- Siéntate.- ordena
Salgo de mi trance y reaccionó. ¿Acaso acaba de mandarme a sentar? Sueno la garganta antes de hablar.
- Señor Bianco un placer conocerlo.-estiro mi mano para presentarme educadamente.
El observa mi mano tendida la aprieta suavemente y la retira rápidamente.- Zeynep Luzardo... interesante nombre .- menciona sentándose en su silla de cuero, el escritorio es amplio y la oficina tiene un olor exquisito a tabaco y madera.
- Bueno mis padres tenían una increíble atraccion por la ciudad turca y pues su sueño siempre fue visi...
- No te pregunté en absoluto.- Pero que imbécil resultó.
- Sólo trataba de conversar, pero veo que es un imbécil.- eso último lo dije entre mis dientes.
- ¿Qué dijo?- pregunta mirándome muy fijamente, diosito debería de dejar de mirarme de esa manera. -¿Qué para que me mandó a llamar?
- Sólo quiero dejarte en claro algunas cosas. Ya que vivirás aquí.
- Lo escucho. ¿O tengo que buscar donde anotar?.- levanto una ceja mientras acomodo mi cabello detras de la oreja, tiene un aire de superioridad, pero yo tengo una vacuna contra los de su clase.
- Primero esa actitud no es permitida. Debes de tener respeto, cuando te diriges a mi me llamaras Señor Bianco. No soporto para nada el desorden, el ruido, los escandalos, no puedes salir, no puedes ir al sótano, no entraras a mi habitación, no puedes husmear por ahí buscando lo que no se te a perdido... no puedes recibir visitas no quiero a nadie extraño deambulando por mi propiedad ¿endiendes?- habla sin parar y en cada palabra suena más y más enojado.
- Bajale dos rayitas... primero Disculpame pero el respeto es algo que se gana. Y a la vez es mutuo si usted me respeta yo con gusto lo respetaré.
Segundo ¿cómo qué no puedo salir? Yo no vine aquí para estar en una cárcel.
Por lo demas no se preocupé no quiero ni ir a un sótano y mucho menos a su habitación - que mentirota, pero que se cree este tipo puede ser un semi dios pero por favor tratar asi a alguien que ni siquiera conoces. Mientras el sigue mirándome toma un trago de su bebida.- De acuerdo... Por si no te has dado cuenta estas en mi casa. ¡Y aquí quieras o no se hace lo que yo diga! - me da una media sonrisa escalofriante.
- Oh créame que con gusto me largaré cuando pueda.- me levanto de la silla para salir de alli. No soporto que traten de humillarme
Cuando giro y camino hacia la puerta, me toma del brazo y me detiene giro para encararlo, cuando con una voz grave y fuerte me dice.- Zeynep no te he dicho que puedes irte.
- SEÑOR Bianco si usted no quiere mi presencia en su hogar lo entiendo. Mañana mismo buscaré donde puedo quedarme.- hablo levantando mi cabeza para mirarlo a los ojos a mi lado es muy alto y la diferencia es tan notable, sus ojos son de un verde oscuro parecen estar dilatados. El me mira a los ojos y luego a su mano envuelta en mi brazo. Como sorprendido por su acto me libera suevamente.
- Puedes quedarte solo cumple las normas... la Señora Rosa tiene su día libre los domingos, mientras puedes pedirle lo que necesites.
- Esta bien, gracias por recibirme. Buenas noches Señor Bianco.
Salgo rápidamente de ese lugar siento la temperatura alta, me falta el oxígeno pero por Dios ¿Que me pasa? Si es un completo idiota, pero que idiota mas guapo. No no y no Zeynep no puede atraerte un hombre tan frío y prepotente como él ¡eso jamás!
Entro a mi habitación y me observo en el espejo del tocador. Mierda y mas mierda ¿como se me ocurre ir en estas fachas? no tengo ni una gota de maquillaje y mi cabello recogido en una dona, no es que no me guste como me veo sin el solo que no esperé que fuese a encontrarme con un hombre como él...
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BIANCO [+18]
RomantizmSU TORMENTO, MI OBSESIÓN Zeynep es hija de un importante empresario, que un día decide enviarla a otro país para protegerla de sus enemigos, ella deberá salir de su país natal y recorrer otros caminos en Italia pero con la supervisión y protección...