ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ
Se volvieron a encontrar de forma inusual.
San amaba intensamente a ese omega gruñon y posesivo. Y wooyoung adoraba con su alma a su alfa tierno, amoroso y a veces un poco pervertido.
Pero un día ocurrió algo que cambio la vida de ambos...
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El alfa estaba en la cocina lavando la taza en donde había tomado un té, tres meses habían pasado, la pareja decidió olvidar lo anteriormente ocurrido, ahora vivían felices en su departamento, el vientre de Wooyoung había empezado acrecer y los antojos aparecieron, San salió de sus pensamientos cuando escucho el grito de su omega.
— ¡Sani, trae el recipiente con helado! — el omega gritó desde la sala.
San sonrió, dejo la taza en su lugar y se dirigió al la refrigeradora, tomo el recipiente de helado de vainilla, Woo odiaba ese sabor pero últimamente el embarazo hacia que se le antojara. Cuando salió de la cocina encontró a su omega acostado en el sofá, este estaba acariciando su vientre mientras miraba televisión.
—Cachorro... —San le entregó el helado y se sentó junto al rubio. —Aquí está, come despacio o se te congelará el cerebro. —el menor tomo el recipiente.
—No me dé órdenes... —Wooyoung sin hacer caso llevó una cucharada grande a su boca, pero en el instante su cabeza dolió. —Mierda d-duele. —se quejó.
—Te diré dos cosas: Primero, deja de decir palabrotas. Segundo, te lo dije, si comes demasiado rápido esa es la consecuencia, pero nunca me haces caso. —
—Cállate, ya no quiero helado. —hizo un puchero. —Iré a la cama, me pondré una mascarilla, en dos días es la boda y no quiero tener ojeras. —se levantó del sofá, San sonrió, Woo se veía demasiado tierno con su pijama de patitos. —Sé que soy hermoso y por eso no deja de verme. —
—No lo niego, eres precioso. —se acercó y abrazo el cuerpecito tibio de su fresita. —Mingo y el señor Yeosang me están esperado, vendré pronto. —se separó del abrazo dejando un beso en el vientre y otro en los labios del rubio.
—Está bien, no dejes que ningún omega se acerque a ti. —Wooyoung lo vio serio, pero en el instante sonrió, se le había ocurrido una idea. —San, quédate quieto por un momento. —abrazo al alfa empezando a restregarse en él, para que su aroma quedará impregnado en la ropa del mayor. —Listo, todo mío. —sonrió orgulloso.
—Fresita, no haré nada malo, solo iremos a beber un poco. Yo soy tuyo, no tienes que preocuparte, ahora ve a ponerte tu mascarilla. —pellizco el trasero del rubio.
— ¡Choi San! Sabes que no me gusta que hagas eso. —
—Adiós, te amo. —El alfa salió corriendo por su vida.
— ¡Te golpeare cuando vuelvas! —San le tiro un beso y cerró la puerta. —Tu padre es un pervertido, pequeño duraznito. —acarició su pancita de tres meses. —Pero así lo amo. —sonrió.
[😼 🍓 ]
—Hongjoong se la pasa gritándome, está muy sensible con esto del embarazo, se termina desquitando conmigo. —el pelirrojo bebió del vaso. —Quiero que el bebé manzanita nazca, pero también amo demasiado cuando Hongie quiere mimos, es tan tierno— suspiros enamorado.
