Doce.

1.2K 125 256
                                    

"Asco"

– ¿Que ibas a decirme? – Arrugó el entrecejo. ¿Decirle? Retrocedió confundido en su asiento.

Luego recordó por que estaba sentado ahí.

– ¡Es verdad! – Quiso morder sus uñas pero no pudo hacerlo. – El día que todo quedó verde, creo que fue por que no te explique el orden de las cosas, yo solo las escribí y creí que tu entenderías, tuve un poco de culpa quizás – Theo se apoyó contra la pared y lo miró intensamente.

– No se de que hablas – Liam lo vio aturdido.

– Hace dos días Theo – El castaño pareció pensar lo dicho. Pero negó sin saber de qué hablaba Liam.

– En química – Hizo un gesto de obviedad. ¿Ya se le olvidó?

– Oh. – Dijo luego de unos segundos. – Lo había olvidado, sí fue tu culpa –

Hizo un gesto indignado y le apuntó con el dedo. – ¡No totalmente! – El otro bostezó.

– Si tú lo dices –

– ¿Uh? la próxima vez no te diré nada – El otro se recostó nuevamente en la mesa. Seguramente para retomar la acción que él había interrumpido.

Debería estar almorzando y está durmiendo en una mesa incómoda. No lo entiende.

Recordó al chico del pasillo.

– ¡Algo mas! – Gritó mientras eleva ambas manos en dirección al castaño.

Theo golpeó su cabeza contra la mesa frustrado. ¿Por que aún no se ha ido?

Dió una gran bocanada de aire y lo miró con poca paciencia.

– ¿Qué más? –

– Pero que irritable eres – Fingió decir bajito. Sabía que le había oído.

Miró con diversión al ver al otro hacer una mueca. – Puedo oírte –

– Lo sé – Jugó con el borde de la pequeña vendita. Tiene un bonito color. No era el más llamativo ni el mas colorido, era claro y simple.

Sus ojos miran curiosos una de ellas, estaba colocada de forma extraña.

Habló finalmente. – Creo que deberías ir a las pruebas del equipo – Delineó lineas invisibles en la mesa.

Dibujó círculos entrelazándose.

Miró a Theo esperando alguna emoción que refleje su repuesta. Pero como siempre, nada.

Sus ojos azules estaban atentos a las líneas que trazaba. Hizo una mueca con sus labios por la concentración del otro.

– Otra vez, no sé de qué hablas, molestia – Se mordió la lengua por el innecesario apodo.

Aún no encuentra ninguno para él.

Aunque no cree que lo deje usarlo.

Puede imaginar el escenario de Liam diciendo un apodo malísimo y el castaño mirándolo mal. Seguido de un "vuelve a llamarme así y verás" totalmente amenazante, aunque le divierta desafiarlo, no pondrá a prueba su paciencia.

Dibujó una línea más larga y los ojos del otro la siguieron con prisa.

– El viernes después de clases habrá pruebas para entrar al equipo de fútbol americano –

Hizo una línea con lentitud sobre el final de la mesa. Solo se limitaba a mirar al otro, quién miraba las lineas distraídamente.

– No sabía que había un equipo – Dijo frunciendo el ceño.

Extravagante. (Thiam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora