — declaró Jungkook. — bueno... en donde vivo yo, esas cosas malas no existen. 

— ¿Donde coño vives, enano?

— En el cielo. 

Taehyung soltó una carcajada. 

— Entonces Estás muerto y eres producto de mi imaginación. — se burló él. 

— ¡La magia está el cielo, Tae... nosotros vivimos en las nubes! pero... a decir verdad pasamos la mayor parte de nuestras vidas en la tierra, ayudando a los humanos. ¡Antes había cazadores malos, muy malos que querían hacernos daño! pero juntos, con mucho amor llegamos a un acuerdo... ¡Y ahora somos todos felices!

— Los finales felices no existen, solo la realidad. 

Ambos hicieron silencio, hasta que Jungkook volvió a hablar, pero esta vez para desviar el tema. 

— ¿Me haces upa, TeTe? — preguntó en tono meloso haciendo su mejor cara de angelito. 

— Eres un pesado. — respondió Taehyung dejando su taza vacía en la mesa de luz. 

Y alzó a Jungkook entre sus brazos para que lo dejara de molestar. 

Claro... solo para que lo dejara de molestar. Muy en el fondo, él también necesitaba un cariñito. 

Taehyung y el mini Kook |T.K|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora