Ocho.

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Desde el otro lado.

En algún punto la soledad nos invade.

Nos asfixia.

Y entender realmente que la verdad más cruda, es que siempre vamos a estar conviviendo con nuestra compleja existencia, en medio de la noche o en una fiesta, en el sonido de una canción o debajo del calor del sol.

Y no importa cuánto intentemos aferrarnos a las personas, siempre se termina en el mismo punto. Lidiando con nosotros mismos.

Theo siempre estuvo solo. Y la realidad era que no le molestaba. Hubo un punto en su vida que mirando al suelo en medio de la madrugada, se dió cuenta que no era igual a los demás. No le afectaba estar solo, es más hasta a veces la disfrutaba.

Mientras todos tenían esa enorme necesidad de estar con alguien y "rellenar ese hueco" él estaba al márgen, simplemente existiendo.

Claro que a veces le hubiese gustado compartir algún pensamiento gracioso que se lo ocurrió a las dos de la madrugada, un almuerzo silencioso luego de una larga fiesta, un recuerdo, una charla sobre lo que opinaba en la forma que existimos, el universo, la muerte, la verdad, el bien y el mal, seres místicos, desastres naturales, humanidad. Pero simplemente no había nadie, conocía a mucha gente y algunas personas lo trataban como si fueran amigos, pero el sentía rechazo.

El realmente notaba cuando alguien estaba interesado en él, cuándo querían escucharlo. Y sobre todo notaba cuándo querían usarlo, manipularlo, destruirlo.

Notaba cuándo esa rubia le preguntaba con voz afinada "¿Que tal?" solo para poder acostarse con él luego de una breve conversación fingida. Porque hablando en serio, todo en él llamaba la atención de cualquiera. Y siempre lo uso a su favor.

¿Alguna vez ibas tranquilamente en la calle pensando en algo sin sentido o en la canción pegadiza de un comercial y de pronto, ves a alguien con él que querrías tener hijos solo por que sabés que sus hijos saldrían hermosos? Bueno, era él. Esa persona que tu dices "¿Que se sentirá ser él?"

Eso es él.

Naturalmente era lo que llamarían "atractivo".

Aunque a diferencia de los demás chicos engreídos y huecos odia lo cortas que son las palabras para explicar algo tan subjetivo como la belleza de otras personas. Todos son tan idiotas.

Hay muchas cosas que detesta.

Así que siempre que puede, utiliza lo que aparenta para obtener lo que quiere. No es difícil. Todos caen.

Él también notaba cuándo las personas a su alrededor hacen lo posible para llamar su atención, cada uno con sus razones.

Y como dijo, siente rechazo a otras personas, intentó mantener relación con personas que creían que quizás valdrían la pena, pero terminaba aburrido, cansado o decepcionado.

Luego de semanas o días se aburría, los eliminaba de su vida en un abrir y cerrar de ojos. No le afectaba en lo más mínimo. Hubo personas que quiso mantener cerca, pero como si fuera una broma cruel, siempre terminaba solo. Por distintas razones, a veces su culpa y otras veces no tanto.

Con el tiempo aprendió a estar solo, a saber cuando callarse y con quién, cuándo golpear y cuando no. Aprendió muchas cosas estando solo.

Algunas aún seguía aprendiendo.

Había algo que le molestaba.

Y es su mal manejo de ira en ciertas ocasiones, siendo siempre tan frío e indiferente a tantas cosas que realmente le daban igual, cuándo perdía el control solo quería golpearse contra la pared.

Extravagante. (Thiam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora