ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ
Se volvieron a encontrar de forma inusual.
San amaba intensamente a ese omega gruñon y posesivo. Y wooyoung adoraba con su alma a su alfa tierno, amoroso y a veces un poco pervertido.
Pero un día ocurrió algo que cambio la vida de ambos...
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Los meses pasaron demasiado rápido convirtiéndose en años, viendo pasar frente a sus ojos las estaciones, el amor crecía, los días pasaban, hubieron obstáculos que se interpusieron pero tomaron sus manos y saltaron cada uno, la relación iba bien, ellos se amaban con intensidad.
Los cabellos rubios de Wooyoung eran acariciados por los dedos de su alfa, este estaba sentado en el sofá y el menor tenía recostada su cabeza en sus piernas, mientras leía un libro.
— "La Luna es poseedora de magia y muchos milagros, si tu deseo es puro y sin maldad tal vez sea realizado" —el omega término de leer en un susurro. — Hyung ¿usted cree en estas cosas? —
—Sí, creo en todo eso, se que los milagros existen al igual que la magia y tú ¿crees en eso? — el menor negó.
—Dudo que eso exista, no creo en eso. —se levantó y dejó aquel libro en su lugar. —Tengamos una cita, por su trabajo casi no salimos. —
— ¿Ahora? —el Omega asintió. —Tengo que terminar y entregar algunos documentos y también... —dejó de hablar cuando la sonrisa en el rostro de Wooyoung se esfumó. —Está bien, vamos. — suspiro.
— ¡Sí! Esta vez yo pagaré. —habló decidido.
—No, yo pagaré. —
—Si paga, lo golpeare. —levanto su puño y sonrió.
—Fresita, deja de amenazar a tu alfa. —tomó la mano del menor y la beso, se acercó lentamente dejándolo contra la pared, con sus rostros cerca. —Eres demasiado precioso. —Susurro, sonrió cuando el menor cerró los ojos y abulto sus labios esperando el beso.
—Que espera, béseme. — era el momento de venganza de San, el menor pagaría por los golpes que le daba.
—No, cierra bien la puerta al salir. —Sin más salió del departamento dejando aún confundido y enojado Wooyoung.
— ¡Choi San, no me ignores! — cerró como pudo la puerta y corrió hacia donde estaba el peligris, pero este ya estaba en el elevador. —En algún momento me las pagará. —se paró a un lado del alfa.
—Está bien. —San tomó el rostro de Woo y sin previo aviso lo beso. —Te amo, cachorro. —susurro cerca de los labios del omega.
—También lo amo, alfa. —sonrió avergonzado.
— ¡Ustedes desvergonzados, dejen de besarse en área pública. —la voz de cierto omega castaño se escucho, al abrirse el elevador.
—Hongjoong, tu también te besabas con Mingo en los elevadores, no te hagas el inocente. —San se burló un poco. —Déjanos vivir nuestro ardiente amor. —
—Hyung tiene razón, creo que el bebé que llevas dentro fue hecho en uno de los elevadores. —Wooyoung sonrió triunfante cuando vio el rostro enojado de su hermano.
