ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ
Se volvieron a encontrar de forma inusual.
San amaba intensamente a ese omega gruñon y posesivo. Y wooyoung adoraba con su alma a su alfa tierno, amoroso y a veces un poco pervertido.
Pero un día ocurrió algo que cambio la vida de ambos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El alfa estaba cuidando del pequeño Jongho, ya que sus padres fueron a celebrar su aniversario de casados, solo llegaron a su departamento con una bolsa que con tenía las cosas del bebé y se fueron. El pequeño ya tenía dos años, correteaba por todo el lugar, era un niño muy lindo, además era fuerte, pero en ese momento se encontraba durmiendo debido a que ya era muy noche.
San estaba acostado en el sofá con su vista fija en el techo, con su mente llena de pensamientos, había logrado salir adelante en ese largo tiempo, cada día se le hacía eterno. Le costó demasiado pero pudo, su familia y amigos estuvieron de junto a él apoyándolo. Su lobo nunca salió de su escondite, este ya se había rendido pero él aún no.
La puerta fue tocada, con pereza se levantó, cuando la abrió se encontró con la pareja de esposos.
—Perdón por llegar tarde. —su mejor amigo hablo. — ¿Y Jonghie? —
—En mi habitación, está dormido. —San se hizo a un lado para que la pareja entrara. El omega fue directo a su habitación.
—Gracias por cuidar de él, San. —Mingi agradeció.
—No agradezcas, me gusta cuidarlo. —El peligris se quedó en silencio unos segundos. —Gracias por darme tu amistad, Mingi. —sonrió.
—Me estás dando miedo, me llamaste por mi nombre y me agradeces, ¿fuiste poseído? —
—Cállate, tú solo cuida bien de Hongjoong y del pequeño manzanito, no preguntes más. —San lo abrazo y Mingi quedo paralizado en su lugar, el alfa pelirrojo no entendía nada.
— ¿Que pasa aquí? Verlos abrazados es muy extraño, Mingi ¿me estas engañando? Y tú San ¿me quieres quitar a Gigi? —los dos alfa empezaron a reír por las locuras del omega castaño.
—Deja de decir tonterías amor, dame a Jongho me adelantare, tú trae la bolsa. Adiós San. —Mingi salió del lugar.
—Gracias Sannie, eres el mejor, ahorita debo irme, ten una linda noche. —pero un fuerte abrazo lo detuvo.
—Hongie gracias por ser mi mejor amigo, mi hermano, cuida de tú familia y sigue siendo ese omega fuerte en el que te convertiste. Gracias por no huir y aceptarme como tú amigo aquel día en la escuela, a pesar de tener miedo, no me rechazaste. — El alfa beso la mejilla de su amigo, se separó del abrazo y dio una sonrisa sincera.
—Estoy mejor que nunca, hoy estoy algo sentimental, ahora ve con Mingi, feliz noche Hongie. —el omega se despidió y la puerta del departamento se cerró.
San al fin pudo respirar tranquilo.
Estaba en su límite, desde hace unas semanas ya no se sentía bien. Shiber estaba en la casa de sus padres estos lo cuidaban, sabía que ahí lo amaban y estaría mejor.